En el anterior artículo hablé de la insularidad
de Japón y su influencia en el aislamiento del país durante dos siglos y medio. Hoy lo
haré de su orografía, de las omnipresentes montañas en el paisaje japonés y de cómo
se han plasmado desde muy antiguo en el arte nipón.
La orografía
Las montañas ocupan aproximadamente el 75% de la
superficie de las islas japonesas, y los bosques, el 65 %. A lo largo de la
historia, las extensas zonas densamente arboladas han suministrado abundante
madera para las construcciones y combustible para los numerosísimos hornos de
alfarero repartidos por todo el país. Aproximadamente, solo un 12% de la
superficie de Japón se destina a usos residenciales y agrícolas, estos últimos
muchas veces posibles gracias a la creación de terrazas.
El monte Akadake visto desde el Yokodake,
prefectura de Nagano. Foto: Wikimedia Commons. |