La tercera generación de diseñadores japoneses, 1
Hace quince días concluí los artículos consagrados a lo que he llamado segunda generación
de diseñadores japoneses y hoy empezaremos a ver la obra de los nacidos en los
años cuarenta del siglo XX. El primero será Kawakami Motomi.
Kawakami Motomi (1940-)
Kawakami Motomi
se graduó en diseño por la Universidad de la Artes y Música de Tokio en 1964.
Entre 1966 y 1969 trabajó en Milán en el despacho del arquitecto y diseñador
Angelo Mangiarotti (1921-2012). En 1971 fundó su propio estudio en Tokio.
Kawakami Motomi.
Foto: motomi-kawakami.jp
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El sillón
Fiorenza de Kawakami se fabricó inicialmente en madera laminada, pero a finales
de los años sesenta el plástico era un material nuevo con el que todos los
diseñadores y fabricantes deseaban experimentar. Por ese motivo, muy pronto se
comercializó en plástico moldeado.
Kawakami Motomi:
Sillón Fiorenza, 1968. Medidas: 570x945mm, asiento 370 mm,
respaldo 640 mm. Foto: motomi-kawakami.jp |
La silla NT de Kawakami se pensó para poder
utilizarse en un comedor, un despacho o en cualquier zona de espera. Se comercializó
en dos versiones, con y sin brazos, y en ambas su estructura de madera se tapizó
con un trenzado textil.
Kawakami Motomi: Silla NT, 1976. Medidas: 556x565 mm, asiento 440 mm, respaldo 770 mm. Foto: motomi-kawakami.jp |
La silla plegable Blitz ganó el primer premio en un concurso
internacional en 1977, pero tardó más de cuatro años en comercializarse. Sobre
su estructura de acero se inyectó poliuretano para revestir su asiento,
respaldo y brazos.
Kawakami Motomi:
Silla Blitz, 1981, cambiado su nombre a Tune en 1995 para Cassina.
Medidas: 530x480 mm, asiento 435 mm, respaldo 710 mm. Foto: motomi-kawakami.jp |
En la fotografía siguiente de la silla Blitz se aprecia el singular perfil que adopta su respaldo cuando se pliega para almacenarla. Supongo que el suspicaz lector habrá detectado que esa forma es una sutil alusión a su nombre: Blitz en alemán significa "rayo" o "relámpago".
Kawakami Motomi:
Silla Blitz, 1981, cambiado su nombre a Tune en 1995 para Cassina.
Medidas: 530x480 mm, asiento 435 mm, respaldo 710 mm. Foto: motomi-kawakami.jp |
El banco Sopra Fiume se pensó para su uso en grandes espacios y vestíbulos públicos con la idea de crear en esos, generalmente, anodinos ambientes un rincón menos impersonal gracias a su ondulando perfil.
Sofá Sopra Fiume, 1991. Medidas: 1800-2120 mm, asiento 280 mm, respaldo 720 mm.
Foto: motomi-kawakami.jp
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En Japón, todavía hoy, al entrar en cualquier vivienda
debemos quitarnos el calzado de calle para usar las preceptivas zapatillas que
siempre se encuentran en el vestíbulo. Al salir, cuando se llevan zapatos con
cordones, considero que es de agradecer si podemos sentarnos y más aún disponer de un calzador.
Kawakami pensó en esas dos funciones cuando ideó su taburete Step Step, un
singular diseño que permite colocarse los zapatos cómodamente y tener siempre a mano un
práctico calzador.
Kawakami Motomi: taburete Step Step, 2008. Tres acabados:
roble, haya o nogal negro.
Medidas: diámetro 335 mm, altura 410 mm. Foto: motomi-kawakami.jp |
No puedo acabar este artículo sin mostrar, al menos un ejemplo de uno de
los objetos de uso diario más habituales en las mesas japonesas: el polivalente cuenco o bol. En
este caso, muestro en las siguientes fotografías un juego diseñado por Kawakami en el año 2010
Kawakami Motomi:
bol Sunkei, 2010. Foto:
motomi-kawakami.jp
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El menaje de mesa desempeña un importante papel en el aspecto visual de la gastronomía de Japón y desde hace unos pocos años es un elemento que los cocineros del todo el planeta intentan emular en sus restaurantes, aunque en mi opinión sin demasiado éxito. Los boles de laca son piezas que aúnan una belleza sin par, una indiscutible funcionalidad y un acabado perfecto, todo eso en un objeto de uso diario.
Kawakami Motomi:
bol Sunkei, 2010. Foto:
motomi-kawakami.jp
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En sus cuencos, Kawakami mantiene todas las características de los boles tradicionales por considerarlas insuperables, y solo se dedica a aplicar ciertos toques personales en su acabado de laca.
Esa actitud es muy frecuente en las artes tradicionales niponas: solo se realizan pequeñas variaciones en "productos" que vienen creándose desde varios siglos atrás y que se consideran clásicos. Eso se constata en la pintura, la arquitectura y en las formas teatrales tradicionales de Japón.
En el siguiente artículo comentaré las obras de otro diseñador japonés de esta misma generación: Umeda Masanori.