La ceremonia de té en Japón. El zen, 2
Hoy continuaré hablando de las relaciones entre el budismo zen y la ceremonia de té que inicié en el anterior artículo. Comenté entonces que, a pesar de que su trabajo parezca poco exigente desde el punto de vista físico, los maestros de la caligrafía y el arreglo floral adoptan una postura y respiración que les permite realizarlo de manera correcta y económica.
La postura y la respiración son también fundamentales en el zazen, la práctica de la “meditación” en la posición de loto. Pero quienes practican el zazen y la caligrafía no solo comparten esos dos elementos. Un aspecto que se da en ambas especialidades, y que también existe en la escuela budista zen como uno de sus principios, es la importancia que se otorga a la concentración cuando se realiza cualquier actividad.
La concentración
El ejemplo más claro de eso lo encontramos en los trabajos
previos a la ejecución de una caligrafía o un arreglo floral. La preparación
de los utensilios para hacer un sumi-e o un ikebana requiere una
concentración y meticulosidad que va más allá de la simple funcionalidad de ese
acto.