La
ceremonia de té en Japón. La cerámica, 2
En la anterior entrega de esta ya larga serie dedicada a la
ceremonia de té, comenté que Sen no Rikyū convenció al fundador de la saga de
los Raku para que modelase cuencos de té según sus instrucciones. Hoy hablaré de
otro artista que también dejó una impronta notable en la cerámica japonesa.
Furuta Oribe
Furuta Oribe (1543-1615) fue discípulo de Sen no Rikyū y a
la muerte de este se convirtió en el maestro de té más importante de su época. Estuvo
al servicio de Nobunaga y de Hideyoshi e influyó notablemente en el mundo del té. Su
huella fue tal que existe un tipo de cerámica y otro de linterna que reciben su
nombre. Pero la actividad de Oribe no se limitó a la alfarería, sino que también se extendió a las artes de la pintura, la laca y los textiles.
Las piezas diseñadas por Oribe, o las que se creaban siguiendo su estilo, llevaban su irregularidad hasta el punto de limitar su funcionalidad en algunas ocasiones.
Ese sería el caso del bol de la fotografía siguiente, el cual, a pesar de su aspecto, se elaboró primeramente con el torno de alfarero. Su nombre Waraya significa “choza de paja” y su aspecto se conoce como «forma de zueco». El color negro solo cubre parte de la superficie para permitir aplicar el diseño, abstracto, en la zona blanca. La modernidad de esta pieza es sorprendente y si no la conociéramos podríamos decir que se trata de una obra de Miró.
Bol de
té Waraya de estilo oribe negro llamado kutsuwa, princ. s. XVII,
7,8 cm. Hornos de Mino. Museo de Arte Gotō de Tokio. Foto en Christine Shimizu: Le grès japonais. París: Massin, 2001. |