Ya se ha publicado Arquitectura moderna de Japón
Ya está a la venta en todas las librerías y en Amazon, el segundo volumen de mi historia de la arquitectura japonesa publicada por Satori Ediciones.
Este segundo libro habla de la evolución de la arquitectura en Japón desde 1868 hasta el año 2015.
La publicación este pasado mes de octubre del primer volumen dedicado a la arquitectura tradicional provocó bastante expectación en las redes sociales, donde muchos manifestaron que estaban ansiosos esperando el segundo.
Pues bien, el libro ya se puede comprar, pero igual que hice con el primero, voy a ofrecer como aperitivo la introducción con la que comienza Arquitectura moderna de Japón.
Introducción
Este libro no es más que la continuación y el complemento del titulado Arquitectura tradicional de Japón, un volumen también publicado por Satori Ediciones. Entre ambos he intentado englobar el discurrir de la arquitectura japonesa desde sus orígenes hasta nuestros días. Dada la extensión del empeño y, sobre todo, la enorme diferencia conceptual, formal y técnica que existe entre los edificios construidos en Japón hasta 1868, año de la apertura oficial de sus fronteras, y los proyectados desde esa fecha hasta nuestros días, en su momento creí más conveniente y cómodo dividir el texto en dos libros independientes. El mencionado Arquitectura tradicional de Japón, y este segundo, Arquitectura moderna de Japón.
Frecuentemente, los aficionados al arte clásico o tradicional no lo son tanto al moderno o vanguardista y, viceversa, los entusiastas de lo más actual y rompedor miran con cierto distanciamiento lo que tiene más de cien o cincuenta años de antigüedad. Por ese motivo, con la subdivisión del texto en dos volúmenes, ni unos ni otros se verán obligados a adquirir el que se aleja de sus preferencias.
No obstante, confío que los primeros, al menos, lean esta introducción y sientan una mínima curiosidad para ojear algunas páginas. Si lo hacen, espero que descubran que si bien las tradiciones deben mantenerse a toda costa, lo sustancial en ellas radica en su espíritu y en que la forma de expresarlo varía constantemente de acuerdo con cada época. Así pues, no parece lógico que en el siglo de la informática, del Internet de las cosas y de los coches sin conductor, persistan las mismas maneras y soluciones que se empleaban cuando ni siquiera existían calculadoras (aunque sí los ábacos), ni telefonía, ni vehículos a motor. Por ello, los invito a que, después de haber leído Arquitectura tradicional de Japón, no tengan reparo en adentrase en este volumen, en el que se habla de la arquitectura moderna del País del Sol Naciente. Descubrirán que incluso las obras de los diseñadores más vanguardistas mantienen aquel espíritu que sustentaba su tradición, aunque su aspecto y técnica sean hoy muy diferentes.
Los admiradores de lo más actual conocen bien que la evolución de los estilos y formas de todas las artes responde a los gustos y recursos de que se dispone en cada momento. Nada de lo que se construye hoy hubiera sido posible sin que antes, muchos siglos atrás, artesanos y artistas levantaran edificios que en su época representaban algún tipo de innovación. Es más, puedo afirmar que, si desconocen la arquitectura del Japón más antiguo, cuando la descubran constatarán que gran parte de sus soluciones espaciales se parecen mucho a las que hoy mismo manejan no pocos proyectistas. Eso lo constataron asombrados Bruno Taut, Walter Gropius o Richard Neutra cuando visitaron el País del Sol Naciente. También en este caso, invito al lector de este segundo volumen, sin duda un inquieto conocedor de todo lo último, a que, después de admirar las imaginativas propuestas de los jóvenes arquitectos de Japón, abra las páginas del primero para averiguar de dónde procede su vena creadora.
Ya está a la venta en todas las librerías y en Amazon, el segundo volumen de mi historia de la arquitectura japonesa publicada por Satori Ediciones.