martes, 6 de mayo de 2025

Curso de arte japonés, art. 24º. Cerámica, II

La cerámica del siglo IV a. C. al VI d. C.

En al anterior artículo empezamos a ver algunos ejemplos de la cerámica japonesa prehistórica más antigua, la creada en el periodo Jōmon. Hoy hablaremos de la elaborada en las épocas Yayoi (300 a. C-300 d. C.) y Kofun (300-538). 

La cerámica del periodo Yayoi

En los albores de nuestra era, el tipo de decoración recargada e incluso flamígera de las vasijas del periodo Jōmon desapareció y fue sustituida por otra de estilo mucho más contenido, austero y sencillo que insinuaba ya algunas de las características de la futura alfarería japonesa y también de todo el arte nipón: la sencillez y la contención expresiva.

Las ilustraciones siguientes muestran diversas piezas de terracota que atestiguan ese nuevo modo. Son ejemplos de piezas de uso cotidiano que se empleaban como contenedores de líquidos o granos.

Vasija yayoi, periodo Yayoi tardío, s. III, 21,8 cm.
Museo Nacional de Tokio. Foto: web del museo.

Por una vez, la evolución de una especialidad artística no se orientó hacia soluciones formalmente más complejas y técnicamente más sofisticadas, sino hacia la simplificación máxima, algo que se convertirá en una seña de identidad de las artes japonesas. La decoración de la cerámica yayoi consistía en simples marcas producidas por prensado de conchas marinas o incisiones creadas mediante objetos punzantes con los cuales se dibujaban diseños geométricos o figurativos.

Vasija yayoi, periodo Yayoi tardío, ss. I-III, 28,3 cm, boca: 18,1 cm.
Museo Nacional de Tokio. Foto: web del museo.

Pero esa aparente sencillez formal no implicaba que técnicamente la cerámica yayoi fuera inferior a la terracota de la era precedente, pues en el periodo Yayoi se produjeron varios avances técnicos en su elaboración. En primer lugar, su arcilla era más refinada que la empleada en la época Jōmon, lo cual permitía que las paredes de las vasijas fueran más delgadas y su superficie mucho más lisa. Además, aunque en casi todos los casos seguían usándose macarrones para modelar la forma inicial, comenzó a utilizarse un rudimentario torno.

Pero lo realmente interesante fue que un fenómeno casual generó un gusto por los efectos aleatorios que se ha mantenido a lo largo de los siglos en la cerámica japonesa. Me refiero a la aparición en la superficie de las piezas de manchas producidas por pequeños fragmentos carbonizados de la leña y paja usadas como combustibles. Los alfareros del periodo Yayoi descubrieron que cuando la ceniza que volaba alrededor de la hoguera caía sobre la superficie de arcilla de las vasijas, se producían unas manchas que a ellos les parecían muy agradables.

Vasija yayoi, periodo Yayoi tardío, ss. I-III, 32,6 cm.
Museo Nacional de Tokio. Foto: web del museo.

La cerámica del periodo Kofun

En el siglo V se introdujo en Japón un tipo de horno procedente de Corea que permitió la fabricación de verdaderos objetos cerámicos. Mientras en épocas anteriores la alfarería se cocía en hogueras al aire libre, a partir de esa centuria comenzó a realizarse en cámaras cerradas excavadas parcialmente en terrenos en pendiente. Gracias a ese tipo de horno se pudo aumentar la producción y, sobre todo, obtener vasijas más resistentes e impermeables gracias a que en su interior podían alcanzarse los 1100 °C.

Sin embargo, al mismo tiempo seguía utilizándose otro horno, mucho menor y más sencillo, provisto de un tiro vertical y construido en una pequeña zanja cubierta. Eso dio lugar a dos tipos muy diferentes de cerámica: las piezas denominadas haji producidas en esos pequeños hornos denominados de botella, como las que vemos en las dos siguientes ilustraciones, y las llamadas sue elaboradas en los hornos en pendiente. En ambos casos, su producción ya era labor de artesanos especialistas.

Vasija haji, 26,0 cm, boca: 17,0 cm, periodo Kofun, s. III-IV.
Museo Nacional de Tokio. Foto: web del museo.

Durante siglos coexistieron ambas clases de cerámica: la haji y la sue. La siguiente ilustración es de una cerámica haji creada mucho más tarde, en el siglo VII, ya en pleno periodo Nara. En realidad, su producción se extendió hasta el siglo XII.

Vasija haji, 15,7 cm, boca: 19,3 cm, periodo Nara, s. VII.
Museo Nacional de Tokio. Foto: web del museo.

La cerámica denominada sue, aparecida a mediados del siglo V, resultó ser innovadora por varios aspectos. La arcilla que se empleaba era más depurada que la utilizada en las vasijas haji y los alfareros se valieron muy pronto de un sencillo torno para darle forma. Gracias a ese artilugio se aumentaba la producción, se controlaba mejor la apariencia de las piezas y se podían crear paredes de menor grosor.

En los hornos mencionados, semiexcavados en colinas, se alcanzaban temperaturas de unos 1100 °C. Sin embargo, lo realmente innovador era que, durante la cocción, las cenizas de la madera empleada como combustible volaban por el interior de su cámara hasta caer sobre las piezas, fundiendo su masa superficialmente y creando una película vítrea. En consecuencia, las vasijas se convertían en impermeables. Comenzaba una nueva época en la cerámica nipona.

Cerámica sue, periodo Kofun, ss. V-VI, 20,5 cm de alto; 18,4 cm de boca.
The Cleveland Museum of Art. Foto: web del museo.

Se debe destacar que ese incipiente vitrificado no lo habían previsto los alfareros, es decir, no era voluntario, sino casual. Los diferentes colores que adquirían las piezas sue, casi siempre oscuros, dependían del tipo de atmósfera que se creaba en el horno. Sin embargo, muy pronto los artesanos consiguieron controlar parcialmente el ambiente del horno para producir el característico tono gris de los objetos sue.

Cerámica sue, periodo Kofun, s. VI, sin datos.
Museo Nacional de Tokio.
Foto: web del museo.
Detalle de la vasija de la foto izquierda.

En el periodo Kofun también se crearon imágenes de terracota como las del periodo Jōmon, pero al igual que sucedió con las vasijas, esos objetos cerámicos evolucionaron hacia unas formas más sencillas y realistas. Como hicimos en el anterior artículo, también aquí solo inserto una imagen de ese tipo de figura porque más adelante, en el apartado dedicado a la escultura, dentro de unas semanas, hablaremos de ellas más extensamente.

Figura haniwa de muchacho, periodo Kofun, 74,5 cm.
Museo Nacional de Tokio. Foto: web del museo.

Más información sobre la cerámica japonesa

En el mes de enero de 2014 publiqué un artículo en el que explicaba muy por encima algunas características de la cerámica de Japón de la prehistórica al siglo XII. Este enlace lleva a esa entrada. 

Con esto finaliza este artículo. En el siguiente seguiremos avanzando en la historia de la cerámica japonesa.