martes, 11 de abril de 2023

La danza butō, 14

Los pioneros de la danza moderna japonesa, 5 

Hace quince días publiqué el segundo de los artículos que dediqué a Ishii Baku, y en el anterior mencioné de pasada a dos bailarines japoneses que a finales de la segunda década del siglo XX emigraron a Estados Unidos, donde desarrollaron toda su carrera sin volver a Japón. Ellos también fueron pioneros, pues a partir de los años sesenta de la pasada centuria y hasta nuestros días muchos compatriotas suyos han desarrollado su carrera en compañías occidentales, tanto de ballet clásico como de danza moderna.

Obviamente, no puedo pretender mencionarlos a todos, ni mucho menos, pero en su lugar voy a comentar muy sucintamente la carrera de esos dos pioneros: Nimura Yeichi y Komori Toshi. Hasta ellos, todos los bailarines japoneses que viajaban a Occidente regresaban a su país para aplicar lo que habían aprendido en Europa o Estados Unidos. Incluso Itō Michio, de quien hablé en este artículo, lo hizo tras más de cuarenta años en el extranjero. Sin embargo, Nimura Yeichi nunca volvió a Japón, aunque sí Komori Toshi.

Nimura Yeichi (1897-1979)

Nimura Yeichi queda huérfano a los seis años, tras lo cual su abuelo se hace cargo de él. Cuando fallece este, abandona su ciudad natal y se traslada a Tokio en busca de empleo. Después de varias ocupaciones, logra entrar de grumete en una compañía naviera. En uno de sus viajes, cuando su barco llega a Seattle, el uno de septiembre de 1918, decide quedarse en el país. Nunca más regresará a Japón.

Durante dos años, Nimura recorre Estados Unidos sobreviviendo con empleos esporádicos hasta que llega a Nueva York en 1920. En la gran ciudad alterna el trabajo de camarero con los estudios de ballet. Después de asistir casualmente a una representación de la compañía Denishaw decide entrar en su escuela, creada en 1915 por Ruth St. Denis (1879-1968) y Ted Shawn (1891-1972). Sin embargo, al mismo tiempo acude a otros estudios de danza, uno de ellos el de estilo español que dirige Aurora Arriaza (1868-1947), autora de un tratado sobre castañuelas publicado en inglés en 1924. 

En esa época, Aurora Arriaza es muy conocida en los medios dancísticos americanos. Incluso las célebres Ruth Page (1899-1991) y Martha Graham (1894-1991), entre otros, asisten a sus clases. En esos años, La Argentina está de gira por Estados Unidos. Mencioné a esta bailarina española en el primer artículo de esta serie y veremos que su nombre saldrá decenas de veces a lo largo de esta serie. 

Nimura Yeichi en la revista Broadway Nights, 1929. Foto de fuente desconocida.

En 1925, Nimura empieza a prepararse y colaborar con Itō Michio, quien lo convierte en su protegido aunque sus estilos y enfoques parecen poco compatibles. A pesar de ello, en 1927, Itō lo contrata para dos escenas de la revista musical Chingalin. Finalmente, Nimura abre su propio estudio en 1931.

Nimura Yeichi en París, 1939. 
Foto de fuente desconocida.

Entre 1932 y 1940, Nimura y su partenaire y futura mujer Lisan Kay (1910-2006) realizan numerosas giras por Estados Unidos, Cuba, Hawái y Europa. El 12 de octubre de 1940, el japonés ofrece su última actuación en público. Como consecuencia del bombardeo de Perl Harbor, en todo el país se respira un ambiente antijaponés. 

Nimura Yeichi y Linsan Kay en Figures of Earth, 1934. 
Foto: Angelo Photos en la web de la Seattle Public Library.

Sin embargo, la situación en Nueva York no era la de Hollywood y a diferencia de Itō, Nimura no fue internado en ningún centro. Eso le permitió seguir trabajando durante los años que dura la guerra dando clases a sus alumnos en el antiguo estudio del Carnegie Hall. Finalmente, el 18 de diciembre de 1945, su nombre aparece otra vez como coreógrafo en la obra Lute Song, protagonizada por Mary Martin (1913-1990) y Yul Brynner (1920-1985). A partir de entonces, coreografía numerosas revistas y musicales en el Radio City Music Hall, así como ballets de óperas en el Metropolitan Opera House.

Nimura fue uno de los profesores de danza más admirados en Nueva York y aunque nunca regresó a Japón, cuando falleció se repatriaron sus cenizas a su ciudad natal, Suwa, en la prefectura de Nagano.

Komori Toshi (1887-1951)

Komori Toshi estudia música con la soprano Miura Tamaki (1884-1946) y más tarde lo hace en la compañía de ópera del Teatro Imperial de Tokio que dirige el italiano Giovanni Vittorio Rosi (1867-1940). También se integra en la flamante troupe del NuevoTeatro creada por Ishii Baku y Yamada Kōsaku. En 1916, Komori interpreta el papel de monje pecador, junto con Ishii como bonzo itinerante, en la obra Meian (Luz y oscuridad) de Ishii que se desarrolla en el célebre templo de Kiyomizu-dera, en Kioto.

En 1918, Komori se traslada a Nueva York donde colabora con Itō Michio en la producción de At the Hawk’s Well que se estrena el 10 de julio de ese mismo año en el Teatro Greenwich Village. De la gestación de esa pieza hablé en este artículo. En Estados Unidos, esta obra tenía un especial atractivo por ser un drama escrito por un irlandés (Yeats) con un poeta americano (Pound) e interpretado por un japonés (Itō).

Komori Toshi, 1926. Foto: Ullstein Bild via Getty Images. 

En 1920, Komori se instala en París, donde trabaja como “bailarín nipón”. Su fama como conocedor de las danzas de su país llega a oídos de Serge Lifar (1905-1986) quien le pide que le enseñe su técnica. Resulta curioso que a pesar de que tanto Itō como Komori no tenían estudios de danza japonesa, ni popular ni de kabuki ni de teatro , hasta los años cuarenta del siglo XX, en Occidente siempre se consideró que sí los poseía.

En 1934 interviene como un “bailarín balinés” en la película francesa Amok del director ruso Fedor Ozep (1895-1949), basada en la novela del mismo título de Stefan Zweig (1881-1942). En 1945, Komori regresa a Japón y crea el Instituto de danza Komori Toshi, abierto hasta la defunción de su esposa en 1962. 

Komori Toshi, 1935. Foto: Paul B. Haviland. 

Esta entrada ha quedado un poco corta, pero, si tienes tienes tiempo, recuerda que en este blog hay una serie de artículos dedicados al teatro moderno japonés que abarcan desde finales del siglo XIX hasta casi nuestros días. Muchos de ellos incluyen videoclips. Elige en el índice el periodo que prefieras. Yo recomiendo este que fue el último de la serie.

Dentro de dos semanas hablaremos del que fue el primer maestro de Hijikata Tatsumi, el creador del butō, el tipo de danza a la que dedico esta serie. Poco a poco nos vamos acercando al “meollo” de la cuestión.