martes, 16 de noviembre de 2021

Japón y el mundo del té, XI

La ceremonia de té en Japón. Los utensilios, 1 

En el anterior artículo vimos de forma muy rápida la actitud que deberíamos adoptar si asistimos a una ceremonia de té, y hoy empezaré a comentar los utensilios que se emplean en ella, a los cuales también dedicaré las siguientes tres entradas.

Los elementos que se precisan para ofrecer una ceremonia de té completa se dividen en cuatro grandes grupos: los necesarios para la elaboración de la infusión, los objetos decorativos, los enseres para preparar la habitación y los útiles para poner a punto el jardín.

Sin embargo, no siempre se necesita disponer de todos ellos. Por ejemplo, cuando el té se ofrece en un espacio no específicamente preparado para compartir el cuenco de té, solo se emplean los del primer grupo.

En cambio, se precisarán los cuatro tipos de objetos si la ceremonia se lleva a cabo en una verdadera habitación o casa de té, con el preceptivo motivo ornamental, en la que se ofrece un pequeño menú, denominado kaiseki, y cuyo acceso se realiza a través de un jardín.

Aquí nos centraremos exclusivamente en los útiles del primer grupo, los imprescindibles para elaborar la infusión. Enseguida veremos que todos ellos tienen su propia personalidad y, sobre todo, un cuidadísimo diseño que responde a los principios de la vía del té que comenté en los artículos séptimo y octavo de esta serie.

El primer utensilio será el pequeño recipiente donde se guardan los dos tipos de té en polvo que se usan y que comentaré enseguida. Hay que tener presente que la mayoría de las veces a lo que podremos asistir será solo a un “encuentro alrededor de un bol de té”, traducción libre del vocablo chakai y que consiste en un té ligero, denominado usucha, acompañado de un pequeño pastelito o wagashi.

En cambio, una ceremonia completa puede durar entre tres y cuatro horas e incluye una pequeña colación llamada kaiseki y un servicio de té espeso o koicha.

Recreación del kaiseki servido por Sen no Rikyū 
el 21 de septiembre de 1590. Foto en Paul Varley y 
Kumakura Isao (eds.): Tea in Japan. Essays on the History 
of ChanoyuHonolulu: University of Hawai’i Press. 1994.

Los contenedores de té en polvo, el natsume y el chaire

Después del bol, el contenedor del té es el objeto más valorado de todos los empleados directamente en la elaboración de su infusión.

Los dos tipos de té en polvo se guardan en recipientes diferentes. El ligero (usucha) se pone en uno de laca llamado natsume, y el denso (koicha), en uno cerámico denominado chaire. El diseño de ambos, como el del resto de los utensilios, es muy apreciado, especialmente el de los natsume.

Parece ser que cuando el monje Eisai (1141-1215) volvió de su estancia en China a Kioto, trajo consigo un recipiente cerámico con té, por lo cual los primeros contenedores que se conocieron en Japón fueron chinos. Con el tiempo, a medida que se fue extendiendo la ceremonia del té por el país, se empezaron a crear piezas similares en los hornos de Seto y Bizen.

Ahí se encuentra el origen de emplear recipientes de cerámica para el té. Su nombre genérico es chaire y se usan para el té más denso y concentrado denominado koicha, mientras que el té ligero se guarda en pequeños contenedores de laca llamados natsume.     

Contenedor de cerámica Seto o Mino 
con tapa de marfil (chaire) para el té en polvo, s. XVII. 
Walters Art Museum, Filadelfia. 
Foto: Wikimedia Commons.


Esos recipientes cerámicos tenían formas muy variadas y los más apreciados tenían su tapa de marfil con una hoja de pan de oro en su cara interior. En otros casos podía ser de asta o material similar.

Los chaire de origen chino reciben diversos nombres según sea su forma, por ejemplo, de berenjena, manzana, etcétera. El primer horno japonés en el que se produjeron chaire se encontraba en Seto, en la prefectura de Aichi.

La siguiente ilustración muestra otro chaire con regueros irregulares de su barniz, un rasgo muy apreciado por los maestros de té debido a su “aparente” imperfección. Recordemos el lema de la belleza de lo imperfecto, el wabi cha, que comenté en este artículo.

Contenedor de cerámica Seto (chaire
para el té en polvo con tapa de marfil, s. XIX. 
Walters Art Museum, Filadelfia. 
Foto: Wikimedia Commons.

Frente a esa marcada textura de la cerámica tan valorada por los maestros de té, los natsume exhiben una superficie tersa que solo acepta las incrustaciones de oro, plata u otro material para crear algún tipo de diseño. Suelen medir unos ocho centímetros de alto y algo menos de diámetro. Ya hemos dicho que el natsume se usa para el té ligero llamado usucha.

El nombre de natsume proviene de su forma parecida a la del jínjol, un fruto original de China muy poco conocido en Europa y que precisamente se llama en japonés natsume.

El tipo más formal, denominado rikyū-gata, es de laca negra sin ningún “añadido” decorativo y se divide en tres tamaños, grande, mediano y pequeño, aunque a veces el primer grupo se subdivide en otros dos. 

Natsume del tipo rikyu-gata 
creado por Suzuki Mutsumi (1942-2009), 
7,62 cm de alto y 7,30 cm de diámetro, laca. 
Foto: Minneapolis Institute of Art, 
Jackson Burke Foundation.

Las siguientes ilustraciones son de varios satsume cuyos motivos decorativos, crisantemos, garzas y arces, se adecúan a una estación determinada.

Contenedor de laca (natsume) para té en polvo. 
Colección privada. Foto: Wikimedia Commons.


El natsume es uno de los objetos artesanales que, debido a su inmaculada superficie de laca, parece imposible que se haya fabricado a mano. En el periodo Edo comenzaron a superponerse pequeños diseños con la misma laca negra, aunque muy pronto empezaron a añadirse representaciones de todo tipo con el makie, una técnica que consiste en pulverizar sobre la laca limaduras de oro, plata u otros materiales. Las posibilidades decorativas del makie son enormes pues, además de los diferentes colores que proporciona ese rociado, permite crear diferentes texturas.

Contenedor de laca (natsume) para el té en polvo 
con la tapa abierta. Foto: Wikimedia Commons.

Uno de los detalles que muestra la calidad de un natsume es que la tapa encaje tan perfectamente en su base que una vez colocada, primero, no tenga ningún tipo de holgura o movimiento y, segundo, que al pasar suavemente el dedo por la unión entre la tapa y la base no se aprecie en absoluto la junta. 

Contenedor de laca (natsume) para el té en polvo. 
Foto: Wikimedia Commons.

El dosificador de té, chashaku

El dosificador para verter el polvo verde en el bol es una especie de minúscula cucharilla que casi siempre es de bambú tallado de tal modo que tenga una junta natural en el centro. En ceremonias informales puede ser de madera de ciruelo. Su nombre japonés es chashaku.

Dosificador de té (chashaku) creado por Furuta Oribe, 
bambú, 18,2 cm, s. XVII. Museo de Arte Tokugawa de Nagoya. 
Foto: web del Museo de Arte Tokugawa de Nagoya.

Inicialmente, los grandes señores los usaban de concha marina, marfil o incluso plata, pero Murata Jukō, de quien hablé en otro artículo, rechazó esos materiales nobles por ir contra sus principios y los sustituyó por el humilde bambú. Su tamaño varía entre diez y veinte centímetros de largo, mientras que su anchura ronda el centímetro.

Dosificador de té (chashaku) atribuido 
a Sen no Rikyū, bambú, 18 cm, s. XVI. 
Museo de Arte Tokugawa de Nagoya. 
Foto: web del Museo.

Para concluir este artículo inserto un videoclip de YouTube en el que se ve el proceso de fabricación del chashaku. Dura un poco más de dos minutos.

 

Dentro de quince días me centraré en el utensilio más importante y variado de todos los empleados en una ceremonia: el cuenco de té.