martes, 26 de febrero de 2019

Los artistas del grupo Gutai, IV

Arte moderno japonés: Gutai, IV
Hace quince días vimos las dos acciones que Murakami y Shiraga realizaron en la “Primera exposición de arte Gutai”. Hoy continuaré hablando de esa muestra comentando unas pocas obras que otros artistas del grupo presentaron en el Ohara kaikan de Tokio en octubre de 1955.

“Primera exposición de arte Gutai”, 1955, segunda parte
Empezaré por un artista radical que en estos comienzos se planteó cómo hacer partícipe al espectador en su obra: Shimamoto Shōzō.

Shimamoto ShōzōObra sobre la que andar
En una de las salas del Ohara kaikan, Shimamoto Shōzō (1928-2013) presenta un par de objetos a los que da el nombre de Obra sobre la que andar y Obra para atravesar. Con esos títulos, el artista busca motivar al visitante para que camine sobre ellos y experimente sensaciones inesperadas. Para conseguirlo, en el primero coloca unas planchas de madera que basculan de manera diferente según se pisen y en el segundo crea una superficie de forma muy irregular.

De esa manera, Shimamoto pretende que cuando una persona deambule por encima de ambos perciba cierto grado de incertidumbre ante la duda de lo que sucederá al realizar el siguiente paso. El tacto y el sentido del equilibrio se ponen a la misma altura que el de la vista, el único que suele utilizarse cuando se visita una exposición de arte convencional. 

Shimamoto Shōzō: Obra sobre la que andar y Obra para atravesar, 1955. Ohara kaikan, Tokio. 
Foto en Françoise Bonnefoy (ed.): Gutai. París: Galerie Nationale du Jeu du Paume, 1999.

Inserto a continuación un videoclip de YouTube, de solo veinte segundos, de la reconstrucción que se hizo de esas dos obras en la Bienal de Venecia de 1993. La pieza de color rosáceo es la que aparece en la foto anterior en segundo término.



Motonaga Sadamasa: Líquido rojo
Motonaga Sadamasa (1922-2011) presenta en una de las salas del Ohara kaikan varios trabajos. En el suelo, sitúa unas piedras de varios colores encima de una base y tarima blancas. En las paredes, cuelga sus óleos, de los que hablaré en otro artículo consagrado exclusivamente a este artista. Finalmente, junto a una ventana, distribuye una serie de bolsas de plástico suspendidas del techo y llenas de agua teñida de diferentes colores.

Motonaga Sadamasa con varias de sus obras: óleos en las paredes, piedras en el suelo
y bolsas de agua colgadas del techo. Ohara kaikan, Tokio.
Foto en Hirai Yoichi (ed.): What’s Gutai. Osaka: Bijutsu-shuppan-sha, 2004.

En el segundo artículo de esta serie vimos que en “Desafío al sol del verano. Exposición experimental de arte moderno al aire libre” del mes de julio de 1955, Motonaga había colgado de la rama de un árbol una gigantesca bolsa de plástico transparente con agua roja en su interior. Para esta ocasión, en el interior del Ohara kaikan, el artista decide reunir un buen número de esas “gotas”, ahora de menor tamaño pero de varios colores, para crear una especie de lagrimeo multicolor. La foto siguiente muestra ese montaje. En mi opinión, esta es una de las aportaciones más notables de Motonaga.

Motonaga Sadamasa: Líquido rojo, 1955. Plástico y agua coloreada.
Ohara kaikan, Tokio. 
Foto en Françoise Bonnefoy (ed.): Gutai
París: Galerie Nationale du Jeu du Paume, 1999.

Tanaka Atsuko: Timbres
Tanaka Atsuko (1932-2005) presenta en esta Primera Exposición de Gutai un insólito trabajo que llama Timbres y un  rótulo que invita al visitante a accionar un pulsador. Lo que hace la japonesa es distribuir por el suelo de una sala un conjunto de zumbadores conectados por un cable.

Cuando alguien toca aquel pulsador, instantáneamente le sorprende el sonido de un timbre situado a sus pies y que no había visto. Apenas un segundo después, y gracias a un dispositivo de relojería, comienzan a sonar los otros zumbadores, uno tras otro, creando una ola de sonido que va alejándose por las estancias del recinto. 

Tanaka Atsuko preparando la instalación de Timbres, 1955.
Ohara kaikan, Tokio. 
Foto en The Dream of a Museum
Hyogo Prefectural Museum of Art, 2002. 

Lo interesante del montaje de Tanaka es la interrelación que se crea entre el sonido y el espacio y cómo quien ha activado el mecanismo percibe la sensación del espacio a través de la variación del volumen del sonido. En 1954, Tanaka ya había creado una pequeña instalación semejante con veinte timbres, y en 1956 realizará otra versión en el Museo de Bellas Artes de Kioto en la que perfeccionará el temporizador y utilizará una red de zumbadores extendida a lo largo de más de cuarenta metros por varias salas.

Tanaka Atsuko: Timbres, 1955. Reconstrucción de 1985.
Museo de Arte Moderno de la Prefectura de Hyōgo en Kōbe.
Foto en The Dream of a Museum. Hyogo Prefectural Museum of Art, 2002. 

La artista japonesa pretende que su carrusel de campanillas se adapte a los diferentes emplazamientos de sus exposiciones, extendiéndose por varias estancias para crear una ola de sonido que recorra decenas de metros.

En la “Primera exposición de arte Gutai” de octubre de 1955 se presentaron muchas más obras de artistas del grupo, tanto de los que he comentado como de otros, pero no pretendo ser exhaustivo. Por eso lo voy a dejar aquí. En el próximo artículo hablaré de la siguiente muestra de Gutai.

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