Después de que en el anterior artículo hablase del comienzo de la carrera de Suzuki Tadashi y de cómo
creó sus compañías de teatro, hoy voy a comentar algunos aspectos concretos de un par de sus montajes.
Las obras de Suzuki Tadashi,
I
Dije hace quince días que una vez hubo creado en 1966 su
compañía, el Waseda Shōgekijō, gran parte de los montajes de Suzuki eran de
autoría propia, de Betsuyaku Minoru o de otros escritores japoneses. Uno de
estos últimos fue el de la obra La
máscara de la doncella de Kara Jūrō, de la que hablaré dentro de un mes en los artículos que consagraré a este autor. Como adelanto
del comentario que haré de esa pieza, inserto la siguiente fotografía de una
escena de amor en la que aparecen Kasugano, la otokoyaku (es decir, una actriz, en este caso Shiraishi Kayoko, que
interpreta un papel de hombre), y Midorigaoka, encarnado por Yoshiyuki Kazuko.
Escena de la obra de Kara Jūrō La máscara de la doncella, dirigida por en 1969.
Foto en Ian Carruthers y Takahashi Yasunari: The Theatre of Suzuki Tadashi.
Cambridge
University Press, 2004.
|
Sobre las pasiones dramáticas
Pero de todos los montajes de esos años de Suzuki Tadashi, debe destacarse la constantemente revisada y recreada Gekiteki naru mono o megutte, que más o menos literalmente significaría “En
busca de lo dramático”, pero que se ha traducido al inglés como Sobre las pasiones dramáticas (On the Dramatic Passions). La obra se
considera un hito del teatro japonés de posguerra. Su primer montaje se
hizo en 1969 en Tokio; el segundo, un año más tarde con el título de Sobre las pasiones dramáticas II, y el tercero, en 1973 en Ámsterdam
y Tokio con el título de Sobre las
pasiones dramáticas II, nueva versión.
Esta pieza de Suzuki se centra en el personaje de una mujer
perturbada que compensa el enclaustramiento a que le somete su familia con sus
fantasías en las que encarna a figuras del teatro kabuki. La interpretación que hizo del papel protagonista Shiraishi
Kayoko (1941-), que también aparece en la primera fotografía de La máscara de la doncella, impresionó a
la crítica y al público de la época. Cuando la actriz en su delirio encarnaba a
Ōkuni, la fundadora del kabuki a
principios del siglo XVII, tanto su arte como la maestría de Suzuki como
director demostraban la validez de los enfoques poéticos situados más allá del
simple realismo. Algo muy semejante a lo que sucede en el nō y en el kabuki.
La segunda versión de Sobre
las pasiones dramáticas II, significó el primer gran éxito de Suzuki y el
inicio del reconocimiento de su obra en el extranjero. Después del estreno de
su montaje inicial en Tokio, se representó con idéntico resultado en
Osaka y Kioto, tras lo cual, en 1972, recibió una invitación de Jean-Louis
Barrault para representarla en el Festival del Teatro de las Naciones en París.
Allí solo se ofrecieron dos escenas de la obra, pero el triunfo fue tal que el
Festival de Nancy, dirigido por Jack Lang, le propuso ofrecer la obra completa
al año siguiente. En esa época Suzuki todavía era director de la compañía del Waseda
Shōgekijō y no había creado el SCOT. La ilustración siguiente es de la puesta
en escena de esa obra en París.
La crítica de Nancy fue unánime. Además de los elogios a la
producción y especialmente a la labor de la protagonista Shiraishi Kayoko, el
diario Le Monde calificó a Suzuki de
“Grotowski japonés”. Ese mismo año, el director polaco viajó a Japón para
asistir a los ensayos de la troupe de Suzuki e invitarle al Festival del Teatro
de las Naciones de Varsovia de 1975 y a su propio taller en la ciudad de Wrocław. El japonés ya era
reconocido como uno de los gurús del teatro moderno mundial.
Ese momento marcó el inicio de la etapa de madurez de Suzuki
Tadashi. Había logrado cristalizar su filosofía teatral gracias a su método. Él
mismo reconocía que durante los ensayos no cesaba de introducir cambios. Sus
actores eran capaces de “escribir la obra sobre el escenario”. En ese momento,
Suzuki fue consciente de que debía independizarse de los textos originales.
Ciertamente, estos indicaban el sentido y sentimiento de cada pieza, pero la
situación sobre un escenario era muy diferente. Por eso creía que, al igual que
los textos de kabuki se centraban
sobre la labor del actor, sus producciones “no tenían valor en su forma
escrita.”
Los interesados pueden leer el argumento detallado, escena a
escena, de Sobre las pasiones dramáticas
II según la versión del Waseda Shōgekijō, en el libro de Ian Carruthers y
Takahashi Yasunari: The Theatre of Suzuki
Tadashi. Cambridge University Press, 2004, págs. 100-115.
Las troyanas
En 1974, Suzuki adaptó y dirigió Las troyanas, basada en Las
Bacantes de Eurípides y producida por el Iwanami Hall de Tokio. Ese montaje
se vio en el Teatro Español de Madrid en 1987 y de él dijo la crítica de El País: “Tadashi Suzuki extrae de la
obra original el argumento básico: la lucha entre Penteo, el escéptico Rey de Tebas,
y Dionisio, el peligroso y sensual dios de Oriente, añadiendo espectaculares
efectos visuales, toques superrealistas y los conocidos actores preparados
personalmente por Suzuki con sorprendentes resultados.”
A raíz del estreno de la pieza en Japón, el crítico Senda
Akihiko comentó un aspecto de la dirección de actores especialmente
interesante. En su artículo remarcaba que tanto los tres protagonistas como el
coro pasaban la mayor parte de la obra en cuclillas, una postura que en Japón, y también en gran parte de Asia, estaba muy extendida entre la población, pero que en esa época comenzaba a ser menos frecuente entre las clases medias por
considerarse poco adecuada adoptarla en lugares públicos.
En los años setenta todavía era fácil encontrar en las
estaciones de tren a hombres con traje y corbata esperando en cuclillas, una
posición que les permitía descansar a falta de un asiento convencional. Hace ya
décadas que resulta difícil ver a un salaryman
en esa postura, aunque algunos jóvenes la adoptan cuando quedan ensimismados en
sus móviles, al igual que no pocos trabajadores manuales si realizan un alto en su quehacer.
Versión de Suzuki de Las
troyanas de Eurípides, Iwanami Hall, Tokio, 1974.
Foto en Senda Akihiko: The Voyage of Contemporary Japanese Theatre.
University of
Hawai’i Press, 1997.
|
Pues bien, a partir de esa visión que confronta la postura
en cuclillas con la de sentado en una silla o banco, el crítico
explicaba el sentido de la reinterpretación a la japonesa de las tragedias
griegas que hacía Suzuki. Aducía que este las analizaba a través del filtro de
la sensibilidad nipona y de los característicos movimientos del cuerpo
derivados del teatro nō y del kabuki. Con ello, el director lograba crear una forma de interpretar el drama occidental totalmente diferente de cómo se había hecho hasta entonces en Japón.
Como tengo preparados un par de apartados dedicados a una de
las últimas obras de Suzuki y a su método, en los que he insertado
unos vídeos, he decidido no incluirlos en este artículo para no hacerlo
demasiado largo. Así pues, dentro de quince días nos
volveremos a encontrar con la obra del maestro japonés.
¿Estas interesado en el teatro japonés?, pues busca mi libro El teatro japonés y las artes plásticas. En él hablo de mucho más que de teatro. Leyéndolo descubrirás el trasfondo cultural que existe detrás de todas las artes del Japón tradicional.
¿Estas interesado en el teatro japonés?, pues busca mi libro El teatro japonés y las artes plásticas. En él hablo de mucho más que de teatro. Leyéndolo descubrirás el trasfondo cultural que existe detrás de todas las artes del Japón tradicional.