Páginas

martes, 19 de diciembre de 2023

La danza butō, 32

Hijikata Tatsumi, 8

“El butō es un cuerpo muerto que intenta erguirse desesperadamente.” Hijikata Tatsumi

En el anterior artículo empecé a comentar la obra de Hijikata Veintisiete noches para cuatro estaciones y mencioné un poco de pasada el tema de sus libros de notas. Entonces dije que dejaba para hoy el hablar de la primera de sus cinco piezas: Historia de la viruela (Hōsōtan).

Así pues, en esta entrada me voy a centrar únicamente en esa obra por varios motivos. Primero porque en ella se incluye un paradigmático solo de danza bailado por el propio Hijikata. Y segundo porque es la única de la que existe una grabación, aunque incompleta, con el sonido original.

La siguiente fotografía es de una obra poco conocida que bailó Hijikata en 1970. Su título era Honegami tōge hotoke kazura (muy libremente traducido al español como La vid de la muerte) y se basada en la novela homónima de 1969 de Nosaka Akiyuki (1930-2015). Ese trabajo, sin duda ayudado por el argumento del relato de Nosaka, le sirvió para acabar de definir su particular visión de la enfermedad y decrepitud humanas, un tema que plasmó de forma magistral en Historia de la viruela que comento enseguida 

Hijikata Tatsumi en la obra Honegami tōge
hotoke kazura
, 1970. Foto: Hosoe Eikō.

martes, 5 de diciembre de 2023

La danza butō, 31

Hijikata Tatsumi, 7

“Abordar el butō como mero movimiento, como simple expresión, es tan absurdo como utilizar un cuenco budista de meditación como recipiente de comida.” Hijikata Tatsumi

Los cuencos de origen tibetano que se emplean como gong en las ceremonias budistas se llaman en japonés rin gong. Foto: Wikimedia Commons.

El anterior artículo se dedicó integralmente a comentar una obra capital de la historia del butō y hoy seguiremos viendo el trabajo de Hijikata en lo que se ha denominado su tercer y último periodo como bailarín. Recordemos que a partir de 1974 dejó de aparecer en escena para concentrarse en coreografiar y dirigir a otras compañías. En los artículos consagrados a Ōno Kazuo, el 22 y siguientes, ya vimos sus colaboraciones con este.

Tercer periodo, 1969-1973

Hijikata Tatsumi, quizás a principios
de los años ochenta.
Foto sin datos de fuente desconocida.
Después de unos cuatro años de inactividad como bailarín, Hijikata regresa al escenario con un amplio espectáculo, Veintisiete noches para cuatro estaciones, cuyo título alude a los 27 días en que se realizaron sus representaciones. En esa época ya se le considera una verdadera personalidad en el mundo de la danza y el teatro. A diferencia de sus primeras obras de principios de los años sesenta, ahora las entradas para ver sus coreografías se agotan rápidamente y los medios de comunicación le prestan una notable atención.

Veintisiete noches para cuatro estaciones (Shiki no tame no nijūnana ban), 1972

Del 25 de octubre al 20 de noviembre de 1972, Hijikata presenta en sesiones de madrugada en el Teatro Shinjuku Bunka, en realidad una sala de cine, una compleja obra titulada Veintisiete noches para cuatro estaciones (Shiki no tame no nijūshichiban) formada por cinco piezas denominadas Hōsōtan, Susamedama, Gaishikō, Nadare ame y Gibasan. Más tarde, ese tipo de obras se denominó Tōhoku kabuki.

martes, 21 de noviembre de 2023

La danza butō, 30

Hijikata Tatsumi, 6

“El butō debe derramar sangre en nombre de la experiencia del mal.” Hijikata Tatsumi

En al anterior artículo comenté la actividad de Hijikata Tatsumi entre los años 1959 y 1966, y hoy lo haré de lo que se considera su segundo periodo, entre 1967 y 1968. 

Segundo periodo, 1967-1968.

En 1967, Hijikata se deja crecer el pelo y da la alternativa a dos discípulos, Ishii Mitsutaka (1939-2017) y Ashikawa Yōko (1947-), para los cuales crea varias coreografías que se presentan junto con solos del propio Hijikata en junio y agosto de 1968.

Hijikata Tatsumi en 1967.
Foto: Hosoe Eikō en su libro Sōseiki: wataki hi no geijutsukatachi.  Tokio: Kokusho Kankōkai, 2012.
 

lunes, 20 de noviembre de 2023

Conferencia sobre el teatro nō, el kyōgen y el bunraku

Este próximo miércoles, día 22 de noviembre de 2023, ofreceré una conferencia por internet, vía Zoom, titulada El noh, kyōgen y bunraku, tres formas del teatro clásico de Japónen conexión con la octava edición del Festival Internacional de Artes Vivas de Loja, Ecuador. 


Conferencia sobre la madera en la arquitectura de Japón

Este pasado día 17 de noviembre de 2023, ofrecí una conferencia titulada La madera en la arquitectura de Japón. Tipologías, técnicas y herramientas en el Centro Social La Caballería de Ribera de Arriba en Asturias con motivo de las segundas jornadas de Japón en la Ribera. Diálogo a través de la cultura de madera.

El programa completo de esas jornadas fue este:

martes, 7 de noviembre de 2023

La danza butō, 29

Hijikata Tatsumi, 5

Incluso tus propios brazos, en lo profundo de tu cuerpo, se sienten extraños, sienten que no te pertenecen. Ahí se oculta la esencia radical del butō.” Hijikata Tatsumi

En el anterior artículo comenté muy por encima la relación de Hijikata con algunos artistas de su época con los que colaboró durante años. Hoy retomaremos el relato que comenzamos al hablar de la primera obra de butō de la historia y veremos otras creaciones de Hijikata en las que trabajó con varios de ellos.

Un año más tarde del estreno de Kinjiki, en julio de 1960, se ofrece en el auditorio del Dai-ichi Seimei el primero de los espectáculos que organiza Hijikata Tatsumi y denomina Dance Experience no kai (en inglés en el original). El recital consta de cinco piezas y una de ellas la ha concebido como un solo para Ōno Kazuo, titulado Divina (Diviinū shō), que comenté extensamente en este artículo de hace ya tres meses. 

Hijikata bailarín, 1959-1973

La carrera de Hijikata como bailarín abarca de 1959, año del estreno de Kinjiki, hasta 1973, fecha de su última aparición en un escenario con Historia del dios fálico (Yōbutsu shintan), también traducida como El mito del falo, una pieza dirigida y coreografiada por Maro Akaji para su compañía Dairakudakan, a la que dedicaré un par de artículos más adelante.

En esos catorce años, Hijikata actuó en más de treinta obras de las cuales coreografió más de veinte. A partir de 1973 solo coreografió o dirigió a Ōno Kazuo y algunos grupos como Hangidaitōkan, una compañía que Hijikata creó en 1972 con bailarines pertenecientes a la segunda generación del butō y que por primera vez incluía mujeres, o la troupe Hakutōbō que fundó en 1974 con Ashikawa Yōko (1947-), bailarina que entró en su Estudio Asbesto en 1967.

En los siguientes artículos iremos conociendo a otras compañías de butō, creadas por algunos de sus primeros bailarines-discípulos, con las que colaboró Hijikata, por ejemplo, la Harupin-ha de Tamano Kōichi (1946-) o la Muteki-sha de Nakajima Natsu (1943-).

Hijikata Tatsumi. Foto sin datos de fuente desconocida.

martes, 24 de octubre de 2023

La danza butō, 28

Hijikata Tatsumi, 4

"Nunca me he considerado un vanguardista. Si corres en una pista cerrada detrás de los demás, crees estar solo y ser el primero. Tal vez eso fue lo que me pasó." Hijikata Tatsumi

En el anterior artículo comenté el estreno, en 1959, de la que se considera primera obra de danza butō de la historia y hoy haré un pequeño paréntesis para ver en qué entorno artístico se movía Hijikata entre finales de los años cincuenta y los sesenta. En esa época, Tokio era un hervidero de movimientos vanguardistas en todas las especialidades.

Al poco de instalarse definitivamente en la capital de Japón, Hijikata empezó a frecuentar los ambientes más inquietos de la ciudad. En las postrimerías de la década de los cincuenta ya había establecido vínculos, algunos muy estrechos, con artistas de otras especialidades, contactos que le ayudaron a conformar la personal visión coreográfica y escénica de sus obras.

En concreto, además de a otros artistas plásticos que comentaré enseguida, en esa época conoció a dos personalidades de gran nivel: el escritor Mishima Yukio (1925-1970) y el fotógrafo Hosoe Eikō (1933-), con los que forjó una buena amistad.

Hijikata y Hosoe Eikō

El primer encuentro de Hijikata con el por entonces veinteañero fotógrafo Hosoe Eikō (1933-) se produjo cuando este estuvo presente en la única representación de Kinjiki. A partir de ese momento, la relación entre ambos fue muy estrecha, como corroboran las numerosas fotos que realizó del coreógrafo y por su trabajo conjunto en álbumes como el histórico Kamaitachi.

La noche del 25 de mayo de 1959, Hosoe Eikō asistió al estreno de una obra de Hijikata, titulada Kinjiki, incluida en el festival organizado por la Asociación de Danza Artística de Todo Japón. Por entonces, Hosoe ya había fotografiado a muchos bailarines, pero lo que contempló ese día no lo había visto nunca en un escenario. Kinjiki, de la que he hablado en el anterior capítulo, se basaba en la novela del mismo título que Mishima había publicado en 1953, pero que no se conoció en Occidente hasta 1968, cuando se lanzó la primera traducción inglesa. 

Hosoe Eikō: fotografía del álbum Hombre y mujer, 1960. 
Foto: web del Museo de Arte Moderno de San Francisco, SFMOMA.

martes, 10 de octubre de 2023

La danza butō, 27

Hijikata Tatsumi, 3 

“Estudié con Andō Mitsuko, considero a Ōno Kazuo un hermano y adoro a San Genet.” Hijikata Tatsumi

En el anterior artículo vimos los comienzos de Hijikata y su relación con el entorno agrario de su región natal en el norte de Japón. También supimos que Hijikata Tatsumi adoptó este nombre artístico en 1958 y que en mayo del siguiente año estrenó la que se considera primera obra de butō de la historia. Toda esta entrada la dedicaré a esa representación.

En esa época, Hijikata estaba desencantado con la danza que se hacía en Japón, una simple copia de la occidental, y buscaba afanosamente un lenguaje dancístico nipón. Para ello prefirió inspirarse en movimientos que no fueran artificialmente artísticos, sino naturales, incluso toscos, alejados de cualquier refinamiento y casi siempre muy apegados al terreno. Esto último era algo consustancial a la manera de sentase del pueblo japonés en el suelo de tatami, nunca en una silla. Toda esa gestualidad la podía observar en los lugareños del entorno rural de su Akita natal, tanto cuando trabajaban en el campo como cuando descasaban de sus labores.

El cuerpo humano siempre fascinó a Hijikata, en especial el de los aldeanos de la región donde pasó su juventud. Una de las características de esos grajeros especializados en el cultivo de arroz eran sus piernas curvadas (ganimata) y la forma de andar (nanba): desplazando hacia delante a la vez la mano y pierna del mismo lado. Esos gestos fueron la semilla de la que nacieron los característicos movimientos de sus coreografías, como veremos en los diferentes videoclips que iré insertando a medida que presente sus obras.

El color prohibido (Kinjiki), 1959

El 25 de mayo de 1959, la Asociación de Danza Artística de Todo Japón (Zen nihon geijutsu buyō kyōkai), más tarde llamada Asociación de Danza Contemporánea (Gendai buyō kyōkai), organiza en el Dai-ichi Seimei Hall de Tokio un festival, dedicado a jóvenes promesas, en el que Hijikata presenta su obra Kinjiki, la primera pieza de butō de la historia. Su duración no alcanzó los quince minutos.

Ōno Yoshito y Hijikata Tatsumi en un ensayo de Kinjiki, 1959.
En esta fotografía se ve que Hijikata aún no se había rapado la cabeza para el estreno.
Foto de Ōtsuji Kiyoji, Archivo Hijikata Tatsumi, Centro de Arte de la Universidad de Keiō, Tokio.

martes, 26 de septiembre de 2023

La danza butō, 26

Hijikata Tatsumi, 2

“Si uno considera el cuerpo en relación con la danza, es entonces cuando realmente se da cuenta de lo que es el sufrimiento: parte de nuestras vidas.” Hijikata Tatsumi

El anterior artículo fue solo una pequeña introducción a la vida y obra de Hijikata que nos permitió conocer los artistas con los que compartió muchos momentos. En el de hoy ahondaremos un poco más en su biografía.

Hijikata Tatsumi (1928-1986)

Hijikata nació en 1928 en un pueblo costero a las afueras de la ciudad de Akita, en el norte de la isla de Honshū. Su verdadero nombre era Yoneyama Kunio. En esa época, su región, Tōhoku, caracterizada por unos inviernos largos y muy fríos, se encontraba entre las más pobres de Japón. Hijikata era el noveno de once hermanos y su familia poseía campos de arroz que le permitían vivir algo mejor que la mayoría de los habitantes de la zona.

Hijikata experimentó la presencia de la muerte desde muy joven. Los inicios de la década de los treinta del pasado siglo fueron especialmente malos para los granjeros de Tōhoku pues, como consecuencia de perder toda su cosecha dos años consecutivos, muchos de ellos se vieron forzados a vender sus hijas. Parece ser que la hermana mayor de Hijikata tuvo ese desdichado sino, algo que parecía insinuar cuando comentó: “Mantengo viva a una de mis hermanas en mi cuerpo. Cuando estoy absorto creando una pieza de butō, ella arranca la oscuridad de mi cuerpo […].”

Hijikata nunca fue llamado a filas porque solo tenía trece años cuando Japón entró en guerra contra Estados Unidos. Sin embargo, perdió sus tres hermanos mayores , uno a uno llamados a filas y enviados al frente. Él mismo contó que “Cuando volvieron eran grises cenizas contenidas en urnas.” No debería extrañar que esas vivencias del niño Hijikata, por entonces aún llamado Yoneyama Kunio, le dejaran una profunda huella e influyeran años más tarde en su trabajo como creador del butō. 

Hijikata de joven. Foto de fuente desconocida.

martes, 12 de septiembre de 2023

La danza butō, 25

Hijikata Tatsumi, 1

“La danza occidental comienza con los pies firmemente plantados en el suelo, mientras que el butō comienza cuando el bailarín intenta en vano encontrar sus pies.” Hijikata Tatsumi.

El anterior artículo fue el quinto y último de los que dediqué a Ōno Kazuo, considerado fundador del butō junto con Hijikata Tatsumi, a quien hoy dedico esta primera entrada.

En el primer artículo dedicado a Ōno, el número veinte de esta ya larga serie, antes de comentar su biografía hice una pequeña introducción al butō que no voy a repetir aquí. Si el lector desea refrescar ideas no tiene más que clicar en este enlace para que se abra una ventana independiente con esa entrada.

Hijikata Tatsumi, quizás en los años 80.
Foto: Colección Hijikata Tatsumi,
Archivo de la Universidad de Keio, Tokio.

Hasta ahora he mencionado muchas veces que los dos fundadores del butō fueron Hijikata Tatsumi y Ōno Kazuo. Sin embargo, los especialistas matizan esa idea diciendo que Ōno fue el “alma” del butō y Hijikata su “arquitecto”. Creo que asociar el alma o espíritu con Ōno podemos entenderlo si hemos leído los artículos que le he dedicado, pero para comprender por qué se dice que Hijikata fue su arquitecto habrá que leer este y los siguientes.

Los artistas alrededor del butō

Pienso que a Hijikata se le denomina el arquitecto del butō por haber sabido rodearse de una serie de creadores de otras especialidades que le pusieron al día de lo que acontecía en el arte occidental, principalmente en Francia, estimularon sus ideas e incluso colaboraron directamente con él en no pocas de sus obras.

lunes, 28 de agosto de 2023

La danza butō, 24

Ōno Kazuo, 5

“Baila mientras tu corazón siga latiendo.” Ōno Kazuo

En el anterior artículo dejamos a Ōno Kazuo con su presentación en el Festival de Nancy de 1980. A partir de ese momento su actividad internacional es incesante.

Mi madre (Watashi no okāsan), 1981

Llegados a este punto de la trayectoria de Ōno, quedan claros cuales son los temas centrales de toda su producción. Su admiración por La Argentina, su fe cristiana, y el amor a su madre. En 1981 estrena bajo la dirección de Hijikata, Mi madre, una obra de la que en 1995 elabora una nueva versión dirigida por su hijo Yoshito. Con esta pieza se reafirma en que su personaje lleve siempre una flor como símbolo de admiración, perdón y amor, tres cualidades respectivamente asociadas a los tres focos de inspiración mencionados. 

Ōno Kazuo en Mi madre, 1981.
Foto: Ikegami Naoya.

martes, 15 de agosto de 2023

La danza butō, 23

Ōno Kazuo, 4

“Escuchad la música con vuestro corazón y alma.” Ōno Kazuo

Hace dos semanas nos despedimos con la intención de que hoy presentaría la obra más representativa de Ōno Kazuo, la titulada Admirando a la Argentina.

Aquella extraña sensación que Ōno experimenta en 1976 ante el cuadro abstracto de Nakanishi es la responsable de su retorno al escenario. (Comenté ese momento en esta entrada y también hablé de su primer y único encuentro con la danza española en este otro artículo). Un año más tarde, en noviembre de 1977, con 71 años y bajo la atenta dirección de Hijikata, estrena en el Dai-ichi Seimei Hall de Tokio Admirando a La Argentina, un sentido homenaje a la bailarina española. Antonia Mercé había fallecido cuarenta años antes y habían transcurrido casi cincuenta desde que Ōno la vio por primera y última vez en 1929. Sin embargo, la huella que dejó en el japonés se convirtió en una semilla que germinó durante más de veinte años en los cientos de representaciones que ofreció de esa obra por todo el planeta. 

Ōno (izquierda) y Hijikata en un ensayo de Admirando a La Argentina
estrenada en el Dai-ichi Seimei de Tokio el 1 de noviembre de 1977.
Foto de Ikegami Naoya en Odette Aslan y Béatrice Picon-Vallin (eds.):
Butō(s). París: CNRS Editions, 2002.

martes, 1 de agosto de 2023

La danza butō, 22

Ōno Kazuo, 3

“El único movimiento que tiene significado es el que deriva del alma.” Ōno Kazuo

En el anterior artículo dejamos a Ōno en su papel femenino en la segunda versión de Kinjiki, pieza basada en la novela del mismo título de Yukio Mishima (1925-1970) y cuyo título se ha traducido en español como Color prohibido. La importancia de esta obra en la historia del butō radica en que precisamente marcó la fecha de su nacimiento. Como dije entonces, hablaré de ella ampliamente en los artículos que dedique a Hijikata, en concreto en el vigésimo séptimo.

Vamos a entrar hoy en la década de los sesenta del siglo pasado, unos años en los que Ōno, superando ya la cincuentena, alcanza su madurez expresiva. El primer fruto de su estrecha colaboración con Hijikata será un personaje que se convertirá en su arquetipo preferido, un ser completo, a la vez femenino y masculino, real e imaginario, vivo y muerto, algo que nunca antes nadie había creado de forma tan sensible y poética. Veamos cómo nació. 

Divinariane (Diviinū shō), 1960

Poco después del estreno de la primera versión de Kinjiki que comenté en el anterior artículo, Hijikata pregunta a Ōno si estaría dispuesto a encarnar el personaje del homosexual del Diario de un ladrón (Le journal du voleur), la novela de 1949 de Jean Genet (1910-1956). Ōno acepta la idea, pero elige el papel del travesti protagonista, llamado Divina, de la novela de Genet Nuestra señora de las flores (Notre-Dame des fleurs) de 1943. De ahí nacerá la siguiente obra que interpretará Ōno: Divina, también denominada en muchos textos Divinariane

Ōno (izquierda) como Divina y Hijikata (agachado)
en el primer acto de la segunda versión de Kinjiki, 1959. 
Foto: Ohno Dance Studio Archives.

martes, 18 de julio de 2023

La danza butō, 21

Ōno Kazuo,

“Danzo por lo que viví en la guerra.” Ōno Kazuo

En el anterior artículo dejamos a un Ōno Kazuo de 28 años con un trabajo fijo como profesor de educación física en una escuela baptista femenina. Allí vimos que cuando asiste a dos espectáculos de danza, uno de baile español y otro de danza moderna, queda tan impresionado que se plantea el dedicarse a ese arte. Pero antes debe informarse bien y estudiar.

El estudio de la danza moderna

En el año 1934, después de descubrir la danza moderna en el espectáculo que ofrecieron en Tokio Ruth Page y Harald Kreutzberg, Ōno encuentra en un periódico una reseña sobre la primera actuación en Japón de Eguchi Takaya y Miya Misako una vez regresados de su estancia en Alemania. En el artículo se incluye una fotografía de una de las obras que interpretaron, Quirófano, una coreografía eminentemente abstracta, como el resto del repertorio de Eguchi. A partir de ese momento, ya no tiene ninguna duda y decide estudiar todo lo que pueda sobre ese tipo de danza de origen alemán, la Ausdruckstanz o danza expresionista. 

En 1936 se inscribe en el estudio de Eguchi y Miya, a quienes dediqué este artículoSin embargo, poco a poco, Ōno empieza a distanciarse de las enseñanzas de sus profesores. Su visión de la danza es otra. 

El mes de julio de 1938 nace su hijo Yoshito y en octubre hace su debut con Eguchi y Miya en una obra titulada Trigo y soldados. Pero enseguida es llamado a filas y en 1939 se le envía al frente de Manchuria. En 1945 es hecho prisionero en Nueva Guinea. No volverá a su país ni verá a su hijo hasta 1946.

Ōno Kazuo es llamado a filas en 1938.
Foto: Kazuo Ohno Dance Studio Archives.

martes, 4 de julio de 2023

La danza butō, 20

Ōno Kazuo, 1

“La razón por la que danzamos es porque existen muchas cosas que no entendemos.” 
Kazuo Ohno

El anterior artículo solo constaba de una pequeña cronología que iba desde los primeros contactos de bailarines japoneses con la danza moderna europea, en el primer tercio del siglo XX, hasta el nacimiento del butō, en 1959. Era una especie de recapitulación de las dieciocho entradas precedentes en las que fui comentando esa pequeña historia.

Lo que haré a partir de hoy será, primero, presentar a los dos “padres” del butōŌno Katsuo (1906-2010) y Hijikata Tatsumi (1928-1986) y, luego, a unos pocos de los solistas y compañías más reconocidos. En todos los casos me limitaré a artistas nipones. Digo esto porque desde comienzos de este siglo XXI ha habido y sigue habiendo un buen número de bailarines no japoneses que se han especializado en la danza butō. 

En la foto siguiente vemos a los dos "padres" o "maestros", como queramos llamarlos, del butō en una presentación durante el Festival de Butō de Tokio celebrado el año 1985. Hijikata falleció a los pocos meses, en enero de 1986. Ōno, veintidós años mayor, le sobrevivió casi veinticinco.

Ōno Kazuo (izquierda) y Hijikata Tatsumi en el vestíbulo
del Marion Asahi Hall durante el Festival de Butō de Tokio en 1985.
Foto: Yamamoto Munesuke en la Colección Hijikata Tatsumi,
Archivo de la Universidad de Keio, Tokio.

martes, 20 de junio de 2023

La danza butō, 19

La línea histórica del butō 

Con el anterior artículo finalizó la primera parte de esta serie dedicada a explicar someramente las fuentes de donde bebieron los precursores japoneses de la danza moderna, así como el ambiente teatral que se espiraba en Japón hasta los años cuarenta del siglo XX. En el de hoy haré una recapitulación de ese recorrido histórico de forma muy esquemática. 

Para ello, trazaré una sencilla cronología centrada en la danza moderna que estudiaron esos pioneros, principalmente en Alemania. En la siguiente lista constataremos una evidente relación entre la danza expresionista alemana y los dos creadores del butō: Ōno Kazuo y Hijikata Tatsumi.

Cronología hasta el nacimiento del butō

1913-1915: Itō Michio (artículo 10) viaja a Alemania y entra como alumno en la escuela de Mary Wigman. En 1916 se traslada a Estados Unidos.

Itō Michio en Tone Poems II, 
música de Yamada Kōsaku, 1926.
Foto de fuente desconocida.

martes, 6 de junio de 2023

La danza butō, 18

Musicales, revistas y ópera en Japón 

En el anterior artículo comenté la actividad de dos bailarinas rusas que vivieron en Japón y cuya labor propició el nacimiento y posterior desarrollo del ballet en el país oriental. De sus clases salieron los primeros bailarines clásicos japoneses, los cuales una vez retirados se convirtieron en maestros de generaciones posteriores.

Hoy todavía no hablaré del butō, sino del barrio de Tokio donde, durante varias décadas de principios del siglo XX, se concentró casi toda la actividad teatral, cinematográfica y lúdica de la capital japonesa: el distrito de Asakusa. Veremos cuál fue su estimulante y festivo ambiente, en el que no faltaban ciertos toques de cultura occidental.

El ambiente artístico en los años veinte y treinta

A partir de los años veinte del pasado siglo, ya se empezaban a ver en Japón espectáculos teatrales de todo tipo. Además de las actuaciones de artistas como Anna Pavlova en 1922 (artículo 17) o Harald Kreutzberg y Ruth Page en 1934 (artículo 13), comenzaban a llegar al país compañías europeas de ópera y danza que permitían a público, crítica y artistas contemplar el “modelo original”, es decir, el mismo tipo de interpretación y montaje que, en esos años, se ofrecía en los teatros occidentales.

martes, 23 de mayo de 2023

La danza butō, 17

Tres Pávlovas en Japón  

En el anterior artículo conocimos a dos profesores japoneses que, a diferencia de otros compatriotas, no realizaron su preceptivo viaje a Europa para conocer las últimas tendencias en la danza moderna, sino que lo hicieron para estudiar las fuentes del ballet clásico. Hoy veremos que, obviamente, en Japón no solo había espectáculos de danza moderna, sino que también, poco a poco, se iba conociendo tanto el ballet romántico como la ópera europea.

Curiosamente, las tres bailarinas que más influencia tuvieron en el nacimiento y desarrollo del ballet clásico en Japón eran las tres rusas y las tres se apellidaban igual: Eliana Pávlova, Anna Pávlova y Olga Pávlova.

Portada del libro Ballet japonés. Las tres Pávlovas.
Foto: tienda online del Nuevo Teatro Nacional de Tokio.

martes, 9 de mayo de 2023

La danza butō, 16

Los pioneros de la danza moderna japonesa, 7 

En el artículo anterior hablé de Eguchi Takaya, quien entre 1930 y 1960 seguramente fue el bailarín-coreógrafo más importante en la escena dancística nipona por su importante labor de transmisor de las nuevas tendencias nacidas en Occidente.

Cuando comenté su obra, mencioné de pasada que, en 1929, Eguchi se trasladó de su ciudad natal a Tokio para entrar en el instituto de danza que Takata Masao y su mujer Hara Seiko dirigían en la capital nipona. Veamos ahora quienes eran estos dos artistas.

Takata Masao (1895-1929)

Takata Masao, cuyo verdadero nombre era Nakamura Teruyoshi, fue un bailarín de escuela clásica que en 1913 obtuvo una plaza en la compañía de ballet del Teatro Imperial de Tokio, dirigida por el italiano Giovanni Vittorio Rosi (1867-1940), y al año siguiente ascendió al nivel de primer solista. 

Cuando se disuelve el departamento de ópera y danza de esa institución en 1916, Takata se integra en la compañía que Rosi crea en el pequeño Teatro Real situado en el barrio tokiota de Asakusa, sala que también tiene que cerrar en febrero de 1919. En mayo de ese año, Takata ingresa junto con su esposa Hara Seiko en la denominada ópera de Asakusa. De ese periodo hablaré dentro de dos artículos (en el 18).

Hara Seiko hacia 1930.
Foto: Wikimedia Commons.

Takata Masao hacia 1930.
Foto: Wikimedia Commons.

martes, 25 de abril de 2023

La danza butō, 15

Los pioneros de la danza moderna japonesa, 6

En el anterior artículo conocimos la experiencia de dos bailarines japoneses que viajaron a Occidente en los albores de los años veinte del siglo pasado. Uno lo hizo sin saber que se iba a dedicar a la danza y el otro llegó a Europa con estudios sobre música y danza realizados en Japón. Hoy hablaremos de un tercero que hizo lo mismo en la siguiente década, en los años treinta, y que fue el primer maestro de Hijikata Tatsumi, el creador del butō.

Eguchi Takaya (1900-1977)

Eguchi Takaya nace en la prefectura de Aomori y a los 25 años se muda a Tokio. En 1929 entra en la escuela de danza que Takata Masao y su mujer Hara Seiko dirigen en la capital nipona. De ellos hablaré en el siguiente artículo.

El viaje a Alemania

A finales de 1931, después de dos años estudiando la técnica clásica en el Instituto de Danza Takata, Eguchi y su mujer Miya Misako (1907-2009), recién casados, viajan a Alemania. En el mes de enero de 1932 llegan a Berlín. Una vez instalados en la ciudad, se ganan la vida dando clases de baile al mismo tiempo que asisten a todo tipo de espectáculos de ópera, música y ballet, hasta que en diciembre ven una actuación de Mary Wigman. Esa experiencia les hace decidirse y en marzo de 1933 se trasladan a Dresde para matricularse en la escuela de la alemana. En octubre de ese año presentan en Berlín varias coreografías propias, entre las que destaca Quirófano, y en diciembre regresan a Japón.

Eguchi Takaya y su mujer Miya Misako. Foto sin datos de fuente desconocida.

domingo, 23 de abril de 2023

10 años del blog "Japón, cultura y arte": índice por temas

En el mes de mayo del pasado 2022, este blog recibió la visita 500.000 y hoy 23 de abril de 2023 cumple diez años. Mi primer artículo lo publique precisamente el día del libro del 2013.

Con motivo de este cumpleaños, he creído conveniente hacer una entrada que resuma los diferentes temas que he ido tratando a lo largo de este decenio y que permita a los lectores acceder directamente a ellos. En el fondo será un tipo de índice que seguramente es más cómodo de usar que el que aparece a la derecha de la pantalla del PC.

Busca el tema que más te guste, clica en el enlace y empieza leer. No tengas prisa, siempre tendrás a tu disposición estos artículos profusamente ilustrados con fotos y videoclips.


Arquitectura

Arquitectura de castillos: 4 artículos, este es el primero.

Arquitectura de la villa imperial de Katsura: 4 artículos, este es el primero.

Arquitectura de los ryokan20 artículos, este es el primero.

Arquitectura de Tange Kenzō: 26 artículos, este es el primero.

Arquitectura de los templos budistas: 5 artículos, este es el primero.

martes, 11 de abril de 2023

La danza butō, 14

Los pioneros de la danza moderna japonesa, 5 

Hace quince días publiqué el segundo de los artículos que dediqué a Ishii Baku, y en el anterior mencioné de pasada a dos bailarines japoneses que a finales de la segunda década del siglo XX emigraron a Estados Unidos, donde desarrollaron toda su carrera sin volver a Japón. Ellos también fueron pioneros, pues a partir de los años sesenta de la pasada centuria y hasta nuestros días muchos compatriotas suyos han desarrollado su carrera en compañías occidentales, tanto de ballet clásico como de danza moderna.

Obviamente, no puedo pretender mencionarlos a todos, ni mucho menos, pero en su lugar voy a comentar muy sucintamente la carrera de esos dos pioneros: Nimura Yeichi y Komori Toshi. Hasta ellos, todos los bailarines japoneses que viajaban a Occidente regresaban a su país para aplicar lo que habían aprendido en Europa o Estados Unidos. Incluso Itō Michio, de quien hablé en este artículo, lo hizo tras más de cuarenta años en el extranjero. Sin embargo, Nimura Yeichi nunca volvió a Japón, aunque sí Komori Toshi.

Nimura Yeichi (1897-1979)

Nimura Yeichi queda huérfano a los seis años, tras lo cual su abuelo se hace cargo de él. Cuando fallece este, abandona su ciudad natal y se traslada a Tokio en busca de empleo. Después de varias ocupaciones, logra entrar de grumete en una compañía naviera. En uno de sus viajes, cuando su barco llega a Seattle, el uno de septiembre de 1918, decide quedarse en el país. Nunca más regresará a Japón.

martes, 28 de marzo de 2023

La danza butō, 13

Los pioneros de la danza moderna japonesa, 4 

Ishii Baku (1886-1962), II

En el anterior artículo vimos el comienzo de la carrera Ishii Baku y su estancia en Alemania, donde estudió en la escuela de Mary Wigman, y hoy veremos de su trabajo una vez vuelve a su país.

Cuando Ishii regresa a Japón en 1925, abre una escuela de danza moderna con Eguchi Takaya (de quien hablaré en un próximo artículo) en el barrio tokiota de Jiyūgaoka, por esos años una zona muy frecuentada por pintores y artistas. La foto siguiente muestra cómo los mismos japoneses transcribían el nombre Baku como Bac debido a que esa última vocal es prácticamente muda, una forma que todavía se encuentra en algunos textos. 

Rótulo del estudio de Ishii Baku en Jiyūgaoka, Tokio.
Foto de fuente desconocida.

martes, 14 de marzo de 2023

La danza butō, 12

Los pioneros de la danza moderna japonesa, 3 

En el anterior artículo vimos la trayectoria del primer bailarín japonés que entró en contacto directo con la danza moderna europea en la segunda década del siglo XX. Hoy conoceremos a otro que lo hizo un poco más tarde, pero cuya carrera, a diferencia de aquel, se desarrolló principalmente en Japón.

Ishii Baku (1886-1962), I

Ishii Baku, a quien se le suele otorgar el título de “padre de la danza moderna japonesa”, nace en la prefectura de Akita. En 1909 se traslada a la capital nipona para estudiar literatura y música, y al año siguiente entra como violinista en la orquesta del Teatro Imperial de Tokio. Sin embargo, muy pronto abandona su puesto de instrumentista y es contratado como cantante. Finalmente, dado que sus dotes musicales no son excepcionales y casi siempre actúa más como bailarín, decide centrarse en la danza. 

Hay que tener presente que durante esos primeros años del Teatro Imperial, tanto los miembros de su orquesta como los cantantes de su compañía eran aficionados que no se habían graduado en una escuela o conservatorio, por lo que su conocimiento de la técnica musical occidental era muy limitado en comparación con los conjuntos europeos.

El Teatro Imperial de Tokio hacia 1920. Foto: postal de época en la web oldtokyo.com.

martes, 28 de febrero de 2023

La danza butō, 11

Los pioneros de la danza moderna japonesa, 2 

En el anterior artículo supimos que el bailarín japonés Itō Michio presentó el escultor Isamu Noguchi a la coreógrafa Martha Graham, hecho que tuvo una enorme trascendencia en los montajes de la norteamericana a partir de ese momento. La colaboración de esos dos artistas es un tema muy interesante que dejo aquí. 

Itō Michio (1892-1961), II

Hoy seguiremos viendo la polifacética carrera de coreógrafo de Itō Michio centrándonos en sus trabajos en la costa oeste americana.

La actividad en Los Ángeles

Itō Michio permanece en Nueva York hasta 1929, año en el que se traslada a Los Ángeles, donde desarrollará el resto de su etapa americana. En 1929, abre su estudio de danza en esa ciudad compatibilizando sus clases con el trabajo de coreógrafo. En la siguiente década, realiza dos cortos viajes a Japón, uno en 1931, con su esposa americana y sus dos hijos, y otro en 1939.

Itō Michio en 1929. Foto: Miyatake Tōyō. 
Whitney Museum of American Art.

martes, 7 de febrero de 2023

La danza butō, 10

Los pioneros de la danza moderna japonesa, 1  (tiempo de lectura 11 m. aprox.)

En el anterior artículo comenté muy por encima la actividad de la alemana Mary Wigman y las características de una de sus primeras obras. Mencioné que su estilo de danza expresionista ejerció en sus alumnos japoneses una influencia que se extendió a la siguiente generación de bailarines nipones, los que crearon el butō. Pues bien, hoy hablaremos del primero de ellos, un artista que gran parte de su carrera la desarrolló fuera de Japón, en Estados Unidos, pero que es un buen ejemplo de ese instinto de búsqueda de lo nuevo tan presente en los creadores nipones durante las primeras décadas del siglo XX.

Itō Michio (1892-1961), I

Itō Michio nació en Tokio en una familia cuyo padre, con solo 22 años, había viajado a San Francisco, donde trabajó en el estudio del arquitecto italiano Giovanni Vincenzo Cappelletti (1843-1887), uno de los occidentales que fueron contratados por el gobierno japonés para impartir clases a los primeros arquitectos japoneses licenciados en una universidad nipona. Cuando Cappelletti partió de Japón en 1885 se dirigió a la ciudad californiana, donde ejerció su profesión hasta su muerte dos años más tarde.

Itō Michio, en 1951.
Foto: Asahi Graph.
Wikimedia Commons.

viernes, 3 de febrero de 2023

Mi nueva página de Facebook

Informo a mis lectores que, debido al cierre de las páginas grises de Facebook, este pasado 2 de febrero de 2023 he abierto una nueva página de Facebook. 

Los que me seguían en la anterior página, ahora pueden seguirme en esta con solo acceder a mi nuevo Facebook clicando en este enlace.

La foto de su cabecera es diferente de la de los encabezamientos de mi blog y de Twitter. 

La forma directa de acceder a esa página de Facebook desde este blog es clicando en el icono que se encuentra en el lado derecho de la pantalla del PC. 

                          

martes, 31 de enero de 2023

Pilar Cabañas y Matilde Arias: “Zen, tao y ukiyoe”

Zen, tao y ukiyoe. Horizontes de inspiración artística contemporánea

Hoy me gustaría comentar un muy interesante libro de dos profesoras integrantes del Grupo de Investigación Asia de la Universidad Complutense de Madrid así como del también grupo de investigación Japón y España: Relaciones a Través del Arte. Me refiero a Pilar Cabañas Moreno y Matilde Rosa Arias Estévez, autoras del texto que voy a comentar aquí, aunque con un poco de retraso. El título de su trabajo es Zen, tao y ukiyoe. Horizontes de inspiración artística contemporánea, publicado por Satori Ediciones en diciembre de 2020.

El currículo de ambas autoras es sobradamente conocido por quienes frecuentan el mundo de los estudios japoneses y otro tanto se puede decir del prestigio de la editorial que publica su libro. Las profesoras Cabañas y Arias abordan en su texto un tema que siempre me ha fascinado: las relaciones e influencias, en ambos sentidos, entre las artes plásticas de Oriente y Occidente, especialmente las que se produjeron en la segunda mitad del siglo XX.

El libro trata de manera muy amplia los contactos e inspiraciones que ha habido entre artistas occidentales y japoneses de todas las especialidades. En sus páginas descubriremos cómo muchos de los más vanguardistas y afamados creadores americanos y europeos de las décadas de los cincuenta y sesenta del pasado siglo descubrieron fascinados la cultura tradicional de Japón.

martes, 24 de enero de 2023

La danza butō, 9

El germen europeo del butō 

En el artículo de hace dos semanas hablé de una coreógrafa y bailarina japonesa de butō que ha desarrollado y desarrolla su carrera en Europa. Y en una entrada anterior lo hice de la primera representación de danza butō vista en Occidente y de los tres bailarines que participaron en ella. Eso ocurrió en París en el año 1978.

Supongo que, a estas alturas, muchos de mis lectores ya se habrán preguntado de donde surgió el butō o cuáles fueron sus raíces. Pues bien, hoy nos trasladaremos en el tiempo hasta la Alemania de entreguerras porque precisamente fue ahí donde los japoneses encontraron la semilla de la que, a finales de los años cincuenta, germinó el butō. 

Las primeras décadas del siglo XX fueron testigos de un intercambio cultural entre Occidente y Oriente en los dos sentidos. Los creadores americanos y europeos miraban a Japón, pero muy pocos llegaron a visitarlo. Sin embargo, los japoneses no solo observaban a Occidente, sino que un buen número de jóvenes artistas viajaron a Europa y América en busca de ideas que les permitieran superar el anquilosamiento que, tras siglos de planteamientos apenas alterados, mostraban sus respectivas especialidades.

Las vanguardias niponas se pusieron muy pronto al día de lo que sus coetáneas estaban haciendo en Europa . El Manifiesto Futurista de Marinetti se publicó en Francia en 1909 y en Japón apenas tres meses más tarde. El dadaísmo, expresionismo y surrealismo calaron muy pronto en los artistas nipones. Como ejemplo de esto baste citar que el crítico Takiguchi Shuzō (1903-1979) tradujo en 1930 la obra de André Breton (1896-1966) Le surrealisme et la pinture, editado en Francia solo dos años antes, y que en 1940 publicó en japonés la primera monografía mundial sobre Joan Miró (1893-1983), con quien mantuvo una larga correspondencia. La siguiente ilustración es una muestra de la estrecha relación entre el pintor español y el crítico japonés.

Dibujo de Joan Miró. Hommage à Shuzo Takiguchi, gouache y tinta china sobre papel,
36x50 cm, 1979. Col. particular, vendido en Christie’s de Nueva York el 5 de noviembre de 2003.

martes, 10 de enero de 2023

La danza butō, 8

Bailarinas japonesas de butō en Europa, 3 

El anterior artículo lo dediqué a Yoshioka Yumiko y en el de hoy hablaré de otra bailarina de butō que como Yoshioka también ha desarrollado su carrera en Europa y que durante años colaboró con ella en la misma compañía. Me refiero a Seki Minako. 

Seki Minako (1961-) 

Seki Minako, nacida en Nagasaki, pertenece a la tercera generación de bailarines de butō. En 1983 empieza a estudiar durante dos años interpretación y danza en el Ksec Act de Nagoya, una compañía teatral con un amplio repertorio de teatro clásico español que ha actuado en España en varias ocasiones. Sus versiones de obras de Calderón, Lope de Vega, Cervantes, Valle Inclán, Lorca o Arrabal, entre otros autores, han tenido siempre muy buena acogida de critica y público. Este enlace lleva a la web de Ksec Act.  

Captura de pantalla de la web de la compañía Ksec Act.