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martes, 12 de agosto de 2025

Curso de arte japonés, art. 31º. Cerámica, IX

En el anterior artículo comentamos unas pocas obras de cuatro ceramistas que destacaron en la segunda mitad del siglo XX. En el de hoy, el último de este apartado dedicado a la cerámica japonesa, hablaremos solo de dos artistas cuya actividad comenzó en los años setenta del pasado siglo, pero que muy pronto alcanzaron una merecida fama. Me refiero a Fukami Sueharu y Raku Kichizaemon.

Fukami Sueharu (1947-)

Fukami Sueharu es quizás el ceramista vivo nipón más reconocido tanto en Japón como en Occidente. Su trabajo se concentra en la porcelana, paradigma de la perfección en el mundo de la cerámica. Sus verdaderas esculturas unas veces parecen flotar en el aire y otras surcarlo con sus afiladas aristas de una perfección extrema.

Fukami Sueharu: Tenkū: shō (Vacío celestial: volar), 29,8x60,0x21,9 cm, porcelana, 1995-2000.
Portland Art Museum. Foto: web del museo. 

Fukami crea sus obras vertiendo porcelana líquida en un molde para luego, una vez seca, afilar y pulir sus bordes antes de cocerlas en el horno y aplicar el denominado seihakuji, una especie de barniz transparente de un tono azulado. De cada molde extrae apenas ocho piezas que una vez acabadas son diferentes.

Fukami Sueharu: Ko (Espléndida soledad), 175 cm, porcelana, 2019.
Thomsen Gallery, Manhattan. Foto: web de la galería.

Raku Kichizaemon XV (1949-)

Raku Kichizaemon XV es sin duda el paradigmático heredero de una tradición centenaria que sigue manteniendo un nivel artístico que puede calificarse de asombroso. Su producción se reduce casi exclusivamente a boles de té y cada una de sus obras se sitúa en la fina línea que separa la cerámica de la escultura, a pesar de su reducido tamaño.

Raku Kichizaemon XV: bol de té Gyō, alto: 12,9 cm, boca: 15,6 cm, 2022.
Museo Raku de Kioto. Foto: Hatakeyama Takashi en la web del museo.

La obra de Kichizaemon es verdadero arte contemporáneo que demuestra que es posible que la vanguardia se integre en la tradición sin renunciar a la renovación más radical.

Raku Kichizaemon XV: florero denominado fugen, alto: 34,9 cm, 2009. Museo Raku, Kioto.
Foto: Hatakeyama Takashi en la web UNFRAMED, Los Angeles County Museum of Art.

Más información sobre la cerámica empleada en la ceremonia de té

El 26 de junio de 2021 publiqué en este blog el primero de los 32 artículos de una serie dedicada a la ceremonia de té. Y el 16 de noviembre de ese mismo año apareció el primero en el que se comentaban los utensilios empleados en la ceremonia de té, muchos de ellos de cerámica.

Raku Kichizaemon y Fukami Sueharu son los dos ceramistas japoneses de mayor prestigio actualmente en activo. Ambos representan los extremos entre los que se mueve el arte del fuego: desde una marcada textura que reclama para sí todo el protagonismo hasta una inmaculada superficie que nos parece irreal.

En 2004, con motivo de su vigésimo aniversario, la revista Honō geijutsu (El arte del fuego) realizó una encuesta entre críticos, estudiosos, galeristas y coleccionistas para que citaran a los veinte ceramistas japoneses modernos más representativos. El primer lugar de la lista confeccionada con la opinión de los encuestados fue para Fukami Sueharu. En otra relación, elaborada únicamente con el dictamen de los dos últimos grupos, ocupó el segundo puesto, a un solo voto de Raku Kichizaemon XV.

Quienes estén interesados en ampliar lo comentado en estos últimos artículos dedicados a la cerámica de Japón, pueden recurrir a mi libro en formato ebook y publicado por Amazon: Historia y arte de la cerámica japonesa. Solo cuesta 3,50 euros y pueden leerse sus primeras páginas y comprarlo en este enlace.    

Con eso finaliza este apartado dedicado a la cerámica de Japón. Dentro de dos semanas cambiaremos de arte y entraremos en el mundo de la escultura.