La pintura asiática y la pintura europea
Inicio hoy una nueva serie de dieciséis entradas dedicada a las artes japonesas y, en concreto, a comentar algunas de
sus características más recurrentes, gran parte de las cuales resultan ser muy
diferentes de las que se dan en el arte occidental.
En el año 2016 publiqué nueve artículos sobre ese tipo de rasgos en la arquitectura japonesa, este enlace te llevará al primero de ellos. Ahora, en esta serie retomaré ese tema de las recurrencias llevándolo a otras artes, principalmente a la pintura y la jardinería, aunque también volveré a hablar de la arquitectura.
A pesar de que algunos de los atributos de la arquitectura que comenté entonces los vuelva a mencionar aquí, creo que merece la pena hacerlo para comprobar si es cierto que son comunes a otras artes niponas. Esta es la diferencia de esta serie respecto a la anterior.
En el año 2016 publiqué nueve artículos sobre ese tipo de rasgos en la arquitectura japonesa, este enlace te llevará al primero de ellos. Ahora, en esta serie retomaré ese tema de las recurrencias llevándolo a otras artes, principalmente a la pintura y la jardinería, aunque también volveré a hablar de la arquitectura.
A pesar de que algunos de los atributos de la arquitectura que comenté entonces los vuelva a mencionar aquí, creo que merece la pena hacerlo para comprobar si es cierto que son comunes a otras artes niponas. Esta es la diferencia de esta serie respecto a la anterior.