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sábado, 14 de mayo de 2022

La guerra de Ucrania y "La estación del agua"

Este artículo es un poco especial por lo que voy a explicar. Hace un par de días recibí un correo a través de la opción "Contacto" de este bloc de un lector que reside en Los Ángeles. Héctor Álvarez, que así se llama, me explicaba que había descubierto la serie que dediqué hace años al teatro japonés en este blog y en concreto este artículo dedicado a la obra La estación del agua de Ōta Shōgo (1937-2007), de quien hablé también en esta otra entrada previa.

A mi edad, superados ya los setenta, suelo emocionarme con cosas y situaciones que hace unos decenios no me producían los mismos efectos. El caso es que Héctor me comentaba en su amable correo que, en febrero de este año 2022, había dirigido un montaje de esa obra del japonés con estudiantes del California Institute of the Arts o CalArts School of Theater.

Foto del montaje de La estación del agua de Ōta Shōgo en el California Institute of the Arts.
Febrero de 2022. Foto: cortesía del director de la obra, Héctor Álvarez.

El aspecto que más "me tocó" de su correo fue cuando me explicaba que esa experiencia resultó ser "increíble a muchos niveles, pero especialmente porque nuestro estreno coincidió con la invasión rusa de Ucrania, y el montaje adquirió, por su temática, una relevancia y urgencia importantes." 

Recuerdo que Ucrania fue invadida el 24 de febrero de este año 2022, el mismo mes del montaje de La estación del agua en el California Institute of the Arts.

Héctor también me comentó que la obra de Ōta Shōgo "me  impulsó a concebir la lentitud de la propuesta estética de Ōta como una lupa con la que examinar el tema de la brutalidad racial en los EE.UU y la interacción entre silencio y trauma, y también el concepto de 'slow violence' o violencia lenta del filósofo Rob Nixon, [...]

Foto del montaje de La estación del agua de Ōta Shōgo en el California Institute of the Arts.
Febrero de 2022. Foto: cortesía del director de la obra, Héctor Álvarez.

Ciertamente, nunca me hubiera imaginado cuando escribí mi reseña en el verano de 2017 que la situación que retrata la obra de Ōta Shōgo podía sernos tan cercana e inquietante. 

Voy a recordar un poco lo que dije en mis artículos sobre La estación del agua.

Sus dos horas de duración son una continua muestra del concepto de simplificación extrema, casi de despojo absoluto de todo lo prescindible, una de las características del teatro  que Ōta considera muy fructífera.

El escenario es un terreno baldío. Unos caminantes acarrean bolsas, maletas y todo tipo de enseres. Se detienen frente a una fuente que gotea continuamente para luego proseguir su viaje. Un hombre sentado sobre un montón de chatarra los observa mientras se cepilla los dientes, lee el periódico o toma café. Una niña sostiene su muñeca. Una pareja empuja un carrito de bebé repleto con sus pertenencias.

Foto del montaje de La estación del agua de Ōta Shōgo en el California Institute of the Arts.
Febrero de 2022. Foto: cortesía del director de la obra, Héctor Álvarez.

La estación del agua es una de las obras de Ōta más internacionales y una pieza maestra del teatro no hablado o no verbal, aunque en palabras de su autor “Sí hay palabras en ella,… solo que no podemos oírlas.”

Pues bien, Héctor Álvarez me ha hecho llegar dos enlaces a sendos videoclips de su montaje que se encuentran en la plataforma de Vimeo y que con mucho gusto inserto a continuación para tener otra versión además de la japonesa que incluí en mis artículos sobre la obra de Ōta Shōgo.

Este clip es de la segunda escena y dura poco más de cuatro minutos y medio. 

The Water Station Scene 2 from Héctor Sanzbritz on Vimeo.

He visionado los dos clips varias veces y reconozco que hoy se ve esta obra de forma diferente a como la veíamos hace apenas cuatro años. Pocas veces un teatro sin palabras puede ser más cercano y emotivo. ¡Qué explícito puede ser el silencio! 

En palabras del propio Héctor: 

Mucha gente del público vio en esa imagen una especie de metáfora sobre la situación racial de los EE.UU. Lo increíble es que una obra de teatro aparentemente tan sencilla, creada en Japón hace casi cuarenta años, tenga una capacidad poética tan evocadora para hablar de nuestro presente y de temas tan dispares como la guerra en Ucrania, el racismo en EE.UU o la escasez de agua (aquí en California llevamos diez años con una de las peores sequías que se recuerdan), uniéndolos todos con el hilo común del sufrimiento humano.

Este segundo clip es de la séptima escena y dura menos de cuatro minutos. La gallina, traída por el hombre muerto, parece no darse cuenta de la situación.

The Water Station at CalArts from Héctor Sanzbritz on Vimeo.

Termino este artículo enviando un muy sincero y afectuoso abrazo , aunque sea "virtual", al director de ese montaje, Héctor Álvarez, y a todos los estudiantes y equipo que han participado en él. Todos ellos figuran en los créditos que acompañan a este último clip que puede verse directamente en Vímeo. Muchas gracias.