martes, 19 de octubre de 2021

Japón y el mundo del té, X

La ceremonia de té en Japón. El protocolo 

Hace quince días publiqué una entrada con un videoclip en el que se veía la preparación del té según el protocolo clásico y en el artículo anterior hablé un poco de las reglas que rigen en una ceremonia y también hice un comentario sobre la actitud que nosotros, los occidentales, deberíamos adoptar si se nos invita a una. Hoy me extenderé algo más sobre este punto.

Un aspecto que hay que tener muy presente cuando se asiste a una ceremonia de té “formal”, es decir, en una habitación ambientada con elementos de estilo japonés (enseguida explico que quiero decir con esto) es que todos los objetos empleados para su elaboración y presentación los ha elegido escrupulosamente el anfitrión de acuerdo con una determinada idea. En consecuencia, los invitados han de contemplarlos con una discreta admiración, sentimiento que no deben manifestar con palabras rimbombantes, sino con unas sencillas frases y un adecuado lenguaje no verbal.

Ceremonia de té en una habitación de estilo tradicional. 
Foto de la web del ryokan Beniya Mukayū de Kaga, prefectura de Ishikawa.

sábado, 2 de octubre de 2021

Japón y el mundo del té, IX

La ceremonia de té en Japón. La preparación del té 

En el anterior artículo vimos muy por encima el protocolo de una ceremonia de té y hoy propongo ver cómo se desarrolla realmente. Para ello voy a insertar dos vídeos, el primero seguramente un poco largo pero que merece la pena ver.

En el primer clip veremos la preparación del té realizada por una mujer según el protocolo tradicional, mientras que en el segundo, el anfitrión será un hombre. De esa forma, aunque en ambos se mantiene una estricta ortodoxia, podremos comparar y descubrir ciertas diferencias en la gestualidad.

Es muy posible que su duración, unos quince minutos, parezca excesiva a las personas acostumbradas a la rapidez con la que consumimos la información en los medios digitales. Siempre vamos con prisas haciendo varias cosas a la vez sin concentrarnos en ninguna. Caminamos, comemos, viajamos o hablamos sin apartar la vista del teléfono leyendo o contestando intrascendentes mensajes en WhatsApp o Twitter. 

Pues bien, la vía del té se inventó precisamente para poder escapar durante unos minutos del incesante trasiego y preocupaciones cotidianas, que hoy día son muy diferentes de las de hace 400 años, pero sutilmente más alienantes. Así pues, esta sería una buena oportunidad para hacer justo eso.