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martes, 26 de marzo de 2024

La danza butō, 39

Los discípulos, 6

En el último artículo y anteriores vimos de forma muy esquemática la carrera de unos bailarines de butō que podríamos denominar “independientes” por su forma de encarar esta forma de danza. Por supuesto que en esa lista faltan muchos artistas.

Hay muchos bailarines de butō, nacidos a partir de mediados de la década de los cincuenta y posteriores del siglo XX que, si bien no estudiaron directamente con Hijikata Tatsumi o con Ōno Kazuo, sí trabajaron con alguno de los discípulos de estos que bebieron en las fuentes del butō y conocieron de primera mano a los dos maestros. Me refiero principalmente a Maro Akaji, el director de Dairakudakan, a Amagatsu Ushio, director de Sankai juku, o incluso a los independientes como Murobushi Kō y Tanaka Min. Todos ellos han contribuido a la expansión del butō, y no solo en Japón, sino en todo el planeta. 

Takenouchi Atsushi (1962-)

Takenouchi Atsushi pertenece a la tercera generación de bailarines de butō. Sus comienzos los realiza en la compañía Hoppo butō-ha fundada en 1974 por Yamada Bishop (Ippei) (1948-). La última obra que interpreta en esa troupe es Takazashiki en 1984, una pieza que Hijikata coreografió para Yamada.

Takenouchi Atsuchi en el solo Turn, sin más datos. Foto: Konronsha.

martes, 12 de marzo de 2024

La danza butō, 38

Los discípulos, 5

Introducción articulo

El artículo anterior hablé de dos históricos de la danza butō que todavía hoy despliegan una incesante actividad y hoy lo haré de otros que quizás no hayan alcanzado tanta fama, pero que merece la pena conocer.

Harada Nobuo (1949-)

Cuando Harada Nobuo estudiaba en la Universidad de Waseda, en Tokio, dirigió la compañía de teatro Escenario Libre hasta 1972. Tras ver ese mismo año una actuación de Ōno Kazuo, se convenció de que debía dedicarse al butō.

Harada Nobuo, sin datos.
Foto: facebook de Seryūkai.

Entre 1973 y 1979 se integra en la troupe Tenshikan de Kasai Akira, de quien hablé en el artículo 33 de esta serie. En 1980 funda en Tokio la compañía Seiryūkai con la que presenta diversos espectáculos en la capital nipona entre 1980 y 1985. En 1994 traslada su taller-estudio, también llamado Seiryūkai, a Fukuoka.

El planteamiento de Harada es similar al de otros bailarines de butō: considerar su práctica como una verdadera terapia. Ejemplo de esto es su obra Hiraku (Despertar) creada para niños son síndrome de Down y adultos con desórdenes psicológicos. Al igual que Takeuchi Mika en Sapporo o Endō Tadashi (1947-) en Göttingen, Alemania, Harada gusta de integrar a personas con algún tipo de discapacidad con bailarines experimentados para que juntos bailen coreografías especialmente pensadas para la interacción de ambos grupos.