Después de que en el artículo anterior hablara de las
puertas correderas, hoy acabaré este apartado sobre los rasgos estrictamente arquitectónicos que suelen encontrarse en los ryokan y en la arquitectura tradicional de Japón comentando los diferentes tipos
de pavimento y el papel que desempeña ese verdadero altar que es el tokonoma .
Ya he mencionado varias
veces en esta serie cuales son los elementos que, en mi opinión,
califican una sala o espacio como de estilo japonés, los mismos que deberían
estar en la habitación de un ryokan. Digo esto porque pienso que lo que
permite considerar que un establecimiento hotelero merece el calificativo de ryokan son las habitaciones de los
clientes. Es ahí donde, como mínimo, deben concentrarse esos rasgos.
La foto siguiente es de
una habitación que no dudo en calificar de genuinamente japonesa, aunque no
tenga cien años, porque incorpora tres elementos genuinamente nipones: tatami, tokonoma y unas correderas de papel shōji que se abren a un pequeño jardín. No obstante, también se podría decir que posee otros rasgos menos "palpables" pero igual de importantes en la creación de ese ambiente. Me refiero, entre otros, a la textura y tono de los acabados, a la iluminación o al mobiliario, del que hablaré en el próximo artículo.
Una de las suites del ryokan Atami Sekitei, prefectura de Shizuoka. Foto de la web del ryokan. |