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martes, 5 de mayo de 2015

Teatro japonés: la obra de nō "Kantan", VII

La representación de Kantan,V
A diferencia de la semana pasada y las anteriores, el clip de hoy será un poco más largo. La escena que veremos muestra la llegada del protagonista a la posada de Kantan, donde su dueña le recibe.

Fijaos cómo el ayudante de escena entrega el atrezo, en este caso un asiento a modo de taburete, a la posadera, quien a su vez lo ofrece al joven huésped para que se siente mientras le explica que posee una almohada mágica.

Ese taburete es uno de los objetos omnipresentes en el teatro clásico japonés. Lo vimos en la obra de kabuki que comenté en otra serie consagrada al teatro japonés y lo volvemos a ver aquí. Se trata de un conjunto de bandejas de madera lacada que se van superponiendo hasta obtener la altura deseada para cada situación.

Rosei entrando en su habitación donde se encuentra la almohada mágica. Foto de la grabación de la obra.

Un detalle a resaltar es que casi toda la locución que la posadera dirige a Rosei la hace de espaldas al público, algo poco frecuente en el teatro occidental, por motivos acústicos, entre otros. En un escenario tradicional de nō, existe una pared trasera que sirve de pantalla reflectora del sonido y que resulta muy adecuada en estos casos. Sin embargo, en la puesta en escena de la función que estamos viendo no es así, pues el telón de foro se encuentra demasiado alejado y no se produce la característica resonancia de un escenario tradicional.

No sé cómo se oía a los actores en la representación en vivo que estamos viendo en estos clips, pero lo que sí es cierto es que ese posible inconveniente desaparece en gran parte en la grabación gracias a la técnica. Lo que se pierde por un lado, quizás, en este caso, se gane por otro.

Hago notar de nuevo que, aunque se lea lentamente mi texto, los párrafos resultan más cortos que el recitado de los actores, y eso a pesar de que he buscado aproximarme a su tempo y ritmo, alargando a veces mi traducción respecto a otras en diferentes idiomas, incluso la del japonés moderno. 

He intentado "poetizar" mi texto, extendiéndolo con giros y expresiones que, por un lado, ayuden a crear ese ambiente mágico tan peculiar en el teatro  y, por otro, permitan que su lectura no quede demasiado "descolgada" de lo que se escucha en el vídeo.

Seguramente, me he tomado una libertad imperdonable, pero la traducción literal de una obra de teatro nō es casi imposible, y cuando se comparan diversas versiones de constata que varían enormemente. En este sentido, creo que no es lo mismo una traducción para ser leída, sin ver la representación, que otra para ser recitada en el escenario o incluso que otra pensada como guía de una función concreta. Seguramente, todo esto que comento es "pecado mortal" desde el punto de vista filológico y literario, pero...

... pero dejémonos de teorías y veamos ya sin más preámbulos el clip de hoy.

Clip 05: Rosei y la posadera, duración 8 minutos

Rosei:
Oíd, por favor, ¿podéis informarme?

Posadera (levantándose de donde estaba):
¿Cómo? ¿Quién hay ahí?

Rosei:
Soy un viajero que pide alojamiento para esta noche.

Posadera:
Fácil es satisfacer vuestro deseo. Pasad por aquí, por favor.

La posadera le coloca un barril lacado para que se siente.

Sentaos aquí, por favor. Parece que viajáis solo. ¿De dónde venís?, ¿a dónde vais?

Rosei:
Mi nombre es Rosei y soy vecino de la región de Shoku. Desde que nací como hombre nunca he pretendido seguir el camino de Buda, solo me he dejado llevar viendo pasar la vida. He oído que en la Montaña del Cordero Volador vive un venerable bonzo al que desearía visitar para hacerle importantes preguntas sobre mi futuro.

Posadera (sentada en el suelo frente a Rosei):
Eso ha sido un largo viaje, ¿no? Mirad, hace mucho tiempo durmió en mi posada un viejo monje que practicaba las artes mágicas de los inmortales. Cuando partió, en pago por su alojamiento, me dio una almohada prodigiosa llamada de Kantan. Quien duerme en ella, al poco tiempo descubre en sueños su futuro y alcanza la iluminación. Usadla y descansad un rato

Rosei:
¿Y dónde, pues, tenéis esa almohada?

Posadera:
La almohada de Kantan se encuentra en esa cámara.

Rosei:
Pues iré ahí para dormir un rato.

Posadera (levantándose):
Mientras tanto os prepararé algo de cena. (Le retira el taburete y se aleja). Oíd, ha llegado un viajero, por favor, coced el mijo.

 Rosei sube a la tarima se arrodilla y mira la almohada.

Rosei:
Así pues, ¿esta es la famosa almohada de Kantan? Abandoné mi hogar para descubrir mi porvenir. Si pudiese ver mi futuro en un sueño nada más comenzar mi viaje sería sin duda un favor del cielo. 
Busqué refugio de una lluvia repentina...

 Inicio de la música y el recitado del coro.




Hoy hemos dejado al joven protagonista descansando en su habitación, a punto de acostarse sobre la almohada mágica de Kantan. ¿Será cierto lo que le ha contado la posadera? ¿Podrá ver su futuro? Eso lo sabremos la semana próxima.

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