La arquitectura
moderna japonesa: Tange Kenzō, el ayuntamiento de Kurashiki
Tras la magistral lección de arquitectura moderna japonesa
que impartió Tange Kenzō en el edificio gubernamental de Takamatsu y la interesante, aunque no tan brillante,
de Imabari de la semana pasada, hoy hablaré de una
pequeña pero muy notable obra: el ayuntamiento de Kurashiki.
El Ayuntamiento de
Kurashiki, 1960
El final de la década de los cincuenta fue muy prolífico
para Tange y su equipo. Durante esos años proyectó una serie de edificios que
se finalizaron a principios de los sesenta y en los que empleó el hormigón
visto como material protagonista. Uno de ellos fue el ayuntamiento de
Kurashiki, una obra diseñada en 1958, finalizada en 1960 y que en 1983 se reconvirtió
en museo de arte de la ciudad.
Tange
Kenzō: Ayuntamiento de Kurashiki, 1960, actualmente Museo de Arte de Kurashiki. Foto en Massimo Bettinotti (edit): Kenzo Tange, 1946-1996. Architettura e disegno urbano. Electa, 1997. |
Tange incluyó todo el programa del ayuntamiento en un paralelepípedo
con fachadas de rotundo aspecto cerradas con placas de hormigón visto
puntualmente perforadas por los huecos de ventanas y galerías. Las juntas entre
los elementos macizos otorgan a su compacto volumen una solidez muy bien
soportada compositivamente por los gruesos pilares de la planta baja, como se aprecia en la fotografía siguiente.
Las aberturas de las fachadas se reparten de tal manera que
resulta difícil determinar el número de plantas del edificio. Por un lado,
entre la galería superior y los ventanales de la zona inferior, aparecen unos
estrechos huecos que no indican claramente si corresponden a uno o dos niveles.
Por otro y como se aprecia en la ilustración siguiente, el primer piso, o mejor
debería denominarse la entreplanta, tiene una altura libre menor que el resto y no
se manifiesta exteriormente con ninguna abertura. Por todo ello, el aspecto del edificio, a pesar de su sencilla volumetría, resulta
sugerentemente ambiguo e incita a explorar su interior en busca de una
respuesta a esos interrogantes.
Tange
Kenzō: Ayuntamiento de Kurashiki, 1960, actualmente Museo de Arte de Kurashiki.
Sección. Foto en Massimo Bettinotti (edit): Kenzo Tange 1946-1996. Architettura e disegno urbano. Electa, 1997. |
Estructuralmente, el volumen del ayuntamiento queda encajado
entre dos grandes jácenas, una sobre los robustos pilares de la planta baja y otra que lo remata superiormente a modo de
cornisa. Eso se aprecia muy bien en la fotografía siguiente. En la cubierta destaca
el techo inclinado de la sala de conferencias, que a su vez es un pequeño
anfiteatro al aire libre.
Ayuntamiento
de Kurashiki, 1960. Detalle de unión de vigas en esquina. Foto: Flickr, usuario: Evan Chakroff. |
Detalle de esquina del
Shōshō-in de Tōdai-ji, siglo VIII, Nara. Foto: Wikimedia Commons. |
El edificio de Tange tenía inicialmente un acceso en cada fachada
longitudinal a través de sendas zonas porticadas. En uno de ellos, un voladizo
curvado hacia lo alto marcaba una de las entradas. En el otro, un balcón de
barandilla maciza y situado asimétricamente señalaba el segundo ingreso. A
partir de la reforma llevada a cabo en 1983, solo se utiliza uno de ellos.
En la fotografía
siguiente se aprecia el estado actual del edificio y cómo una excesivamente
pulcra rehabilitación de su fachada ha hecho desaparecer parte de la agradable textura
que proporcionaba el encofrado de madera del hormigón visto original, un detalle que le otorgaba contundencia y a la vez calidez, rasgos muy característicos de
los proyectos de Tange en esta época. La pérdida de esa cualidad
táctil se distingue muy bien si se compara la ilustración siguiente con las
anteriores.
Tange
Kenzō: Ayuntamiento de Kurashiki, 1960, actualmente Museo de Arte de Kurashiki.
Fachada posterior. Foto: Flickr, usuario: take. |
El
edificio se encuentra encajado entre dos plazas de diferente tamaño y tiene un discreto
espacio porticado que tamiza la luz antes de que accedamos a su amplio
vestíbulo. Como en muchas de las obras de Tange, la circulación desde el exterior hasta el corazón de su edificio se produce a través de zonas espacialmente diferenciadas.
Las tres fotografías
siguientes muestran ese tránsito desde el porche exterior, pasando por la zona intermedia
del vestíbulo hasta llegar a su amplio espacio central, donde se encuentra la escalera principal. La primera
ilustración muestra ese espacio porticado. Obsérvese que el despiece del pavimento y el diferente tono de sus
losetas son los mismos que veremos en el interior. De esa forma dos ambientes muy
diferentes espacial y lumínicamente se relacionan entre sí durante el
recorrido.
Tange
Kenzō: Ayuntamiento de Kurashiki, 1960, actualmente Museo se Arte de Kurashiki.
Zona porticada en la planta baja. Foto: Flickr, usuario: Evan Chakroff. |
Las etapas de la circulación mencionada quedan marcadas de dos maneras. La primera, por el lógico y gradual cambio
lumínico desde el exterior hasta el corazón del vestíbulo. La segunda, por
la diferencia en la altura de los techos, en los que, como en la mayoría de
obras de esta época, Tange se limita a dejar vistos los descuelgues de las
jácenas de hormigón, cuya textura y tono gris destacan sobre el blanco del
entrevigado. Eso se aprecia en la siguiente fotografía.
Tange
Kenzō: Ayuntamiento de Kurashiki, 1960, actualmente Museo de Arte de Kurashiki.
Vestíbulo. Foto: Flickr, usuario: Evan Chakroff. |
La ilustración anterior corresponde
a una de las zonas perimetrales del vestíbulo, donde la altura del techo es la
misma que la del porche de acceso. De esa forma, el tránsito entre exterior e
interior queda puntuado discretamente por la intensidad lumínica, pero no por
el techo o pavimento de esos dos espacios, que son los mismos como se puede constatar
comparando las dos fotografías anteriores.
Tange
Kenzō: Ayuntamiento de Kurashiki, 1960, actualmente Museo de Arte de Kurashiki. Zona a doble altura del vestíbulo. Foto: Flickr, usuario: take. |
En la ilustración anterior se muestra la zona central del vestíbulo, su verdadero corazón, un espacio que aparenta tener doble altura, aunque en realidad es de tres como se aprecia en la sección. Ahí el
arquitecto japonés despliega todas las posibilidades que le ofrece el hormigón
visto para crear dos paredes a modo de murales brutalistas. En ellos, distribuye huecos
con derramas inclinadas y un pequeño balcón, además de jugar con la textura definida por las marcas de los tablones del encofrado y la composición de las líneas de sus juntas.
Es ese un lenguaje que debe mucho a Le Corbusier y que en este caso sustituye al gran paramento cerámico de la mencionada obra gubernamental en Takamatsu. En la fotografía anterior y en la siguiente aparecen esos dos muros enfrentados.
Es ese un lenguaje que debe mucho a Le Corbusier y que en este caso sustituye al gran paramento cerámico de la mencionada obra gubernamental en Takamatsu. En la fotografía anterior y en la siguiente aparecen esos dos muros enfrentados.
Tange
Kenzō: Ayuntamiento de Kurashiki, 1960, actualmente Museo de Arte de Kurashiki.
La escalera del vestíbulo. Foto: Flickr, usuario: Evan Chakroff. |
El corazón de la planta baja acoge una amplia escalera que conduce al piso y en la que Tange, como suele hacer siempre, estudia con sumo cuidado sus barandillas. En este caso utiliza en ellas tres soluciones diferentes en sus dos tramos, como se aprecia en la fotografía anterior.
Tange
Kenzō: Ayuntamiento de Kurashiki, 1960, actualmente Museo de Arte de Kurashiki.
Sala de reuniones. Foto: usuario: Evan Chakroff. |
En la sala de juntas
situada en el último piso Tange maneja las paredes laterales como hará en la
mayoría de sus proyectos de auditorios: inclinándolas discretamente, aunque en este caso y
debido a su reducida dimensión no las manipulará ondulándolas o plegándolas
como vimos en Imabari.
El antiguo ayuntamiento
de Kurashiki, hoy museo de arte de la ciudad, y la sede para el gobierno de
Kagawa en Takamatsu forman la pareja de obras más representativas del quehacer
de Tange a finales de la década de los cincuenta del siglo XX. En pocos años,
del despacho del arquitecto saldrán otros proyectos que entrarán a formar parte
del patrimonio arquitectónico no solo japonés sino mundial. En el siguiente artículo presentaré algunos de los construidos en los años sesenta.
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