Arte moderno japonés:
Gutai, VI
En el
anterior artículo comenté la “Exposición
Life de un solo día”, y hoy lo haré
de la “Segunda exposición de arte Gutai al Aire Libre”, en la que se confirmó
definitivamente el empuje creativo de los miembros de Gutai.
“Segunda
exposición de arte Gutai al aire libre”, 1956
La
“Segunda exposición de arte Gutai al aire libre” se lleva a cabo del 27 de
julio al 5 de agosto de 1956 en el parque de Ashiya, junto al río, en el mismo emplazamiento que la
primera del grupo celebrada el año anterior. También como entonces, la
oscuridad de la noche permite a los artistas jugar con efectos lumínicos.
Para
esta ocasión, Yoshihara Jirō (1905-1972) planta en un lugar prominente del parque un enorme
tablero y varios rotuladores de colores para que cualquier persona escriba o dibuje lo que desee en el panel. La propuesta del japonés
puede verse como una precursora invitación para crear grafiti. Un rótulo indica
a los visitantes: Por favor, dibuje libremente.
Kanayama Akira (1924-2006) realiza
una obra que recreará varia veces y que se ha convertido en una de las
“clásicas” de Gutai. Sobre una larguísima lámina de plástico de unos cincuenta centímetros de ancho, imprime unas huellas de zapatos a modo de pisadas dejadas
por alguien que hubiera caminado por encima de ella. A continuación va
extendiendo esa lámina por el parque hasta llegar a un árbol, por el que la hace ascender de manera inverosímil. El título que da a su obra es Huellas de
pies. Para la portada del número cinco de la revista Gutai se utiliza la imagen de una de esas marcas de suela de zapato.
Kanayama Akira: Huellas de pies,
1956. Lámina de plástico. Ashiya.
Foto en Ming Tiampo: Gutai, Decentering Modernism. Chicago: University of Chicago Press, 2011. |
Motonaga Sadamasa (1922-2011) continúa su investigación sobre la capacidad que tienen los líquidos de
modificar la forma de los plásticos. Para esta ocasión suspende unas láminas de
polietileno de las ramas de los árboles como si fueran hamacas. A continuación,
vierte sobre ellas agua de diversos colores. El resultado es una especie de enormes boomerangs transparentes que de noche, bajo los
focos, parecen flotar en el aire. Su título: Agua.
Inserto
un corto vídeo de menos de un minuto de duración en el que se muestra la
recreación de esta obra para la exposición que se pudo ver en el Museo Guggenheim
de Nueva York en el año 2013. Ciertamente, no han pasado los años para esta
sencilla pero atractiva pieza de Motonaga.
En
esta ocasión, Murakami Saburō (1923-1996) utiliza una tela rosácea para crear una especie de
tienda cilíndrica de apenas metro y medio de diámetro y unos tres de alto que
titula Cielo. Lo que pretende es que cuando un visitante entre en
ella, alce su vista y contemple a través de un orificio dejado en el techo
troncocónico un trozo de la bóveda celeste rodeada del traslúcido color de la
tela.
Tanaka Atsuko (1932-2005) insiste en su investigación con los tejidos y para esta exposición crea siete
figuras a modo de gigantescos maniquíes, de más de cuatro metros de alto, que
se tocan unos a otros con sus brazos en cruz. De noche, se encienden las bombillas de colores que la artista ha colocado en su interior y que hace parpadear continuamente. Esta
instalación es fruto de su trabajo sobre la integración de la luz en la
vestimenta. La titula Vestidos de escena. En siguientes exposiciones llevará más lejos esta investigación, como veremos en próximos artículos.
Las dos aportaciones de Kanayama y Tanaka en esta muestra
tienen en común un elemento insólito en Gutai: el componente figurativo,
pisadas en uno y maniquíes en otro. Sin embargo, su intención, efecto e
interpretación están muy lejos de lo convencional.
Shimamoto Shōzō (1928-2013) presenta dos trabajos ya conocidos. En el primero, igual que hizo en la
exposición para Life, suspende un
soporte de plástico rojo de casi diez metros de alto. A continuación, coloca
varios pigmentos dentro de un gran tubo de cuatro metros de largo y unos
treinta centímetros de diámetro que, mediante gas acetileno, hace explotar como
un cañón proyectando la pintura sobre la gigantesca lámina. El título, simplemente Obra.
Shimamoto Shōzō: Obra,
1956. Pintura y toldo de plástico, 10x10 m aprox. Ashiya.
Foto en
Hirai Yoichi (ed.): What’s Gutai.
Osaka: Bijutsu-shuppan-sha, 2004.
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Por
otro lado, Shimamoto recrea la experiencia de Tokio del año anterior y
coloca en el suelo dos cajones a modo de pasarelas sobre las que invita a caminar.
Como entonces, en uno de ellos coloca unos tablones basculantes y en el otro construye una superficie irregular y elástica. Quienes decidan aceptar la invitación del título
de la obra, Ande por aquí, por favor, experimentarán en cada paso una sensación diferente.
En el siguiente artículo hablaré de la “Segunda exposición de arte Gutai” celebrada
en Tokio ese mismo año 1956.
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