En el anterior artículo hablé
del concepto de la indefinición espacial en la arquitectura japonesa y hoy me
gustaría completarlo comentando otras características, sin duda más difusas,
pero no menos importantes, que experimentamos físicamente cuando “entramos” en
un edificio de ambiente japonés clásico.
Tatami en el pabellón
Hiunkaku, 1917, Takamatsu. Foto: Wikimedia Commons.
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