La arquitectura moderna japonesa: Tange Kenzō, el centro de prensa y radiodifusión
Yamanashi
La década de los sesenta
fue una de las más fructíferas y brillantes de la carrera de Tange. En semanas
anteriores he comentado un par de sus obras más emblemáticas, los pabellones olímpicos y la catedral de Tokio, ambas de 1964. En ellas el arquitecto japonés no solo
experimentó, sino que demostró las enormes posibilidades técnicas y expresivas
de estructuras a partir de cables y superficies alabeadas. Con el
proyecto que comentaré enseguida, Tange demostró la viabilidad de ciertos
presupuestos considerados utópicos a principios de los años sesenta del siglo
XX.
El movimiento metabolista
Hoy hablaré de la
primera obra “metabolista” de Tange, un concepto que, a falta de que otro día le dedique algún artículo específico, voy a
aclarar mínimamente. Los fundadores o promotores del movimiento metabolista, decidieron
utilizar ese vocablo, procedente del ámbito de la biología, para reflejar el
constante crecimiento y evolución que según ellos se daba en las ciudades y
también en los edificios. Con ese término se pretendía indicar que, en el fondo, tanto
unas como otros eran como los organismos vivos: nacían, crecían e incluso fallecían.
Ya comenté en su momento
que los arquitectos que presentaron el manifiesto metabolista en la Conferencia Mundial de
Diseño de Tokio en 1960 fueron Kikutake Kiyonori (1928-), Kurokawa Kishō
(1934-2007), Maki Fumihiko (1928-), y Ōtaka Masato (1923-). Kurokawa y Maki
habían trabajado en el despacho de Tange y Ōtaka se había graduado en el
departamento de la universidad de Tokio del que Tange era director. Además,
Isozaki Arata (1931-), aunque no se integró explícitamente en el grupo, aportó un
buen puñado de ideas tanto a los metabolistas como al propio Tange,
con quien colaboraba por esos años en su despacho. Más adelante veremos la
huella de Isozaki en el proyecto del centro Yamanashi que comento hoy.
Ninguna de las
sorprendentes propuestas que presentaron en 1960 esos jóvenes arquitectos se
materializaron inicialmente, pero la influencia que ejercieron en el panorama
mundial fue enorme. Sin embargo, Tange sí logró construir varias obras en
las que en mayor o menor medida se plasmaban las teorías metabolistas. La
primera de ellas fue el Centro de prensa y radiodifusión Yamanashi en Kōfu, de
1966.
El centro de prensa y radiodifusión Yamanashi, 1966
La obra de Tange es un
monumental ejemplo de megaestructura, un concepto que formaba parte del
vocabulario de los metabolistas y que inundó todas revistas de arquitectura de
la época. Cuando se inauguró, el centro Yamanashi albergaba tres empresas
diferentes: editorial, radio y prensa. Actualmente se destina íntegramente a un
centro cultural.
El edificio se levanta sobre
sobre dieciséis gigantescas columnas de cinco metros de diámetro que forman una
cuadrícula de 15x17 metros. En el interior de esos enormes cilindros de
hormigón se sitúan los ascensores, las escaleras y las redes de instalaciones. El
proyecto se basaba en la idea de que entre esa malla se pudieran insertar módulos o unidades funcionales de acuerdo con las necesidades y requerimientos
de las empresas que ocupasen el edificio.
En las ilustraciones siguientes de la planta baja y sección se
aprecian esas enormes columnas, unas con escaleras, otras con ascensores y
algunas como huecos para instalaciones o simplemente libres a la espera de
futuros usos.
Tange Kenzō: El centro de prensa y
radiodifusión Yamanashi, 1966, Kōfu.
Foto en Reyner Banham y Hiroyuki Suzuki:
Contemporary Architecture of Japan, 1958-1984.
The Architectural Press, 1985.
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Tange Kenzō: El centro de prensa y
radiodifusión Yamanashi, 1966, Kōfu.
Foto en Reyner Banham y Hiroyuki Suzuki:
Contemporary Architecture of Japan, 1958-1984.
The Architectural Press, 1985.
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Cuando se inauguró el centro de Yamanashi, la emisora de radio ocupaba los niveles superiores; la de prensa, los intermedios, y la editorial, los inferiores. Los locales situados en la planta baja se destinaron a otros usos.
Como se aprecia en la fotografía siguiente de la izquierda, realizada poco después de su inauguración, entre los enormes pilares inicialmente había muchos huecos que se consideraba que con los años se irían “cerrando” con nuevos módulos insertados en su megaestructura. Uno de los méritos de Tange fue que, por una vez, las previsiones iniciales se cumplieron: casi cincuenta años más tarde el edificio no solo ha soportado perfectamente varias ampliaciones, sino que todas ellas se han ejecutado siguiendo el esquema proyectado.
Tange Kenzō: El centro de
prensa y radiodifusión Yamanashi, 1966, Kōfu. Foto en Massimo Bettinotti (edit): Kenzo Tange 1946-1996. Architettura e disegno urbano. Electa, 1997. |
Tange Kenzō: El centro de prensa y radiodifusión Yamanashi, 1966, Kōfu. Foto en Massimo Bettinotti (edit): Kenzo Tange 1946-1996. Architettura e disegno urbano. Electa, 1997. |
Hay que remarcar que el edificio de Tange fue la primera materialización de las teorías metabolistas. Tal y como se previó en su momento, su superficie se ha ampliado varias veces añadiendo nuevos módulos que se iban insertando en su megaestructura para adaptarse a las nuevas necesidades y usos de cada momento.
Si
se comparan las dos fotografías anteriores (la izquierda de 1967 y la derecha de
1975), se aprecia cómo creció el edificio con la ampliación de 1974. Podemos
ver que en su lado izquierdo se construyó, algo retrasado, un nuevo módulo por debajo del último piso y otro por encima, para lo cual se tuvieron que prolongar sus “columnas”.
Además, también observamos que en la zona derecha se añadieron tres nuevas
plantas que obligaron a prolongar los dos cilindros que en la primera fase eran
más bajos y de diferente altura.
Isozaki Arata: Join core system, c. 1960. Foto en David B. Stewart: The making of Modern Japanese Architecture. From the Founders to Shinohara and Isozaki. Kodansha, 1987. |
Al principio de este
artículo dije que Isozaki, que trabajaba por esos años en la oficina de Tange,
había desempeñado un papel muy importante en la germinación de las ideas
metabolistas e incluso en las del propio Tange. Si se compara la ilustración
anterior de la idea de Isozaki para su Joint
core system con el proyecto de Tange, se constata la similitud. En ambos
casos aparecen unos megapilares cilíndricos que sirven de soporte a una especie
de puentes donde se insertan módulos prefabricados.
Tange Kenzō: El centro de prensa y radiodifusión Yamanashi, 1966, Kōfu. Foto en Reyner Banham y Hiroyuki Suzuki: Contemporary Architecture of Japan, 1958-1984. The Architectural Press, 1985. |
Esa idea de grandes núcleos verticales que son simultáneamente pilares que
soportan el edificio y conductos que llevan las instalaciones a cada planta
fue un concepto muy recurrente entre los arquitectos metabolistas a principios
de los años sesenta del siglo XX. Precisamente, para facilitar la inserción de las ampliaciones entre
esos pilares, en la obra de Tange en Kōfu se dejaron “esperas”, a modo de ménsulas, pensadas
para recibir y soportar los nuevos forjados. En la fotografía anterior se
aprecian perfectamente esos elementos, unos que ya sostienen los módulos y
otros preparados para hacerlo en cualquier momento.
En la foto siguiente se muestra uno de los
espacios que quedaban libres en el año 1979, cuando ya se había realizado la
primera ampliación. También se distinguen las esperas en los cilindros
mencionadas en el párrafo anterior.
Tange Kenzō: El centro de prensa y radiodifusión Yamanashi, 1966, Kōfu. Foto: J. Vives. |
En la fotografía siguiente de la izquierda, tomada en 2013, pueden
verse las otras dos fachadas del edificio que no se mostraban en las anteriores
ilustraciones y que apenas han sufrido variaciones a lo largo de estos años. Si se compara con la de la derecha, realizada en 1979, se constata que en los dos pisos superiores
en voladizo se han abierto ventanales que no existían cuando esas plantas se
destinaban al centro de radiodifusión.
Tange Kenzō: El centro de prensa y radiodifusión Yamanashi, 1966, Kōfu. Foto: J. Vives. |
Tange Kenzō: El centro de prensa y radiodifusión Yamanashi, 1966, Kōfu. Foto: Flickr, usuario: Evan Chakroff. |
Uno de los aspectos más criticados del centro Yamanashi de Tange era su poca adecuación a una pequeña ciudad de menos de 200.000 habitantes. Lo que se le censuraba era que el entramado urbano de esa población en los años sesenta, formado por casas de madera de no más de dos plantas, quedaba abrumado por la imponente masa del edificio metabolista. Los que planteaban esa crítica, casi siempre occidentales, no solían tener en cuenta la acelerada transformación de las poblaciones japonesas, especialmente las que tuvieron un crecimiento rápido y provisional tras su destrucción casi total en la guerra mundial. La fotografía siguiente muestra el edificio y su entorno en 1966.
Tange Kenzō: El centro de
prensa y radiodifusión Yamanashi, 1966, Kōfu. Foto: Digital Archives for Architectural Space, Shinkenchiku-sha. |
Obviamente ese reparo resulta muy lógico en entornos históricos, pero Kōfu en los años sesenta del siglo XX no
podía considerarse como tal. Lo que hace casi cincuenta años se interpretaba como un
gesto grandilocuente y gratuito, hoy no lo parece, como demuestra la fotografía
siguiente tomada en el año 2004, ¡y ha pasado ya una década más!
Con esto doy por
finalizado este artículo. La semana próxima hablaré
de otro proyecto de Tange con similares planteamientos.
Si deseas ampliar la información gráfica de este artículo,
te recomiendo que entres en mi blog Arquitectura de Japón, donde hay un
artículo con solo fotografías de este edificio.
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