martes, 12 de marzo de 2024

La danza butō, 38

Los discípulos, 5

Introducción articulo

El artículo anterior hablé de dos históricos de la danza butō que todavía hoy despliegan una incesante actividad y hoy lo haré de otros que quizás no hayan alcanzado tanta fama, pero que merece la pena conocer.

Harada Nobuo (1949-)

Cuando Harada Nobuo estudiaba en la Universidad de Waseda, en Tokio, dirigió la compañía de teatro Escenario Libre hasta 1972. Tras ver ese mismo año una actuación de Ōno Kazuo, se convenció de que debía dedicarse al butō.

Harada Nobuo, sin datos.
Foto: facebook de Seryūkai.

Entre 1973 y 1979 se integra en la troupe Tenshikan de Kasai Akira, de quien hablé en el artículo 33 de esta serie. En 1980 funda en Tokio la compañía Seiryūkai con la que presenta diversos espectáculos en la capital nipona entre 1980 y 1985. En 1994 traslada su taller-estudio, también llamado Seiryūkai, a Fukuoka.

El planteamiento de Harada es similar al de otros bailarines de butō: considerar su práctica como una verdadera terapia. Ejemplo de esto es su obra Hiraku (Despertar) creada para niños son síndrome de Down y adultos con desórdenes psicológicos. Al igual que Takeuchi Mika en Sapporo o Endō Tadashi (1947-) en Göttingen, Alemania, Harada gusta de integrar a personas con algún tipo de discapacidad con bailarines experimentados para que juntos bailen coreografías especialmente pensadas para la interacción de ambos grupos.

martes, 27 de febrero de 2024

La danza butō, 37

Los discípulos, 4 

En el anterior artículo hablamos de un par de bailarines y coreógrafos de butō que desarrollaron parte de su carrera en Europa y América. Hoy nos centraremos en una estupenda bailarina de butō, seguramente la más brillante de todos los alumnos de Hijikata, y en un polifacético artista independiente. 

Ashikawa Yōko (1947-)

Nada más graduarse en la Universidad de Arte Musashino en 1967, Ashikawa Yōko recibe una invitación de Ishii Mitsukata (1939-2017) para que entre en el Estudio Asbesto de Hijikata. Aunque no tenía ninguna experiencia en el mundo de la danza, tiene su primer recital en agosto de 1968 en el auditorio del Sōgetsu Kaikan en Tokio. A partir de ese momento, Hijikata empezó a trabajar frecuentemente con bailarinas.

Ashikawa se convirtió enseguida en la discípula preferida de Hijikata, una verdadera musa gracias a su capacidad de materializar las ideas de su maestro respecto a lo que debía ser una interpretación femenina del butō. Desde muy pronto supo responder de manera muy efectiva al sistema que empleaba Hijikata para comunicar a sus discípulos lo que tenían que hacer. Sus instrucciones no sugerían poses o formas de colocar el cuerpo o los miembros, sino que simplemente les decía como debían sentirse, ni siquiera qué era lo que habían de sentir. Sin duda, su método resultaba desconcertante para muchos.

Ashikawa Yōko en la obra Tempestad de verano, 1973.
Foto: extraída del DVD comercial de la obra.

sábado, 24 de febrero de 2024

Conferencia sobre el teatro nō en Casa Asia de Madrid

El próximo miércoles día 28 de febrero, a las 18:30, ofreceré en Casa Asia de Madrid una conferencia titulada Introducción al teatro nō de Japón: escenario, actores, música , obras,... En la web de Casa Asia se ofrece información sobre el acto.

La charla se engloba en el marco de colaboración entre Casa Asia y el Teatro Real de Madrid con motivo de la representación en el Teatro de La Abadía del Pierrot lunaire de Arnold Schönberg, como uno de los actos de conmemoración de los 150 años del nacimiento del compositor austríaco.

martes, 13 de febrero de 2024

La danza butō, 36

Los discípulos, 3 

Hace dos semanas comentamos la carrera de una bailarina y un bailarín de butō y hoy lo haremos de otros dos, también nacidos a mediados de los años cuarenta, que desarrollaron gran parte de su carrera lejos de Japón, en Europa y en América.   

Iwana Masaki (1945-2020) y el butō blanco

En 1985, Iwana Masaki abrió su estudio de butō en Tokio en su propia casa. Cuando se divorció tres años más tarde decidió irse a Paris. Al poco de llegar a la capital gala, empezó a recibir ofertas para dar funciones, talleres y clases de butō que le permitieron alargar su estancia durante una década. Gracias a ese trabajo pudo fundar su propio taller que denominó La Maison du Butoh Blanc, todavía hoy en activo en la región de Normandía. En sus clases se mantenía fiel al consejo de Hijikata: “no seguir los métodos de otros”, por lo que siempre proponía a cada bailarín que desarrollara el suyo propio.

Iwana Masaki.
Foto sin datos de fuente desconocida.

domingo, 28 de enero de 2024

La danza butō, 35

Los discípulos, 2

En la anterior entrada conocimos a dos de los primeros discípulos de Hijikaka y hoy presentaremos a un par más siguiendo el mismo orden cronológico de acuerdo con su fecha de nacimiento.

Nakajima Natsu (1943-)

Nakajima Natsu empezó a estudiar ballet clásico en 1955 y en 1962 entró en el estudio de Ōno Kazuo. Fue una de las primeras bailarinas de butō que intervino en obras de Hijikata Tatsumi.

Hay que tener presente que, al principio de su carrera, Hijikata trabajaba solo con bailarines masculinos. Los primeros fueron Ōno Kazuo (1906-2010) y su hijo Ōno Yoshito (1938-2010) y enseguida, Kasai Akira (1943-), Ishii Mitsutaka (1939-2017), Tamano Kōichi (1946-), Yamamoto Moe (1953-) y Waguri Yukio (1952-2017), entre otros. Maro Akaji, el fundador de Dairakudakan, también colaboró inicialmente con él, aunque nunca se unió formalmente al Estudio Asbesto. Sin embargo, mantuvo una buena amistad con Hijikata y compartió con él la idea de que “el cuerpo está cubierto e impulsado por antiguos fantasmas".

Pero volvamos a Nakajima. Tan pronto como en 1969, la bailarina japonesa creó la compañía Muteki-sha, para la que coreografió diversas obras. En su opinión, el butō debe huir del tanto del simbolismo como del formalismo y solo debe expresar energía y libertad. Su primera actuación en el extranjero fue en 1983 en el Festival Internacional de Teatro de Londres, donde presentó su obra Niwa.

Nakajima Natsu en Como humo, como cenizas
Raiōsha, campus Hiyoshi de la Universidad de Keiō, Tokio, 2014. Foto: Keiō University Art Center.