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martes, 9 de abril de 2019

Los artistas del grupo Gutai, VII

Arte moderno japonés: Gutai, VII
En el anterior artículo hablé de la “Segunda exposición de arte Gutai al aire libre”, y hoy lo haré de la “Segunda exposición de arte Gutai” celebrada en el Ohara kaikan de Tokio.

“Segunda exposición de arte Gutai”, 1956, primera parte
Del 11 al 17 de octubre de 1956, abre sus puertas la “Segunda exposición de arte Gutai” en el Ohara kaikan de Tokio. En ella se presentan varios trabajos que se han convertido en hitos en la historia de Gutai. Ese mismo mes aparece el número cinco de su revista. Es la primera ocasión que los medios de comunicación japoneses dedican artículos al grupo. Por ejemplo, la revista Bijutsu techō dice en su número 118 de diciembre de 1956:

Los artistas de Gutai sostienen que la expresión se basa en la materia y que en consecuencia es concreta: la estética no será nunca más que la natural puesta al día de las cosas o, al menos, la recomposición artificial de este proceso. […] Sin embargo, la asunción de semejantes riesgos no es nueva. Ya conocimos el dadaísmo, y hoy conocemos el informalismo… y confundir un comportamiento provocativo con el arte es un camino poco seguro para los jóvenes artistas.
Es decir, a pesar de su lenguaje un poco críptico, la prestigiosa revista japonesa dedicada al arte no dejaba muy bien a los artistas de Gutai. Algo parecido hizo el crítico del diario Asahi shinbun en un artículo aparecido el 14 de octubre. Habrá que esperar varios años para que se reconozcan sus méritos.

Pero veamos que presentaron en esa exposición los jóvenes cachorros de Gutai que no resultó del agrado de los “especialistas”.

Murakami: Rasgando papel
Para esta segunda muestra en Tokio, a la que como he dicho ya asisten periodistas, Murakami continua con su experiencia del año anterior para reafirmarse en la que quizás sea una de las acciones más emblemáticas de Gutai.

Antes de la inauguración de la muestra, Murakami prepara varios bastidores de unos dos por dos metros sobre los que monta papel de embalar por ambas caras y a los que, a continuación, aplica una imprimación dorada. Una vez completada esa labor previa, los va colocando verticalmente y separados algo menos de medio metro entre sí. La rotura de todos esos paneles la realiza Murakami el día de la inauguración y ha quedado plasmada en una de las fotografías más conocidas de Gutai, la que inserto aquí mismo.

Murakami Saburō: Rasgando papel, 1956. Ohara Kaikan, Tokio.
Foto en Hirai Yoichi (ed.): What’s Gutai. Osaka: Bijutsu-shuppan-sha, 2004.

La acción dura unos pocos segundos, los necesarios para que Murakami atraviese los bastidores. La rotura del papel produce un fuerte ruido que concluye con el artista por los suelos y una explosión de júbilo entre los presentes. Tras ello, flota una extraña y serena atmósfera en la sala.



Murakami Saburō: Rasgando papel, 1956. Ohara Kaikan, Tokio.
Las tres fotos anteriores en Ming Tiampo y Alexandra Munroe (eds.): Gutai, Splendid Playground.
Nueva York: Museo Guggenheim, 2013.

Se ha escrito que esta acción de Murakami era una alusión a la rotura del papel de las típicas puertas correderas que había en la mayoría de las casas japonesas cuando Murakami realiza su acto, algo que hoy día es cada vez más infrecuente. En los años cincuenta, los niños japoneses solían romper inocentemente con sus dedos el papel de los shōji, pues así se llaman esas puertas.

Como testimonio de esa acción, durante exposición se exhiben los paneles rotos de Murakami junto a dos larguísimas bandas con las ya conocidas pisadas de Kanayama. Una de ellas surge del último bastidor desgarrado y conduce al primer piso del edificio. La segunda, con las huellas en sentido contrario, recorre inversamente el mismo camino.

A continuación inserto un corto clip de YouTube, de menos de un minuto de duración, en el que vemos al propio Murakami, ataviado con un mono de trabajo, recreando su acción en noviembre de 1994 en el Centro Pompidou de París.

Aunque el vídeo es un poco oscuro, puede apreciarse el ruido que se produce al romper el papel y cómo, igual que en 1955 y 1956, el artista acaba su acción cayendo al suelo.



Shimamoto: Lanzando botellas
Shimamoto compra unas pocas decenas de botellas de vidrio que rellena con pintura azul, blanca y amarilla. A continuación, coloca en su interior arena, colillas, insectos muertos, mondas de fruta y cualquier otro objeto de desecho recogido por él mismo la víspera de la inauguración.

Su acción la desarrolla en la cubierta del edificio Ohara. Allí, Shimamoto extiende dos láminas de papel con las que forma una base de unos tres por tres metros y en cuyo centro coloca una piedra. Una vez listo lo que será el soporte de su obra, empieza a moverse a su alrededor lanzando contra el pedrusco las botellas rellenas de pintura que había preparado el día anterior. En algunos momentos penetra en el interior del inverosímil "lienzo" para afinar su “puntería”. 

En la fotografía siguiente vemos a Shimamoto realizando esta acción.

Shimamoto Shōzō creando una obra lanzando botellas de pigmentos, 1956. Ohara kaikan, Tokio. 
Foto en Ming Tiampo: Gutai, Decentering Modernism. Chicago: University of Chicago Press, 2011.

Cuando se rompen los recipientes de vidrio, que Shimamoto lanza casi frenéticamente, explotan proyectando no solo trozos de cristal y pintura, sino también los pequeños objetos que había colocado en su interior. El rastro de color y detritus que se crea cada vez que arroja una botella se detiene en el lugar menos pensado, mezclándose no pocas veces con restos de una rotura anterior.

A partir de los años noventa del siglo pasado, la fama de Gutai comienza a extenderse por Occidente. Poco a poco, sus artistas son solicitados para recrear algunas de sus acciones en museos y galerías de América y Europa. Shimamoto fue uno de ellos.

Adjunto a continuación un clip de YouTube en el que se ve al japonés, ya con 80 años, “creando” una de sus pinturas lanzando botellas con pigmentos delante de numeroso público en una sala del Museo Magi’900 de Pieve di Cento, en Bolonia, el 13 de noviembre del año 2008.

Al comienzo de la grabación vemos que para indicar que la acción de Shimamoto está a punto de empezar, una mujer ataviada con kimono da una vuelta al gran lienzo extendido en el suelo mientras pausadamente va golpeando dos tablas de madera como las usadas en el teatro kabuki cuando se abre el telón en una función. La acción de Shimamoto no deja de ser una teatralización de su trabajo. El vídeo dura algo más de siete minutos.


Para no hacer demasiado largo este artículo, dejo para dentro de quince días el seguir hablando de las obras presentadas en esta “Segunda exposición de arte Gutai” de 1956.

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