En el anterior artículo se habló de la orografía de Japón y de cómo
las omnipresentes montañas de su paisaje se han interpretado en el arte nipón a lo largo de su historia.
Hoy seguiremos en ese mismo entorno, centrándonos en el clima y la vegetación.
El clima
Según las fuentes, en el archipiélago japonés se dan cuatro o seis climas que varían desde el tropical hasta el continental con, en general, un régimen de periódicas y abundantes precipitaciones.
Es bien sabido que las estaciones del año están bien diferenciadas. El norte del país, la isla de Hokkaidō y la región de Tōhoku, tiene inviernos largos y rigurosos con temperaturas bajo cero y fuertes nevadas, mientras que los veranos son frescos con temperaturas alrededor de 20º C. En el centro, en las zonas de Kantō y Chūbu, el clima es más suave con veranos calurosos y húmedos que fácilmente alcanzan los 30º C. El sur de Japón, las regiones de Kansai, Chūgoku y Kyūshū tienen un clima subtropical con veranos húmedos y calurosos que superan fácilmente los 35º C e inviernos muy suaves que apenas bajan de 10º C. Finalmente, el archipiélago de Okinawa posee un clima tropical con temperaturas cálidas todo el año y una estación lluviosa durante los meses de mayo y junio.
En general, las precipitaciones estivales y las nevadas invernales hacen que en Japón no escasee el agua y que lo atraviese un buen número de ríos. Durante todo el año, el promedio de días de lluvia al mes ronda los diez, como se aprecia en la siguiente tabla.