Hace quince días hablamos de la expansión del budismo por Asia y su
llegada a Japón, y hoy veremos cómo se produjo su difusión por este país.
Las escuelas budistas
Con el segundo traslado de la capital en el año 794, esta vez a Heian,
se intentaba huir de la influencia que las sectas de Nara tenían en la corte y
evitar las intromisiones de algunos bonzos en los asuntos de gobierno. El emperador no
solo dictó normas para limitar la construcción de templos dentro de la nueva
ciudad, sino que envió al continente algunos religiosos en busca de ideas que
contrarrestasen las imperantes en Nara.
Dos de esos monjes, después de estudiar los principios de las escuelas
chinas, fundaron en Japón sendas órdenes que desempeñaron un papel fundamental
en la historia del país. Sus nombres eran Saichō (767-822), conocido
póstumamente como Dengyō Daishi, y Kūkai (774-835), distinguido como Kōbō
Daishi. Daishi era el título honorífico otorgado a religiosos de
especial y reconocido prestigio, significa gran maestro.
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Maqueta de la antigua Kioto, llamada entonces Heian-kyō. Foto: Wikimedia Commons. |