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martes, 26 de mayo de 2015

Teatro japonés: la obra de nō "Kantan", X

La representación de Kantan, VIII
Como prometí la semana pasada, en el vídeo de hoy de la obra Kantan veremos la danza de estilo cortesano que ejecuta el kogata danzante, sea este bailarín o bailarina. Ya expliqué en el tercer artículo de esta serie la interpretación que puede hacerse de ese papel, pero para quien no lo haya leído, voy a repetirla de nuevo, casi literalmente.

El kogata con su máscara y adornos. Foto extraída de la grabación de la obra.

Kogata
Un punto especialmente ambiguo es el que se refiere al artista que encarna al kogata, el personaje que ejecuta la única danza de Kantan. En el teatro , el papel de kogata suele ejecutarlo un niño, generalmente hijo de alguno de los actores que intervienen en la obra.

De acuerdo con las teorías de Zeami (1363-1443), el padre del , un niño en el papel de kogata  puede representar muy adecuadamente tanto a niños como a individuos de alto rango social, por ejemplo, personajes de linaje imperial. Según él, los niños emanan un encanto muy especial y su presencia en escena la compara con la de un capullo a punto de estallar, mientras que la de un adulto la asocia a la de una flor con sus pétalos ya totalmente aparentes, quizás demasiado.

En Kantan, el kogata baila una danza de estilo cortesano, dado que se supone que esa escena se desarrolla en el palacio donde reside el protagonista. En las traducciones que he mencionado todas consideran que el kogata es un “dancer” o “danseur” y solo la de Waley de 1928 y la de Takagi de 2008 suponen que es un “niño bailarín”, seguramente por lo explicado sobre el sentido original del papel de kogata

Sin embargo, de la representación grabada en el vídeo que muestro, yo extraigo las siguientes interpretaciones:
  • En la fotografía anterior se aprecia que el papel de kogata no lo encarna un niño, como se comprueba por su estatura, sino un actor que tenía unos 41 años en el momento de la grabación.
  • La máscara y adornos del peinado son femeninos.
  • Finalmente, el kimono interior que viste el actor también es de estilo femenino.
Por todo ello, y sin extenderme en cada uno de esos puntos, me he decantado por suponer que, en la representación que estamos viendo, el kogata encarna un personaje femenino, una bailarina. En cualquier caso desde el punto de vista teatral, no literario, esa ambigüedad en el papel del kogata es un elemento más que puede contribuir a la creación de la atmósfera onírica de la obra. Pensemos que casi todo lo que acontece en ella es un sueño del joven Rosei.

Pero veamos ya el vídeo y dejemos que nuestra imaginación nos transporte al palacio de Abō donde vive ahora Rosei, un mundo de ensueño.

Clip 08: danza cortesana, duración 8 minutos

Final de la intervención del coro alude a la inmortalidad de los habitantes del reino.

Coro:
... En el Pabellón de la Longevidad,
primavera y otoño se han detenido.
Frente a la Puerta de la Eterna Juventud,
el sol y la luna apenas se mueven.

Uno de los ministros se adelanta y se inclina frente a Rosei.

 Un ministro:
Majestad, tengo algo que deciros. Ya han transcurrido cincuenta años desde que accedisteis al trono. Si ahora os dignáis a beber este elixir de los inmortales viviréis miles de años. Ved, os traigo aquí el mágico néctar en este celeste cáliz.

Rosei:
¿Qué es este néctar mágico?

Un ministro:
La bebida de los inmortales

Rosei (cantando y acompañado por la percusión):
¿Y este cáliz celestial?

Un ministro:
            La copa de los inmortales.

Rosei (cantando):
Mil años prolonga la vida,
el licor de crisantemos.

El crisantemo es la flor de la longevidad y símbolo imperial.

Un ministro:
Y floridas primaveras, 
veréis más de diez mil.

Rosei (cantando):
           Próspero será el rey...

Un ministro:
... y próspero el pueblo.

El ministro se dirige hacia el bailarín que se encuentra arrodillado. Abre su abanico y hace ver que vierte el vino en el del bailarín (cuyo abanico simboliza una copa). Este se levanta y llevándolo abierto con su brazo extendido lo acerca a Rosei y realiza el  mismo gesto.

Coro:
Vuestro reino seguro será por siempre más,
vuestro reino seguro será por siempre más, 
Gloria crecerá sin cesar,
la alegría no tendrá fin
Tomad esta copa
con el elixir de crisantemos.
Vamos, bebed ya.

 Rosei extiende ambos brazos y lo recibe en su abanico.

Rosei (cantando):
Que pase la copa.

 Danza.

El bailarín cierra su abanico, se levanta, se coloca delante de los músicos y comienza a bailar la danza del sueño.

Coro:
Que pase la copa,
de mano en mano,
arrastrada por el agua de crisantemo.

 Alusión a la fiesta donde se componen poemas mientras una copa corre por un arroyo hasta que llega al poeta, quien debe beberla. Se celebraba el tercer día del tercer mes.

Pasa tan rápida
que el raudo brazo
haga ondear la manga.
Tomad y dejad la copa (los movimientos del bailarín describen este acto).
que gira refulgente como 
la luna en el cielo eterno.

 Termina la actuación del coro con un grito agudo.

Bailarín (cantando y levantando el abanico, que abre de nuevo, realiza unos lentos giros):
En mi morada...

Coro (cantando):
... en mi morada,
el blanco rocío del crisantemo
gotea día a día!
¿Cuántas generaciones harán falta 
para formar un arroyo? 
Nunca dejará de brotar
del arroyo milagroso
este elixir de la juventud. (El bailarín hace gestos como si bebiera del abanico).
Quien bebe esta agua de crisantemo,
colma su espíritu de alegría
y hace volar su corazón.
El placer no distingue el día de la noche.
Esplendor y gloria
alcanzan su plenitud.

 El bailarín finaliza su danza y se sienta junto a los dos ministros.




Creo que la sesión de hoy ha sido muy completa: música con coro, diálogos y danza. Una vez Rosei ha bebido el elixir de la inmortalidad, ¿qué sucederá? La respuesta el martes próximo.

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