La ceremonia de té en Japón. Los utensilios, 4
Con la anterior entrada cerramos el capítulo dedicado a los
utensilios más “visibles” de los empleados en la preparación del té. Hoy hablaremos de otros objetos no tan directamente relacionados con la infusión, pero
no menos necesarios si de lo que se trata es de oficiar una ceremonia con
todo su protocolo.
Los paños
Los diferentes paños empleados para diversas funciones
también tienen su importancia. Los que se usan para limpiar el bol son de lino
blanco, y los utilizados para envolver algo o como base de apoyo, de seda y color.
Los paños de algodón o lino blanco se llaman chakin y se emplean para secar el cuenco una vez se ha aclarado con el agua que luego se vierte en el contenedor (kensui) que se comentó en el artículo de hace quince días. Los paños de seda y color se denominan fukusa y se usan para limpiar la cucharilla de bambú y el contenedor de té.
Papeles blancos kaishi, paño fukusa, un pincho
para pasteles y un abanico. Todos se transportan en un estuche de tela kukusabasami (el tejido azul-verdoso). Foto: Wikimedia Commons. |
En la ilustración anterior se muestran los artículos que los invitados más preparados llevan dentro de una especie de pequeña cartera o bolso de mano, que en la foto es de tejido azul-verdoso y aparece desplegado. En este caso, además de las servilletas de papel blanco y el paño de seda de tono violeta, se incluyen un abanico y un pequeño pincho para pastelitos.
Protocolo para occidentales
En la tercera entrega de esta serie hablé del tipo de ceremonia denominado ryūtei, que se concibió especialmente para entornos que no fueran el de una ortodoxa casa de té o una sala de estilo clásico con tatami sobre los que sentarse al modo japonés.La foto siguiente ya la inserté en el artículo décimo cuando comenté ese tipo de ceremonia de té, pero ahora nos servirá para ver los objetos que se emplean cuando se prepara el té de acuerdo con ese protocolo, por ejemplo, en una vivienda occidental, en alguna demonstración pública o en situaciones semejantes. En tales casos su desarrollo es algo más directo y solo se emplean los objetos imprescindibles para la elaboración del té.
Ceremonia del
tipo ryūtei. Foto: Wikimedia Commons. |
La escuela Urasenke diseñó un pequeño mueble transportable formado por dos elementos o módulos con forma de cubo, que sirven para guardar todos los utensilios necesarios para una ceremonia, y un tablero central que hace la función de mesa donde se elabora la infusión a la vista de los invitados.
Ese mueble suele tener el aspecto que se ve en la fotografía anterior. Dos bases laterales con ruedas y, entre ambas, un estante un poco más bajo donde se prepara el té y que es el verdadero foco de atención del acto.
En esa ilustración se distinguen, en el lado izquierdo, el contenedor de agua (mizusashi) con su tapa al lado, y en el centro, el batidor (chasen) y el bol (chawan). En el módulo derecho, el hornillo queda empotrado y solo se ve el hervidor (kama) y el cazo (hishaku). La mujer sostiene el contenedor de té (natsume) en su mano. El recipiente para el agua usada para lavar el cuenco se sitúa en un estante interior oculto para los invitados, tal y como exige el protocolo.
Otros objetos
Hasta aquí se hemos visto los objetos más importantes que
se necesitan para realizar una ceremonia de té. Sin embargo, existen otros que, si bien no siempre se emplean porque dependen del lugar donde se
celebre y del tipo de ceremonia, sí mantienen, como todos los vistos, un notable
nivel formal o, para entendernos, estético.
El camino del té, el chadō, siempre ha estado asociado con otras dos vías: la del arreglo floral, ikebana o kadō, y la del incienso, kōdo. Ambas requieren unos sencillos utensilios que, si bien no son tan vistosos como un bol, los contenedores del té o el recipiente del agua para preparar la infusión, merece la pena comentarlos. Voy a hablar solo de dos de ellos relacionados con esas dos vías mencionadas, la del arreglo floral y la del incienso.
No trataré aquí de los utensilios de menaje empleados en la pequeña comida que se ofrece en una ceremonia completa porque solo ellos merecerían una serie completa.
Floreros
Una flor, o planta, es un elemento imprescindible para crear el ambiente apropiado en la estancia donde se ha de celebrar una ceremonia de té. Su lugar preferente es el tokonoma, aunque no siempre como elemento central, papel que suele adjudicarse a una pintura o caligrafía. A menudo, el florero simplemente se cuelga de un humilde clavo hincado en el pilar del tokonoma, el llamado tokobashira, como se aprecia en la siguiente fotografía.
Florero de bambú con una flor de camelia blanca. Foto de fuente desconocida. |
Obviamente, esa flor puede colocarse en un recipiente cerámico o metálico, aunque los de bambú son muy apreciados precisamente por su sencillez y espíritu humilde. Se dice que el primer florero de bambú lo utilizó Sen no Rikyū en una ceremonia organizada por Hideyoshi.
Como todo en el camino del té, los elementos empleados deben mantener entre sí una relación lógica de acuerdo con sus postulados. En consecuencia, el tipo de florero y su flor o rama deben elegirse teniendo en cuenta la pintura colgada en el tokonoma. Como norma general, deben evitarse las repeticiones, es decir, una determinada flor, por ejemplo, la del cerezo, no puede aparecer simultáneamente en el florero y en la pintura.
Contenedor y quemador de incienso
En una ceremonia de té, la estancia donde se agasaja a los
invitados se ambienta con incienso antes de que lleguen. Cuando no se ha
podido perfumar el ambiente, suele exponerse su pequeño brasero en el tokonoma
de la estancia.
Como casi todo en Japón, el incienso también llegó al País del Sol Naciente desde China a través de Corea. Eso ocurrió en el siglo VI con la introducción del budismo en el archipiélago nipón. Primero los monjes, luego los aristócratas y más tarde los samurai quemaban incienso como parte de un ritual que poco a poco fue evolucionando hasta que, en el siglo XVI, se consolidó como el kōdō, es decir, el camino del incienso, una de las vías como la del té, las de las artes marciales y otras muchas.
El kōdo es una práctica que necesita varios objetos para llevar a cabo su protocolo, sin embargo, aquí solo vamos a comentar dos: el quemador o incensario, el kōrō, y el contenedor de cenizas, el takigara-ire.
Antes de preparar el té hay que colocar carbón avivado e incienso en un pequeño brasero. En los de madera lacada se quema madera de incienso como el sándalo. En cambio, en los braseros cerámicos, como el de la foto siguiente, se utilizan pastillas prensadas.
Taller de Nomura Ninsei: quemador de incienso (kōrō),
cerámica con diseño de flores de las cuatro estaciones, 17x18 cm, s. XVII. Metropolitan Museum de Nueva York. Foto: web del museo. |
Simplificado mucho, los incensarios como el de la
fotografía anterior, llamados kōrō, se usaban inicialmente como simple
placer o para perfumar los vestidos. Sin embargo, con los años se utilizaron
para llevar el carbón ya prendido al lugar en el que se celebraba el kōdo, a donde se trasladaba una parte de ese carbón a un simple contenedor de cenizas,
el llamado takigara-ire que se ve en la siguiente imagen.
Contenedor de cenizas (takigara-ire), laca con
decoración en oro y plata de pinos, bambúes, ciruelos y logo familiar, 8,3x5,7 cm, s. XVIII. Metropolitan Museum de Nueva York. Foto: Web del museo. |
La diferencia entre ambos objetos es que el incensario tiene
unas rejillas, generalmente en su zona superior.
Existen tres grandes maneras de quemar incienso. La más sencilla consiste en insertar unas varillas de ese material en un lecho de cenizas colocado dentro del contenedor del tipo takigara-ire, como el de la anterior fotografía.
En otra forma más clásica, el carbón avivado se sitúa dentro del lecho de cenizas, sobre el que se colocan trocitos de madera de incienso, ya sea planos o hincados en su superficie.
Finalmente, existe un método algo más complejo que, igual que el anterior, coloca el carbón avivado dentro del lecho de ceniza, pero creando una especie de pequeña chimenea de unos milímetros de diámetro que llega hasta la superficie, donde se coloca una placa de mica sobre la que se sitúa el incienso.
El próximo artículo será el primero de la segunda parte de esta serie que consagraré a las relaciones entre el chadō y la cultura y arte de Japón, empezando por el zen.