La pintura japonesa de estilo rinpa, Tawaraya Sōtatsu
Hace dos días inicié esta serie dedicada a la pintura japonesa rinpa hablando de Hon'ami Kōetsu y hoy, como prometí, lo haré del otro gran artista de ese estilo que solo presenté entonces: Tawaraya Sōtatsu.
Tawaraya Sōtatsu (c. 1576-c. 1643)
De Sōtatsu se conocen muy pocos detalles de su vida. Sus
fechas de nacimiento y muerte son meramente orientativas y su apellido familiar
también es supuesto. Parece ser que en sus inicios regentaba una tienda de
Kioto llamada Tawaraya, donde vendía artículos variados como papel, abanicos, muñecas, conchas, así como sus propios diseños para kimono. En el anterior artículo comenté su fase inicial de amistad y colaboración con Kōetsu, ahora toca hacerlo de su etapa como artista independiente.
Por esos años, de los talleres Kanō todavía salían resplandecientes
fusuma y biombos dorados que respondían
perfectamente al ostentoso lujo y poder de los señores del periodo Momoyama
(1573-1603). Los Kanō eran maestros indiscutibles en un arte de formas
quebradas y contundentes y colores densos y brillantes. Sin embargo, cuando Sōtatsu
dejó de colaborar con Kōetsu, a pesar de estar familiarizado con esa estética, ya se había forjado un estilo propio muy personal. Sus preferencias, aunque
también empleaba el pan de oro, se decantaban por colores ligeros y perfiles
ondulados para crear una apariencia nada recargada y muy liviana. Eran los primeros
pasos del estilo rinpa.
Voy a comentar una de las obras más conocidas de Sōtatsu: Dioses del viento y del trueno. Se trata de una pintura sobre un par de biombos de dos paneles, un formato no muy usual pero que Sōtatsu utilizó frecuentemente. El tema se basa en la iconografía de esas divinidades, a menudo representadas en rollos del siglo XIII que Sōtatsu había estudiado y muy famosas por las dos impresionantes esculturas del Sanjūsangen-dō en Kioto. La fuerza y dinamismo de los biombos de Sōtatsu son comparables a las que emanan de esas dos imágenes de madera, de las que tendré que hablar en algún momento.
Voy a comentar una de las obras más conocidas de Sōtatsu: Dioses del viento y del trueno. Se trata de una pintura sobre un par de biombos de dos paneles, un formato no muy usual pero que Sōtatsu utilizó frecuentemente. El tema se basa en la iconografía de esas divinidades, a menudo representadas en rollos del siglo XIII que Sōtatsu había estudiado y muy famosas por las dos impresionantes esculturas del Sanjūsangen-dō en Kioto. La fuerza y dinamismo de los biombos de Sōtatsu son comparables a las que emanan de esas dos imágenes de madera, de las que tendré que hablar en algún momento.
El dios del viento, con un cuerno en su frente, aparece por
el extremo del biombo derecho dando saltos y acarreando su saco lleno de aire.
Su melena y estola vuelan debido al vendaval que le envuelve y su vista la dirige
hacia la izquierda.
El dios del trueno tiene dos cuernos y se presenta en el biombo izquierdo con la pierna derecha estirada y la izquierda doblada entre nubes casi transparentes. Su atributo es una ristra de platillos o panderetas que maneja a voluntad. En su caso, la mirada la dirige hacia abajo, en diagonal, quizás hacia el observador.
Los dos personajes, uno de piel blanca y otro verde, están dibujados con trazos y pigmentos que destacan sobre el áureo fondo y los negros nubarrones de tinta china. Su situación en los extremos de ambos biombos, dejando libre casi la mitad de la superficie de cada mampara, produce una sensación de amplitud espacial al mismo tiempo que genera una notable tensión, en este caso debida al contraste entre el evidente dinamismo de ambas figuras y el plácido fondo dorado.
La siguiente obra de Sōtatsu que me gustaría comentar es otro par de biombos, esta vez de seis paneles cada uno, que retratan uno de los paisajes más famosos de Japón: Matsushima en la prefectura de Miyagi.
Gran parte de la superficie de ambos biombos está cubierta por unas embravecidas olas pintadas con tintas doradas y plateadas. En la mampara derecha aparecen los peñascos de tres islas, dos de ellas con unos sufridos pinos. A la izquierda, dos islotes arenosos con escarpadas orillas y, en la parte alta, una playa dorada se extiende de un biombo a otro. Sobre su arena, unos retorcidos pinos pugnan por escapar del encuadre de la obra.
El dios del trueno tiene dos cuernos y se presenta en el biombo izquierdo con la pierna derecha estirada y la izquierda doblada entre nubes casi transparentes. Su atributo es una ristra de platillos o panderetas que maneja a voluntad. En su caso, la mirada la dirige hacia abajo, en diagonal, quizás hacia el observador.
Tawaraya Sōtatsu: Dios del trueno,
primera mitad del siglo XVII,
Tinta,
color y oro sobre papel,
biombo izquierdo, 170x155 cm,
Kennin-ji, Kioto. Foto: Wikimedia Commons
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Tawaraya Sōtatsu: Dios del viento,
primera mitad del siglo XVII,
Tinta,
color y oro sobre papel,
biombo derecho, 170x155 cm,
Kennin-ji, Kioto. Foto: Wikimedia Commons.
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Los dos personajes, uno de piel blanca y otro verde, están dibujados con trazos y pigmentos que destacan sobre el áureo fondo y los negros nubarrones de tinta china. Su situación en los extremos de ambos biombos, dejando libre casi la mitad de la superficie de cada mampara, produce una sensación de amplitud espacial al mismo tiempo que genera una notable tensión, en este caso debida al contraste entre el evidente dinamismo de ambas figuras y el plácido fondo dorado.
La siguiente obra de Sōtatsu que me gustaría comentar es otro par de biombos, esta vez de seis paneles cada uno, que retratan uno de los paisajes más famosos de Japón: Matsushima en la prefectura de Miyagi.
Gran parte de la superficie de ambos biombos está cubierta por unas embravecidas olas pintadas con tintas doradas y plateadas. En la mampara derecha aparecen los peñascos de tres islas, dos de ellas con unos sufridos pinos. A la izquierda, dos islotes arenosos con escarpadas orillas y, en la parte alta, una playa dorada se extiende de un biombo a otro. Sobre su arena, unos retorcidos pinos pugnan por escapar del encuadre de la obra.
Tawaraya Sōtatsu: Matsushima, primer mitad del siglo XVII,
Tinta, color, oro y plata sobre papel, dos biombos de 356x152 cm,
Freer Gallery of Art, Washington DC. Foto: Wikimedia Commons.
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En esta pareja de biombos, el estilo de Sōtatsu muestra ya
algunos de los rasgos definitorios del movimiento rinpa. Por ejemplo, emplea formas sencillas y pocos colores,
mientras que en el oleaje utiliza oro, plata y blanco para crear un suave y
ondulado diseño.
Otra interesante pareja de biombos de Sōtatsu, es la que
dedica al Genji monogatari, una obra
que ha servido de inspiración a numerosos artistas japoneses. La mampara
derecha es conocida como Sekiya-zu por ilustrar el capítulo de mismo
nombre de la novela de Murasaki Shibiku, y la izquierda lo es como Miotsukushi-zu
por el mismo motivo.
Tawaraya Sōtatsu: Genji
monogatari emaki,
mitad del siglo XVII,
Tinta, color y oro sobre papel, dos biombos de 343x162 cm,
Seika-do bunko, Tokio. Foto: Wikimedia Commons.
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Aunque
el carácter de ambos biombos es muy diferente, la unidad del conjunto queda
garantizada por la presencia en ambos del príncipe Genji. Mientras el derecho
utiliza el escalonamiento de los verdes montículos y unas pocas rocas para
sugerir la perspectiva, en el izquierdo, lo consigue con el ondulado camino y
los retorcidos pinos que parecen acoger a los numerosos personajes que asisten
al encuentro del “príncipe radiante” con la dama Akashi. La meticulosidad en el
detalle se puede apreciar si se observa de cerca el esmero con que Sōtatsu dibujó los adornos florales y la cortinilla de bambú de la carreta tirada por
el buey en la mampara derecha.
Dentro de unos días insertaré el tercer artículo sobre el movimiento rinpa para hablar de la obra de Ogata Kōrin.
Dentro de unos días insertaré el tercer artículo sobre el movimiento rinpa para hablar de la obra de Ogata Kōrin.
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