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martes, 19 de octubre de 2021

Japón y el mundo del té, X

La ceremonia de té en Japón. El protocolo 

Hace quince días publiqué una entrada con un videoclip en el que se veía la preparación del té según el protocolo clásico y en el artículo anterior hablé un poco de las reglas que rigen en una ceremonia y también hice un comentario sobre la actitud que nosotros, los occidentales, deberíamos adoptar si se nos invita a una. Hoy me extenderé algo más sobre este punto.

Un aspecto que hay que tener muy presente cuando se asiste a una ceremonia de té “formal”, es decir, en una habitación ambientada con elementos de estilo japonés (enseguida explico que quiero decir con esto) es que todos los objetos empleados para su elaboración y presentación los ha elegido escrupulosamente el anfitrión de acuerdo con una determinada idea. En consecuencia, los invitados han de contemplarlos con una discreta admiración, sentimiento que no deben manifestar con palabras rimbombantes, sino con unas sencillas frases y un adecuado lenguaje no verbal.

Ceremonia de té en una habitación de estilo tradicional. 
Foto de la web del ryokan Beniya Mukayū de Kaga, prefectura de Ishikawa.

La fotografía anterior es del interior de una habitación de té (chashitsu) moderna pero de diseño clásico. Todos sus detalles siguen las pautas más escrupulosas de cómo debe ser el escenario ideal para sumergirse en el mundo del té. Ahí vemos lo que quería decir en el párrafo anterior cuando hablaba de “una habitación ambientada con elementos de estilo japonés”. Asistir a una ceremonia de té en un entorno semejante es como acceder a un templo.

No es fácil que se nos invite a una ceremonia de té que se lleve a cabo en un espacio con el nivel de ortodoxia que se aprecia en esa foto. Sin embargo, en una habitación convencional también es posible crear un ambiente que favorezca pareja sensación si se incorporan unos pocos elementos. El primero de ellos debería ser un rincón, que de alguna forma rememorase el tokonoma, donde colgar una pequeña pintura o caligrafía y mostrar una simple flor o rama.

Si bien el tatami es otro de los elementos que ayuda a crear un ambiente nipón, me parece que en el caso de invitados no japoneses puede resultar problemático. Me explicaré.

El pedir a un occidental que se arrodille en un tatami durante un buen rato, en la denominada posición seiza como la del maestro de la anterior fotografía, solo provoca que a los pocos minutos se le empiecen a entumecer las piernas hasta el punto se serle insoportable, un efecto que lastrará su experiencia hasta convertirla en una verdadera tortura. 

Ante ese problema, suele ofrecerse la alternativa de sentase con las piernas cruzadas. No obstante, esto también tiene algunos inconvenientes que ilustra la siguiente fotografía y comento a continuación. 

Anfitriona y ambiente ortodoxos e invitados sentados con las piernas cruzadas.  Foto de fuente desconocida.

Un occidental en una ceremonia de té 

En la ilustración anterior vemos a dos jóvenes muy atentos a lo que hace la anfitriona. En este caso, seguramente se les recomendó que, en vez de arrodillarse como ella, se sentaran en el suelo con las piernas cruzadas, una posición algo más cómoda para nosotros los occidentales. No obstante, ese cambio tiene ciertos efectos que rompen la buscada armonía del momento. 

Para no pecar de excesivamente puntilloso, no voy a entrar en si la espalda ligeramente curvada de la joven "rompe la armonía" del ambiente en contraste con la de la anfitriona. Eso es solo consecuencia de que la posición de su pelvis, forzada por cómo está sentada, le impide mantenerla recta.  

Por ese motivo, quienes practican el zazen (meditación zen) cuando se sientan con las piernas cruzadas en la posición de loto o semi lotoutilizan un cojín bastante grueso para que su pelvis les permita mantener su espalda recta, algo imprescindible en esa actividad. Sin ese adminículo, o se tiene mucha flexibilidad y práctica o siempre acabaremos adoptando la postura de los jóvenes que aparecen en la foto. 

Este detalle que comento sobre la espalda de los invitados puede parecer nimio a muchos, pero en un entorno como el de la ceremonia de té, donde todos los gestos se estudian para crear un ambiente armonioso y equilibrado, cualquier elemento que escape de esa ortodoxia puede desbaratar la atmósfera buscada. 

Pero la posición de las piernas cruzadas tiene otro inconveniente que me parece más grave. Los jóvenes de la foto demuestran una buena flexibilidad y cruzan muy bien las piernas, algo que la mayoría de las personas mayores no podrían hacer. Sin embargo, a pesar de ello, vemos que uno de los pies del joven queda "peligrosamente" cerca del cuenco de té, un efecto ciertamente muy poco recomendable.

He visto muchos casos donde los invitados, incluso durante actos de un cierto nivel social, han quedado en posiciones embarazosas por culpa de forzarles a sentarse en un tatami para asistir a una ceremonia de té. 

Toda esta larga perorata viene a cuento porque pienso que cuando se desea realizar una ceremonia de té para occidentales es mucho más adecuado que se sienten en unos taburetes frente a una mesita baja de altura adecuada.

Debemos de tener en cuenta que los gestos de los invitados, recibir el bol, girarlo, beber de él y devolverlo al anfitrión, además de ser contenidos, relajados y pausados, deben estar en sintonía con su postura y forma de sentarse.

En el artículo tercero y en el octavo de esta serie comenté que la escuela Urasenke ideó un protocolo llamado ryūtei en el que tanto el anfitrión como los invitados se sentaban en pequeños taburetes y en el que la gestualidad tenía en cuenta esas nuevas relaciones ergonómicas. Véase la foto siguiente.

Ceremonia de té de estilo ryūtei. Foto: Wikimedia Commons

Los más puristas quizás dirán que la atmósfera de una ceremonia en la que la anfitriona prepara el té como vemos en la fotografía anterior y los invitados se sientan en taburetes, nunca será la misma que cuando ambas partes adoptan la posición seiza sobre los tatami. Eso es cierto, pero ambas opciones tienen ventajas e inconvenientes.

¿Qué preferirían mis sufridos lectores: asistir a una ceremonia arrodillados durante cuarenta o sesenta minutos en posición seiza o hacerlo sentado en un taburete bajo?  

Los utensilios de una ceremonia de té

Una vez comentados los aspectos relativos a la etiqueta que debe mantenerse durante una ceremonia de té, vamos a ver cuáles son los objetos que se emplean para elaborar la infusión y los tipos que se utilizan dependiendo de la ocasión. 

Los utensilios necesarios para llevar a cabo el chanoyu siempre los elige el anfitrión con sumo cuidado. En general, se denominan chadōgu, y su funcionalismo y cuidado diseño son el paradigma de la belleza que recomienda el espíritu del té. 

Tokonoma con una caligrafía y un sencillo florero en la casa de té Tōsui-an en el 
Museo de Cerámica de la prefectura de Aichi. Foto: Wikimedia Commons.

Además de una pintura o caligrafía en forma de kakemono y algún tipo de florero, siempre colocados en ese verdadero altar que es el tokonoma, los adminículos directamente empleados en la elaboración del té se dividen en dos grupos: los necesarios para la preparación de la infusión y los que se precisan para servir los alimentos que la acompañan. De este último tipo son las bandejas, grandes o pequeñas; los boles, con o sin tapa, y los recipientes, cerámicos o de madera. Casi todos ellos se usan en la cocina japonesa tradicional.

Como complemento de este artículo inserto un videoclip de YouTube en el que se muestra el proceso de preparar la infusión de té verde en polvo y como debe recibirlo el invitado. La anfitriona explica en inglés y con bastante detalle los pasos más importantes. Pueden activarse los subtítulos. Dura 5’45”.


Dentro de quince días empezaré a hablar de cada uno de los objetos, de cerámica, laca, bambú y otros materiales, que se emplean en la chanoyu.