Mientras el Genji monogatari emaki, comentado en el anterior artículo, reflejaba perfectamente el entorno en que vivía la aristocracia heian, el Heiji monogatari emaki, creado unas décadas más tarde, plasmaba el final de esa época, tras la cual afloró una nueva sociedad mucho más austera y menos entregada a elitistas placeres. Con la caída de los Fujiwara se implantó el gobierno de los shōgun, el orden de los samurai.
Lo que en el Genji emaki era
placidez e indolencia, se transforma en el Heiji emaki en nerviosismo y violencia, plasmados
magistralmente gracias a la manera como están resueltas el movimiento de las masas de soldados, monjes, nobles y sirvientes. La exacta representación de la armadura de los guerreros, la expresión de ciertos personajes, la energía de los corceles y, sobre todo,
el poder ilimitado de las llamas consumiendo el palacio imperial son admirables
muestras del saber hacer del autor o autores de esta obra.
Cuando contemplo el Heiji emaki siempre
rememoro el inicio del Heike monogatari en
el que se basa, ese que todo japonés conoce de memoria:
"El lejano eco de la campana del templo de Gion nos recuerda la caducidad de todas las cosas de este mundo. Las
flores marchitas demuestran que toda gloria tiene su fin. Igual que el sueño
de una noche de primavera, así de efímero es el poder del orgulloso. Como el
polvo arrastrado por el viento, así desaparecerán de la faz de la tierra los
poderosos."
Rollos conservados
Título: Heiji monogatari
emaki
Obra original: 10 rollos
Obra conservada: 3 rollos custodiados en:
Museo Nacional de Tokio: El traslado de
la familia imperial a Rokuhara.
Museo de Arte Seikadō de Tokio: Shinzei.
Museo de Bellas Artes de Boston: El
ataque nocturno al Palacio de Sanjō
Autor: desconocido
Fecha ejecución: finales del siglo XIII.
Medio: tinta y color sobre papel
Medidas: rollo de Boston: 700x41 cm; rollo de MNT: 953x42
cm; rollo de Seikadō: ¿?
Muestro aquí una reproducción completa de dos emaki para
apreciar la proporción de un rollo completo. Se puede comprobar que, a
diferencia del Genji emaki, ya no existe en ellos la
alternancia sistemática de caligrafía e imagen. En el de Boston el
texto no interrumpe el desarrollo de la pintura en
absoluto, mientras que en el del Museo Nacional de Tokio, (véase más
abajo) solo lo hace tres veces, y dos de ellas con pocas líneas. No tardarán
mucho en aparecer los rollos enteramente pictóricos, sin ninguna caligrafía que
interfiera el desarrollo pictórico, transformado así en un continuo devenir de
acontecimientos. Pero eso es tema para otra ocasión.
El rollo del Museo de Bellas Artes de Boston
En esta vista completa del rollo se aprecia que la caligrafía solo se
encuentra al principio y final de la pintura.
Heiji monogatari emaki. Ataque al palacio de Sanjō.
Museo de Bellas Artes de Boston. Foto: Wikimedia Commons. |
Esta es la famosa escena del incendio del palacio imperial.
Heiji monogatari emaki. Ataque al palacio de Sanjō.
Museo de Bellas Artes de Boston. Foto: Wikimedia Commons. |
En esta escena, los soldados del clan Genji (Minamoto) rodean al emperador trasladado en un carromato.
Heiji monogatari emaki. Ataque al palacio de Sanjō.
Museo de Bellas Artes de Boston. Foto: Wikimedia Commons. |
Visualización en alta definición
Para obtener una visualización dinámica y con una excelente definición de
los siete metros del emaki de Boston, acompañada
de comentarios sobre zonas difícilmente visibles en el museo,
recomiendo acceder a esta página. Remito al lector a ella para que descubra muchos detalles técnicos y de ejecución de esta fascinante obra que solo pueden apreciarse con un adecuado aumento de la imagen.
El rollo del Museo Nacional de Tokio
En el rollo de Tokio, hay tres caligrafías que interrumpen la pintura. Por
otro lado, se aprecia claramente que existen más espacios de papel sin pintar que en el de Boston,
un recurso que simboliza el sentimiento del emperador al huir hacia
Rokuhara, mansión de los Taira (Heike), clan que será derrotado finalmente por los Minamoto (Genji).
En esta otra escena, el emperador escapa de su palacio disfrazado de mujer.
Heiji monogatari emaki. Visita a Rokuhara.
Museo Nacional de Tokio. Foto: Wikimedia Commons. |
En esta otra escena, el emperador escapa de su palacio disfrazado de mujer.
Heiji monogatari emaki. Visita a Rokuhara.
Museo
Nacional de Tokio. Foto: Wikimedia Commons. |
En esta otra escena es la emperatriz quien huye de su palacio después de haberlo hecho el emperador.
Heiji monogatari emaki. Visita a Rokuhara.
Museo
Nacional de Tokio. Foto: Wikimedia Commons. |
Las escenas de estos dos emaki se corresponden con los capítulos XII al XX del séptimo libro, páginas de la 497 a la 524, de la traducción de Carlos Rubio en la edición de Atalanta, Madrid, 2005.
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