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martes, 24 de agosto de 2021

Japón y el mundo del té, VI

La ceremonia de té en Japón. Los primeros maestros, 3

Hace quince días hablé del maestro de té Takeno Jōō y hoy lo haré de su discípulo Sen no Rikyū, el tercero y más reconocido de todos y quien hizo las aportaciones más trascendentales para la evolución del camino del té.

 Sen no Rikyū (1522-1591)

Sen no Rikyū nació en una solvente familia de mayoristas de pescado. Cuando todavía era adolescente, se sintió atraído por el mundo del té y muy pronto se le reconoció como un verdadero experto en ese campo. Rikyū estudió zen en el monasterio de Daitoku-ji en Kioto.

Su fama hizo que Oda Nobunaga le invitara varias veces a su castillo de Azuchi para que preparara una ceremonia de té. Tras la muerte de Nobunaga, entró al servicio de Toyotomi Hideyoshi, quien le asignó un estipendio de 3000 koku de arroz por año. El koku era la unidad con la que se fijaban los ingresos de los señores feudales y servidores como Sen no Rikyū. Un koku equivalía a poco más de 180 litros, el volumen de arroz que se suponía necesitaba una persona para vivir un año. 

martes, 10 de agosto de 2021

Japón y el mundo del té, V

La ceremonia de té en Japón. Los primeros maestros, 2

En la parte final del anterior artículo hablé del primero de los grandes maestros de té del Japón clásico, y hoy lo haré del segundo de ellos.

En aquella entrada dije que la fama de Murata Jukō llegó hasta Ashikaga Yoshimasa (1436-1490), el octavo shōgun de su familia. Yoshimasa fue un gran aficionado y patrocinador del teatro ,  la pintura de tinta china, el arreglo floral o la ceremonia de té, artes que se han convertido en indiscutibles paradigmas de lo verdaderamente japonés.

Fue él quien promovió la construcción de Ginkaku-ji, el  popularmente conocido Pabellón de plata, un lugar pensado como retiro donde practicar y promover las artes, y que tiene el mérito de ser el germen de toda la arquitectura residencial japonesa posterior.

Bajo el patrocinio de Yoshimasa, en el recinto de Ginkaku-ji se levantó un pequeño edificio llamado Tōgudō en cuyo interior se encuentra una sala, de menos de ocho metros cuadrados, que fue la primera habitación cubierta totalmente con tatami, exactamente cuatro y medio. 

La sala dōjinsai del interior del Tōgudō, 1486, Kioto. Foto de fuente desconocida.