Ōno Kazuo, 2
“Danzo por lo que viví en la guerra.” Ōno Kazuo
En el anterior artículo dejamos a un Ōno Kazuo de 28 años
con un trabajo fijo como profesor de educación física en una escuela baptista
femenina. Allí vimos que cuando asiste a dos espectáculos de danza, uno de baile español y otro de
danza moderna, queda tan impresionado que se plantea el dedicarse a ese arte. Pero
antes debe informarse bien y estudiar.
El estudio de la danza moderna
En el año 1934, después de descubrir la danza moderna en el espectáculo que ofrecieron en Tokio Ruth Page y Harald Kreutzberg, Ōno encuentra en un periódico una reseña sobre la primera actuación en Japón de Eguchi Takaya y Miya Misako una vez regresados de su estancia en Alemania. En el artículo se incluye una fotografía de una de las obras que interpretaron, Quirófano, una coreografía eminentemente abstracta, como el resto del repertorio de Eguchi. A partir de ese momento, ya no tiene ninguna duda y decide estudiar todo lo que pueda sobre ese tipo de danza de origen alemán, la Ausdruckstanz o danza expresionista.
En 1936 se inscribe en el estudio de Eguchi y Miya, a quienes dediqué este artículo. Sin embargo, poco a poco, Ōno empieza a distanciarse de las enseñanzas de sus profesores. Su visión de la danza es otra.
El mes de julio de 1938 nace su hijo Yoshito y en octubre hace su debut con Eguchi y Miya en una obra titulada Trigo y soldados. Pero enseguida es llamado a filas y en 1939 se le envía al frente de Manchuria. En 1945 es hecho prisionero en Nueva Guinea. No volverá a su país ni verá a su hijo hasta 1946.
Ōno Kazuo es llamado a filas en 1938. Foto: Kazuo Ohno Dance Studio Archives. |
Cuando Ōno regresa a Japón, además de impartir lecciones de danza en el estudio de Eguchi, se incorpora de nuevo a la escuela femenina Sōshin, donde trabajará hasta principios de los años ochenta. Sin embargo, las diferencias entre los planteamientos formales y sistemáticos que exige Eguchi en sus clases y la manera en que él las imparte, centrada en los sentimientos (recordemos lo que vio en la actuación de Kreutzberg y Page en 1934 que comenté en el artículo anterior), hacen que abandone el estudio de Eguchi dos años más tarde. Ōno cree que enseñar y estudiar la técnica en sí misma no produce resultados beneficiosos.
Los primeros espectáculos
En 1949, Ōno abre su propio estudio de danza en Yokohama y
en otoño hace su debut en el auditorio Kanda kyōritsu kōdō de Tokio con un
espectáculo integrado por piezas cortas con un pequeño grupo de bailarines del
estudio de Andō Mitsuko (1910-1984), futura profesora de Hijikata. Esa función
la vio Hijikata en el primer viaje que hizo a la capital nipona. De ese hecho
volveré a hablar cuando lo haga de este en otro artículo.
Ōno Kazuo en la obra Sombrero amarillo. Tokio, 1949. Foto: Kazuo Ohno Dance Studio Archives. |
Tras ese debut, Ōno produce tres espectáculos de danza en
los años 1950, 1951 y 1953, en los cuales, poco a poco, se va distanciando de
la “línea” Eguchi para encontrar la suya propia.
En los primeros años, solo recibió críticas desfavorables: falta de preparación de los bailarines, excentricidad de los gestos y monotonía de las coreografías, aunque también reconocían cierto lirismo. Pero el
último espectáculo de noviembre de 1953 solo recibió reseñas favorables que
veían en su danza “emoción” y “creatividad”.
Ōno Kazuo en los años cincuenta. La fotografía
en la pared es de Ōno en la obra Lluvia en la ciudad, también llamada Danza en la ciudad, de 1951. Foto: Kazuo Ohno Dance Studio Archives. |
La innovadora y cercana visión de la danza de Ōno contrastaba
con la espectacular de Eguchi en su Fuego de Prometeo de 1950 que
comenté en este artículo. Ōno caminaba
en sentido opuesto.
El periodo de silencio
Tras su última actuación de 1953, Ōno se retira casi
totalmente de la escena durante un quinquenio. Solo esporádicamente, una o dos
veces al año, colabora en algunas coreografías de Eguchi y Miya. Es en esa ápoca
cuando, en 1954, se encuentra por primera vez con Hijikata Tatsumi en un
espectáculo dirigido por Andō Mitsuko (1910-1984) y con escenografía del
artista Okamoto Tarō (1911-1996). En esa función, Hijikata debuta como bailarín
de jazz mientras que Ōno participa como miembro de la compañía Eguchi-Miya. Al
año siguiente vuelven a coincidir en una obra de Andō Mitsuko y Horiuchi Kan (1931-2016) titulada Coctel
(Cocktail), en la que Hijikata hace de camarero, y Ōno, de cliente.
En 1956, con ocasión de la segunda edición del denominado Grupo de Danza Único,
Hijikata invita a Ōno a un té para hablar en privado. En esa reunión seguramente
debió comentarle el impacto que le produjo cuando siete años antes vio su
actuación en el Kanda kyōritsu kōdō hall de Tokio. De ese encuentro y otros posteriores nacerá el butō.
Hijikata Tatsumi. Foto sin datos de fuente desconocida. |
En 1956, Ōno participa en un ballet pantomima con
Yoneyama Mamako (1935-) y Hijikata Tatsumi en el teatro Haiyū-za de Roppongi,
en Tokio. De esta sala y su compañía de actores hablé en dos artículos de la
serie que dediqué al teatro moderno japonés hace años. Este fue el primero, y este, el segundo.
Ōno Kazuo en los años cincuenta del siglo XX. Foto: Kazuo Ohno Dance Studio Archives. |
Ōno sigue madurando. Sus coreografías no son ni descriptivas
ni abstractas. Es consciente de las limitaciones de la danza tal como se la han
enseñado y durante cinco años, de 1953 a 1958, apenas aparece en los escenarios.
Pero sigue madurando. Resultado de ese proceso será su siguiente obra: El
viejo y el mar, el primer hito en su carrera.
El viejo y el mar, 1959
En abril de 1959, Ōno estrena su primera gran “coreografía”,
El viejo y el mar, en el Dai-ichi Seimei Hall de Tokio, una instalación
que, dada la escasez de espacios adecuados que había en la ciudad durante la
inmediata posguerra, se alquilaba para todo tipo de espectáculos.
Interior del auditorio del Dai-ichi Seimei en su
inauguración de 1952. Foto: web del Dai-ichi Seimei Hall. |
La pieza de Ōno, su quinta creación, se basaba en la novela
del mismo título de Ernest Hemingway (1899-1961, The Old Man and the Sea,
y tenía una duración de cincuenta minutos. Ōno pidió a Ikemiya Nobuo (¿-?) que
escribiera el guion; a Yasuda Shugo (¿-?), la música, y a Hijikata que llevase
la dirección. En la obra intervinieron alumnos de su estudio, además del propio
Ōno y sus dos hijos, el mayor Yukito y el menor Yoshito.
Ōno Kazuo y su hijo Yoshito en un ensayo de El
viejo y el mar, 1959. Foto de fuente desconocida. |
Según palabras del propio Ōno: “El viejo y el mar
señalaba la conclusión de mi periodo de danza moderna, mientras que Admirando
a La Argentina en 1977 representaba el principio de mi fase butō, en
la que, más allá de la forma y técnica, bailo como la vida conferida por el
universo”.
Ōno Kazuo, en primer plano, en El viejo y el
mar, 1959. Foto: Kazuo Ohno Dance Studio Archives. |
Ōno deja claro en su declaración que, a diferencia de lo que
ocurre en la danza convencional, su coreografía está más interesada en los
sentimientos, es decir, en el corazón, que en la técnica. Su obra está
impregnada de cualidades poéticas casi siempre procedentes de imágenes de su
vida interior, aunque también se dan en ella momentos abstractos.
A partir de esa obra, en los siguientes años, Ōno se
concentra en los alumnos que llegan a su estudio. En los dieciocho años que
separan El viejo y el mar de 1959 y Admirando a La Argentina de
1977, no crea ninguna coreografía y solo interviene en piezas ajenas, casi
siempre de Hijikata.
El color prohibido (Kinjiki), 1959
En mayo de 1959 su hijo de 21 años Yoshito interpreta el
papel de joven en la obra El color prohibido de Hijikata Tatsumi, de la que hablaré
más extensamente en el artículo 27 que dedicaré a este dentro de tres meses. En
la reposición de esa obra en septiembre de ese mismo año, Hijikata introduce varios cambios en la obra. Uno de los más importantes es la aparición de Ōno ataviado con un
vestido femenino, un hecho que a partir de ese momento será recurrente en toda
su carrera, como veremos enseguida.
Esa nueva función, en la que intervienen Hijikata, Kazuo y Yoshito, padre e hijo, es el bautizo oficial del butō, nacido unos meses antes cuando la obra solo tenía un acto y no parecía el personaje travestido de Ōno Kazuo. Con esta versión de Kinjiki se abría una puerta que descubrirá un nuevo mundo para la danza.
Acaba aquí este artículo y dejamos para el siguiente el entrar en la, en mi opinión, fase más interesante de Ōno Kazuo. Eso será dentro de quince días.