Arte moderno japonés:
Gutai, III
En el anterior artículo hablé de la exposición al aire libre
que hicieron los miembros de Gutai “desafiando al sol del verano” en un parque
de la ciudad de Ashiya, cerca de Osaka. Hoy lo haré de la que se tituló
oficialmente como la verdadera “Primera exposición de Gutai”. Esta vez las obras
se presentaron en las salas de un centro cultural, el Ohara kaikan de Tokio.
El edificio del centro Ohara de Tokio era donde Ohara Hōun (1908-1995)
tenía su escuela de ikebana, una de
las más prestigiosas de Japón. Cuando Ohara vio la exposición que había
organizado Yoshihara en el parque de Ashiya, ofreció a este la opción de que de
los miembros de Gutai mostraran sus obras en las instalaciones de su sede en
la capital japonesa.
Yoshihara aceptó su oferta y, del 19 al 28 de octubre de 1955, seleccionó una serie de trabajos de los integrantes del recién nacido Gutai para exponerlos en el edificio de Ohara. Fue la que se conoce como “Primera exposición Gutai”. Hasta 1959, cada año, los artistas de Gutai presentaron sus obras y acciones en el centro Ohara kaikan de Tokio.
“Primera exposición de
arte Gutai”, 1955, primera parte
La “Primera exposición de arte Gutai”, realizada en el Ohara
kaikan de Tokio, ha quedado inscrita en la historia del arte moderno japonés
por sendas acciones que realizaron el día de su inauguración Murakami y Shiraga.
La importancia de ambas radica tanto en la originalidad del acto creativo en sí
mismo como en su significación como precursoras del happening.
Si bien suele otorgarse a Allan Kaprow (1927-2006) la autoría de los primeros happenings, es decir, los realizados a finales de los años cincuenta en Estados Unidos, él mismo reconoció que en algunos de los actos ejecutados durante las muestras de Gutai de 1955 ya se encontraba el germen de lo que en el mundo del arte se conoce como happening. Veamos cómo se desarrollaron dos de esas acciones: la de Murakami y la de Shiraga.
Murakami: Rasgar el papel
La
acción de Murakami Saburō (1923-1996)
en la primera exposición de Tokio es una de las más célebres de toda la
historia de Gutai. El artista ha preparado dos bastidores. El menor, en el que
ha pegado una lámina de papel, lo sitúa en la puerta de entrada a la exposición
con la idea de que lo atraviese la primera persona que entre el día de su
apertura. En el mayor, en realidad formado por tres marcos, ha encolado varias
capas de papel de embalar con una imprimación dorada. Este será el foco
principal de su acción.
Inserto
a continuación un videoclip de YouTube de medio minuto de duración en el que
Murakami, ya con 71 años, recrea aquel acto de rotura de aquel bastidor de papel que
colocó en la entrada de la primera exposición Gutai en 1955. El japonés realizó
esta nueva acción en el Museo de la Ciudad de Kawanishi el 12 de noviembre de
1994, dos años antes de su fallecimiento.
Obsérvese que el papel que se colocó en este caso era semejante al papel de las puertas correderas japonesas llamadas shōji, es decir mucho más fino y fácil de rasgar que el que empleó en los bastidores mayores.
Veamos ahora lo que sucedió con el otro panel. Murakami se oculta tras unos enormes marcos forrados de papel dorado y separados entre sí solo unos pocos centímetros. Al otro lado se encuentra el público asistente. El silencio genera un ambiente expectante. De golpe, el artista abre tímidamente una pequeña brecha en la zona media inferior. Luego, con más decisión, rompe el papel un poco más arriba.
Sus puños atraviesan la brillante superficie produciendo un ruido seco. La gente se pregunta por donde aparecerá después el artista. En poco tiempo rasga con sus brazos cuatro, cinco agujeros. Uno más, el último, y Murakami, con sus características gafas negras, rueda por el suelo.
Murakami Saburō: Abriendo seis agujeros en un momento, 1955. Papel kraft dorado, 187x250 cm. Ohara kaikan, Tokio. Foto: Museo de la Universidad de Osaka. |
La acción
se ha desarrollado con una enorme velocidad. Después de los seis estallidos
ensordecedores, Murakami queda casi inconsciente. Como testimonio de lo
sucedido, se cuelga el panel dorado en una de las paredes de la exposición cual
pintura convencional.
Shiraga: Luchar contra el barro
Poco antes de la inauguración de la exposición de 1955 que
estoy comentando, se habilita una zona en el jardín del Ohara kaikan de Tokio donde
se vuelca un montón de arcilla debidamente humedecida para darle una
consistencia suficientemente plástica. Nadie sabe con qué fin se ocupa esa zona
con semejante material.
Una vez concluida la estruendosa acción de Murakami descrita en el apartado anterior, aparece
Shiraga Kazuo (1924-2008) ataviado solo con un calzoncillo blanco. Se dirige hacia el lugar donde
se encuentra la masa de arcilla y sin pensarlo dos veces se lanza sobre ella.
En la fotografía siguiente, vemos al japonés justo al inicio de esa actuación,
cuando su calzoncillo todavía está blanco.
Shiraga Kazuo: Luchar
contra el barro,
ejecutada el 19 de octubre de 1955. Ohara kaikan, Tokio. Foto en Japon des avantgardes 1910-1970. París: Centre Pompidou, 1986. |
Shiraga
se revuelca frenéticamente sobre la pegajosa masa, la golpea, la arrastra con
los pies, con las manos, con todo su cuerpo. Comienza a llover, lo que añade
aún más visceralidad al extraño combate. El acto finaliza rápidamente. Una vez
liberada toda su energía, Shiraga se levanta con restos de arcilla por todo su
cuerpo.
Shiraga Kazuo después
realizar de su acción Luchar contra el barro, 1955.
Ohara kaikan, Tokio. Foto: Amagasaki Cultural Center. |
Durante los diez días que
dura la exposición de Gutai, Shiraga repite su acción tres veces con la misma
decisión y energía. Las dos fotografías siguientes corresponden a las dos
últimas ejecuciones de su singular lucha con el barro.
Shiraga Kazuo: Luchar
contra el barro, 1955, segunda ejecución. Ohara kaikan, Tokio.
Foto en Ming Tiampo y Alexandra Munroe (eds.): Gutai, Splendid Playground. Nueva York. Museo Guggenheim, 2013. |
Shiraga Kazuo: Luchar
contra el barro, 1955, tercera ejecución. Ohara kaikan, Tokio.
Foto en Ming Tiampo y Alexandra Munroe (eds.): Gutai, Splendid Playground. Nueva York. Museo Guggenheim, 2013. |
Las
acciones realizadas por Murakami y Shiraga se convirtieron en las dos aportaciones más interesantes de esa
primera muestra de Gutai de 1955. Su importancia radicó tanto en su
originalidad como en ser las precursoras de los happenings de Kaprow.
En el
siguiente artículo, dentro de quince días, veremos más obras de los artistas de
Gutai presentadas en esa “Primera exposición de arte Gutai” en el Ohara
kaikan de Tokio en 1955.
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