En el artículo anterior hablamos del arte del grabado y del teatro durante
el periodo Edo (1603-1868). En el de hoy entraremos en una de las etapas más
fascinantes de la historia japonesa: su apertura de fronteras y su
modernización en todos los campos, incluido el del arte.
El cambio de modelo
En 1868, Japón se abre al mundo y descubre Occidente, su arte, su ciencia, su tecnología y sus organizaciones políticas, sociales y culturales. En muy pocos años comienza la imparable modernización del país en todos los ámbitos. Después de más de mil años en los que China había sido el modelo a seguir, ahora Japón mira a Occidente.
En 1871, un grupo de prohombres japoneses inicia
un largo viaje por América y luego por Europa que durará hasta 1873. Es la
denominada misión Iwakura, apellido de un político, Iwakura Tomomi (1825-1883), que desempeñó cargos de consejero en el gobierno Meiji y fue uno de los
promotores del moderno
sistema bancario y de la red de ferrocarriles japoneses. El objetivo de esa delegación era
estudiar las organizaciones políticas y educativas de los principales países occidentales para, después de
elegir las más adecuadas, aplicarlas en Japón.
Foto realizada en San Francisco en 1872 de miembros de
la misión Iwakura. Iwakura Tomomi aparece sentado en el centro con kimono. Foto: Wikimedia Commons. |