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miércoles, 29 de mayo de 2013

Arquitectura japonesa: del estilo shinden al shoin, I

La arquitectura japonesa de estilo shinden
En el artículo El jardín japonés, el periodo Heian, expuse unas pocas características de los jardines denominados shinden y comenté que las mansiones donde se construían también se conocían como de estilo shinden. En esta entrada voy a explicar algunos de los rasgos que definen a los edificios de dicho estilo y en el siguiente comentaré la aparición del posterior estilo shoin.

Orígenes del estilo shinden
El estilo shinden de arquitectura, como el de jardín, floreció en el periodo Heian (797-1185) y está indefectiblemente asociado a la aristocracia de esos años. Sin embargo, si bien su germen ya existía en el periodo anterior, el Nara (710-794), sus difusos orígenes se remontan a modelos importados de la dinastía China Tang.

Parece haber evidencias de que uno de los aspectos que diferenciaba a las mansiones de estilo shinden del periodo Heian de las del periodo precedente era la red de corredores cubiertos que comunicaban los diferentes edificios de la villa.

Una de las consecuencias que tuvo la adopción de esa solución fue que los residentes o visitantes de esas mansiones adquirían una visión policéntrica del entorno. Es decir, la necesidad de desplazarse por largos pasadizos, que no pocas veces tenían cambios de dirección, proporcionaba variadas perspectivas del jardín y también de los patios ajardinados que ellos mismos definían. Esa secuencia de diferentes vistas obtenida al desplazarse, con los años fue muy tenida en cuenta a la hora de establecer las relaciones entre edificio y jardín. Ese será uno de los rasgos más importantes de los futuros parques japoneses de paseo. Pero esta es otra historia.

Cuando se fue consciente de esa consecuencia, los corredores elevados dejaron de ser simples elementos funcionales para convertirse en definidores de espacios y sobre todo en generadores de la cuarta dimensión, la temporal. Atravesándolos podía experimentarse el paso del tiempo tanto más claramente cuanto más largo era el recorrido.

Fuentes de información
No ha llegado hasta nuestros días ningún ejemplo de arquitectura shinden ni tampoco de jardines de ese estilo. Toda la información sobre su verdadera configuración se ha obtenido a partir de excavaciones y, sobre todo, de obras como el Genji monogatari y su interpretación en el Genji monogatari emaki (que comenté en un artículo anterior) y otras pinturas en rollo. Mientras las primeras suministran datos sobre el desarrollo en planta de los edificios, los emaki proporcionan valiosos detalles de su configuración interior.

Distribución de una villa shinden
La mansión shinden de un noble se construía en un recinto que se aislaba del mundo exterior mediante una valla de argamasa con un tejadillo de tejas cerámicas y en la que se abrían dos grandes portones de acceso en los lados este y oeste, uno como entrada noble y otro para uso diario. En el espacio así delimitado se construían los diferentes edificios de la villa de acuerdo con la categoría de su propietario.

Recreación de una villa shinden. Dibujo en Marc P. Keane: Japanese Garden Design. Tuttle, 1996.

Como centro de todo el conjunto se levantaba un gran pabellón central, denominado también shinden, donde residía el señor y recibía a las visitas. A su alrededor, y dependiendo de su nivel social, había varios edificios aislados destinados a los guardias, sirvientes, familia, almacenes, cuadras, etcétera. Casi todas esas construcciones estaban comunicadas mediante pasillos elevados y cubiertos. Finalmente, y dependiendo del tamaño del estanque, podía haber un embarcadero, quioscos de pesca o miradores. El jardín siempre se situaba frente a la fachada sur del edificio principal.

Edificio central
El pabellón de estilo shinden estaba formado por un espacio central (moya) rodeado, en uno o varios de sus lados, por una crujía (hisashi) que ampliaba esa zona interna, permitiendo llevar a cabo las actividades sociales propias de la aristocracia, y por una galería abierta (sunoko) protegida por el alero de la cubierta.

Frecuentemente, una parte del núcleo central se empleaba como almacén (nurigome) de las pertenencias más privadas de la familia y a veces como dormitorio del señor, para lo cual se independizaba mediante paneles de madera y una puerta de acceso. El resto del espacio interior no tenía ningún tipo de elemento fijo que lo subdividiera, y se destinaba a cualquier función como estudiar, comer o recibir invitados. Tampoco era extraño que el dueño durmiera en una especie de dosel al efecto situado en esa zona.

Sección y planta esquemáticas de un pabellón shinden. Fuente desconocida.

En el croquis precedente se representa un primitivo edificio de estilo shinden. En la sección se observa que la estructura de la zona central (moya) es independiente de la crujía exterior (hisashi). En muchos casos esta última solo se encontraba en la fachada sur, la orientada al jardín, y lo mismo sucedía con la galería abierta (sunoko). Esta  zonificación del espacio interior también se daba en los templos budistas: el altar y las imágenes se situaban en el moya.

Estructura
La estructura del pabellón shinden era íntegramente de madera y a base de columnas y vigas. Los pilares se apoyaban sobre unas piedras que se enterraban en el suelo, dejando unos diez centímetros por encima del terreno para que no se vieran afectados por la humedad. El pavimento estaba levantado y formado por tablas de madera.

Una de las características de ese sistema estructural era que las vigas de soporte de la cubierta de la zona central (moya) eran independientes de las del espacio perimetral (hisashi y sunoko). Este hecho tuvo consecuencias nada desdeñables.

En primer lugar, debido a su independencia de la pesada estructura de la zona central, permitía utilizar vigas de madera especialmente elegidas para crear el voladizo de la cubierta y cubrir así sobradamente la galería abierta.

Por otro lado, la pequeña sección de sus vigas permitió formar esa ligera curvatura en la cubierta de los edificios japoneses y, sobre todo, elaborar el complejo y sofisticado sistema de ménsulas desarrollado en los templos budistas.

Finalmente, su independencia permitía construir la crujía de la galería en una segunda fase si el propietario no tenía los recursos necesarios, decisión que no fue infrecuente cuando, siglos más tarde, ya no eran los pudientes cortesanos los únicos que construían viviendas de un cierto nivel.

Cubierta
La cubierta del pabellón shinden era a cuatro aguas, con los faldones mayores orientados a norte y sur y los laterales interrumpidos por unos pequeños muros hastiales. Ese tipo de techumbre se denomina irimoya y su origen parece remontarse tanto a las primitivas construcciones rurales japonesas como a modelos chinos que penetraron en Japón a través de la arquitectura de los templos budistas. El material de acabado solía ser corteza de ciprés y muy pocas veces teja cerámica.

Alzados de una cubierta de estilo irimoya. Fuente desconocida.

La cubierta de estilo irimoya de la ilustración corresponde a un templo budista, no a una mansión shinden. Por un lado, su acabado es teja cerámica en vez de corteza y, por otro, su sistema estructural es mucho más complejo y sus faldones tienen una curvatura más pronunciada.

Divisorias exteriores
Exteriormente, el edificio shinden únicamente tenía puertas correderas en su fachada norte. Como cierre resistente general se instalaban unos postigos de madera colocados entre los pilares exteriores y divididos en dos partes: la superior se abatía hacia el techo suspendiéndola de unos ganchos al efecto, mientras que la inferior solo se retiraba si el tiempo lo permitía. Eran los shitomido.

Para aumentar la protección de las fachadas contra la lluvia se prolongó la cubierta de la hisashi creando un prominente alero. Con el tiempo ese tejadillo fue aumentando poco a poco su vuelo permitiendo que, en grandes edificios, la antigua galería exterior (sunoko) aumentara de tamaño hasta llegar a necesitar una línea más de pilares.

Divisorias interiores
El Genji monogatari emaki es una muy buena fuente de información para descubrir qué aspecto tenían los interiores de las villas aristocráticas heian. El pabellón principal era, exceptuando el mencionado nurigome, un espacio abierto, sin divisiones fijas y con un pavimento de tablas de madera. Para diferenciar determinadas zonas se empleaban biombos (byōbu), o cortinas, bien suspendidas de bastidores movibles (kichō) o de guías fijas colocadas entre los pilares (kabeshiro).

Durante el día, la fachada del edificio quedaba señalizada solo con este último sistema de cortinajes y, por delante de ellos, unas persianas enrollables de finas cañas de bambú (sudare) protegían más efectivamente de los rayos del Sol. Solo de noche, o si las condiciones meteorológicas lo aconsejaban, se cerraba el edificio con los postigos (shitomido).

Genji monogatari emaki, capítulo Minori. Museo Tokugawa. Foto: Wikimedia Commons.

En esta lámina del Genji monogatari emaki, se aprecian perfectamente las tres zonas de una mansión shinden y los sistemas de cortinas y persianillas.

Mobiliario
El mobiliario de las mansiones shinden se reducía a alguna silla para uso exclusivo del señor (una influencia china) y unas pocas mesitas bajas empleadas como escritorio. Las personas se sentaban en el suelo encima de unas esterillas, precedente de los futuros tatami, y a veces sobre simples cojines. El noble disponía de un apoyabrazos para su uso exclusivo.

Aquí finalizo este artículo, pero continúa dentro de unos días cuando hable de la evolución del estilo shinden y de la aparición del shoin. Este es su enlace.

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