Un libro de
gastronomía que va más de la gastronomía
Tengo el gusto de comentar hoy un libro de un tema que no he
tratado nunca en este blog. Me refiero a la gastronomía, la gastronomía
japonesa. He decidido a hacer su reseña porque, aunque en él se habla de
recetas culinarias, su contenido va mucho más allá de la simple relación de ingredientes
y de la descripción de cómo cocinarlos.
El libro Iwashi.
Leyendas y gastronomía del Japón, publicado en febrero de 2015 por la
editorial pontevedresa Edicións Cumio, lo ha escrito Mari Hashimoto, profesora
de japonés en la Escuela Oficial de Idiomas de Vigo y residente en España desde
hace más de dos décadas. Sus más de doscientas páginas están profusamente ilustradas
con dibujos de María Jesús Pirallo y fotografías de José María López.
En el subtítulo de este artículo se dice que la obra de
Hashimoto va más allá de la gastronomía y eso debo explicarlo.
Aunque existen muchos libros de cocina japonesa editados en España,
la mayoría se limitan a ofrecer una descripción de recetas ilustradas con
fotografías más o menos espectaculares que no pocas veces adquieren el papel de
protagonista desplazando al texto. Sin embargo, el de Hashimoto no solo detalla
la confección de platos tradicionales de su país, sino que nos explica las
insospechadas relaciones que pueden tener con la cultura nipona.
La autora ordena sus propuestas culinarias de acuerdo con
las estaciones de año, una condición sine
qua non cuando se habla de cualquier tema relacionado con Japón. Pero lo
que, en mi opinión, resulta no solo original, sino excepcional en nuestro país es
la manera en que ha planteado el tema. Cada ingrediente, cada receta nace de
una pequeña narración que Hashimoto ha tejido alrededor de una historia, una tradición
o una leyenda japonesa que, a su vez, nace de alguna de sus propias experiencias en
Galicia. Ahí radica uno de los valores más interesantes del libro. Ir más allá
de la gastronomía para explicarnos algo del fascinante universo nipón.
Hashimoto comienza narrando muy brevemente cómo llegó a
España, para decirnos que desayuna arroz, “el alimento básico en Oriente”, y
explicarnos cómo cocinarlo. Es el primer paso gastronómico de todo aquel que
quiera introducirse en el mundo de la comida japonesa. Es en ese momento cuando
la autora realiza un flash back para narrarnos
el fascinante mito de la creación de Japón. A partir de ahí, toda explicación
de un plato está precedida de una pequeña reseña de un acontecimiento histórico
o tradición de País del Sol Naciente.
Estando en Galicia no podía faltar en el libro una receta de marisco, y
la propuesta que se nos hace es un suculento nabe, una
especie de cazuela de frutos del mar. Pero lo que realmente sorprende es la
manera como Hashimoto hace que la descripción de ese plato sea una consecuencia
lógica de uno de los acontecimientos más trascendentales de la historia de
Japón, la batalla de Dannoura, donde, en 1185, se enfrentaron los dos clanes
más poderosos de la época dando origen al régimen militar de los shōgun.
Pero la autora no se detiene simplemente en narrar ese
suceso, sino que lo enlaza con una cita de una de las obras más impresionantes
y conmovedoras de toda la literatura japonesa, el Heike Monogatari, una epopeya medieval de la que existe traducción
española de Carlos Rubio, en editorial Gredos y de la que todo japonés sabe de
memoria su primer párrafo, igual que todo español conoce el comienzo de El Quijote. Del triste final de ese
episodio, la tradición ha elaborado una leyenda sobre el aspecto de los
cangrejos que no voy a desvelar aquí, pero que explica Hashimoto.
Creo que con lo dicho el lector ya puede intuir cuál es el
enfoque del libro Iwashi. Leyendas y
gastronomía del Japón. Pero para más información, y a modo de sinopsis
incompleta, voy a comentar unas pocas más de las sorprendentes correlaciones
entre ingredientes o recetas de cocina y la cultura japonesa que establece Mari
Hashimoto.
Invierno
Cuando el invierno aún no ha finalizado en Japón, ya aparecen en el ciruelo los primeros capullos de su flor. Antes de explicarnos un plato a base de su fruto, umeboshi en japonés, y arroz, la autora nos cuenta la emotiva relación que mantuvo con un árbol de esa especie Sugawara no Michizane, poeta, erudito y político del siglo X, y hoy patrón de los estudiantes.
Cuando el invierno aún no ha finalizado en Japón, ya aparecen en el ciruelo los primeros capullos de su flor. Antes de explicarnos un plato a base de su fruto, umeboshi en japonés, y arroz, la autora nos cuenta la emotiva relación que mantuvo con un árbol de esa especie Sugawara no Michizane, poeta, erudito y político del siglo X, y hoy patrón de los estudiantes.
La primavera y el cerezo forman una pareja indisoluble, y
Hashimoto nos cuenta poemas y fábulas medievales que hablan de ese árbol. En
otro momento, a través de la escritora Sei Shonagon y su obra El libro de la almohada, traducido al
español por la editorial argentina Adriana Hidalgo, nos conduce hasta una
receta a base de las algas wakame.
Qué sugerente resulta la asociación que la autora establece entre el delicioso chawanmushi y el festival de
las niñas, el hina matsuri que se
celebra a principio de marzo manteniendo una tradición que se remonta hasta el
periodo Heian.
Los nísperos y su receta de jalea se relacionan con la biwa, una especie de laúd que en la Edad
Media japonesa tañían músicos ciegos y del que se dice que su caja de resonancia tiene la
forma de ese fruto. Hashimoto nos cuenta la historia de un monje invidente,
llamado Hōichi, que tocaba ese instrumento; una fábula que forma parte de uno
de los capítulos de la fantástica película Kwaidan
de Kobayashi Masaki basada en el relato del mismo título de Lafcadio Hearn,
publicado por editorial Siruela.
Otoño
El okonomiyaki es uno de los platos típicos del otoño y de Hiroshima que a veces se compara con la pizza. Hashimoto nos detalla cómo cocinarlo, no sin antes relatarnos de forma muy amena que era uno de los preferidos de Sen no Rikyū, el gran maestro que diseñó casas de té y aconsejó a Raku Chōjirō cómo debía crear sus célebres boles para esa ceremonia.
El okonomiyaki es uno de los platos típicos del otoño y de Hiroshima que a veces se compara con la pizza. Hashimoto nos detalla cómo cocinarlo, no sin antes relatarnos de forma muy amena que era uno de los preferidos de Sen no Rikyū, el gran maestro que diseñó casas de té y aconsejó a Raku Chōjirō cómo debía crear sus célebres boles para esa ceremonia.
Creo que con todo lo dicho puede entenderse que el libro Iwashi. Leyendas y gastronomía del Japón
va mucho más allá de la simple gastronomía. En sus páginas, Mari Hashimoto nos habla
de sus vivencias en nuestro país y de los momentos que le hacen recordar el
suyo, su historia, su poesía, sus epopeyas, sus tradiciones. Al final de cada
uno de sus relatos nos espera un sencillo pero delicioso plato japonés,
presentado con esmero y del que emanan olores que nos hablan de un lugar muy lejano,
Japón. Qué más se puede pedir.
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