El anterior artículo fue el
décimo primero consagrado al teatro japonés underground.
En nueve de ellos hablé del cuarteto de directores formado por Terayama Shūji,
Suzuki Tadashi, Kara Jūrō y Ōta Shōgo, artistas que no pueden faltar cuando se
habla del teatro japonés de vanguardia de las décadas de los sesenta y setenta.
Pero no fueron ellos los únicos que contribuyeron a crear el especial ambiente que se
respiraba en esa época.
Durante esos años, el entusiasmo de los jóvenes artistas era
enorme y la situación social en Japón muy estimulante. Las nuevas ideas y los
cuestionamientos de todo tipo afloraban por doquier, en arte, en cultura, en lo
social, en lo político.