Pioneros del diseño industrial japonés, 9
En el anterior artículo
hablé de algunas de las piezas de menaje que Yanagi diseñó a lo largo de su
dilatada carrera. Hoy concluiré esta miniserie que le he dedicado presentando
otro tipo de objetos.
Yanagi
Sōri (1915-2011), cuarta parte
El
enfoque que adoptaba Yanagi cuando diseñaba sillas era muy diferente del de los
ya comentados Kenmochi o Watanabe y, en consecuencia, el resultado también. En su silla
apilable de mediados de los años sesenta utilizó materiales que en Europa eran
clásicos: estructura de madera torneada y curvada y asiento de rejilla.
Yanagi
Sōri: silla apilable, 1965. Foto de fuente
desconocida.
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En
1978, Yanagi creó para Tendo un conjunto de sillas y mesa en madera de roble
con patas torneadas muy inclinadas y con asiento y sobre de la mesita en forma de casquete esférico invertido. El resultado era un conjunto con cierto
toque rústico e informal que ocultaba la depurada técnica implicada en su
fabricación.
El
respaldo curvado de la silla de Yanagi está formado por tres piezas de roble, con la central de color más claro, que se ensamblan con tres lazos perfectamente visibles en forma de V. Las patas se encastan en el asiento
atravesándolo de tal manera que sus cabezas oscuras son visibles en la cara superior. Eso se aprecia en las dos fotografías siguientes.
Esa forma de solucionar los problemas técnicos, convirtiéndolos en recursos expresivos sin recurrir a aspavientos innecesarios, recuerda la oculta sofisticación en la construcción de las casas de té, uno de los entornos más genuinamente nipones que refleja la esencia más profunda del espíritu japonés. Sin embargo, en algunas versiones comercializadas más tarde de esa silla y mesita se perdió la visibilidad de esas uniones.
Yanagi Sōri: sillas de roble para Tendo, 1978. |
Esa forma de solucionar los problemas técnicos, convirtiéndolos en recursos expresivos sin recurrir a aspavientos innecesarios, recuerda la oculta sofisticación en la construcción de las casas de té, uno de los entornos más genuinamente nipones que refleja la esencia más profunda del espíritu japonés. Sin embargo, en algunas versiones comercializadas más tarde de esa silla y mesita se perdió la visibilidad de esas uniones.
Yanagi Sōri: sillas de roble para Tendo, 1978. |
Sin
embargo, a mí me parece que donde Yanagi se encontraba más a gusto era creando
objetos mucho más pequeños y cercanos, como su hervidor, su taburete
Mariposa, sus cubiertos, sus ollas. Cosas que tocamos cada día y que se
convierten con los años en nuestros compañeros, como un humilde dispensador de
cinta adhesiva o una lámpara de papel que ilumina nuestra estancia.
Yanagi
Sōri: dispensador giratorio de cinta adhesiva,
1960. Foto de fuente desconocida.
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Yanagi: lámpara de papel, 1979.
Foto de fuente
desconocida.
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Eso era
lo que buscaba Yanagi, que el uso y la pátina de los años no hicieran más que
acrecentar la proximidad de esos pequeños adminículos que nos acompañan en
tantos momentos. Su obra nos sigue transmitiendo la más tranquila armonía y la
más sencilla belleza, esa que nace del Japón eterno para convertirse en
universal.
El
“viejo maestro” Yanagi. Foto de fuente
desconocida.
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Para concluir esta serie dedicada al maestro Yanagi inserto
un vídeo grabado en 2007 con motivo de una exposición retrospectiva sobre su
obra que se presentó en el Museo de Arte Contemporáneo de Tokio. En el primer
minuto vemos a Yanagi, con 91 años, recibiendo el sentido homenaje de sus
colegas y admiradores. En la grabación aparece también Fukasawa Naoto, un
diseñador al que he dedicado un artículo que
publicaré dentro de unos meses.
La siguiente entrega la consagraré al último de los integrantes de esta primera generación de diseñadores japoneses, Daisaku Chō.
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