Arte moderno japonés:
Gutai, XI
En el
anterior artículo hablé de la primera muestra de “Arte Gutai en escena” y hoy
comentaré cómo se iniciaron los contactos del grupo con artistas occidentales.
El año 1957 marca el comienzo del reconocimiento de la obra de los componentes
de Gutai en Europa y América. Todo empezó cuando un crítico francés se puso en
contacto con Yoshihara.
La internacionalización de Gutai
La decisión de Yoshihara de enviar la revista Gutai a instituciones y críticos
extranjeros hizo que a los pocos años las actividades de sus artistas comenzaran a
ser conocidas en Europa y América. En agosto de 1957, el crítico francés Michel
Tapié (1909-1987), gran defensor del movimiento informalista, comunica a
Yoshihara su deseo de conocer los trabajos de Gutai. Otro tanto sucede cuando
Sam Francis, desde Estados Unidos, le manifiesta por carta que le gustaría ver
sus trabajos.
Miembros de Gutai recibiendo a Tapié y Mathieu (con bigote)
en la estación de Osaka, 1957.
Foto en Hirai Yoichi (ed.): What’s Gutai. Osaka: Bijutsu-shuppan-sha, 2004.
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Yoshihara (de espaldas) hablando con Tapié. A
la izquierda, Mathieu, Estación de Osaka, 1957.
Foto en Françoise Bonnefoy (ed.): Gutai. París: Galerie Nationale du Jeu
du Paume.
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A partir de 1957, Gutai comienza a despertar interés en
Occidente. En pocos años, numerosos artistas, y no solo pintores, viajan a
Japón para conocer la obra de los componentes del grupo. El primero es George
Mathieu (1921-2012), quien, acompañado de Tapié, llega en septiembre de 1957 a
Osaka. Ese mismo mes, Mathieu pinta en la terraza de los almacenes Daimaru de
Shinsaibashi en esa ciudad una enorme tela en un acto que vemos reflejado en
las siguientes fotografías.
George Mathieu pintando en el terrado de los grandes
almacenes Daimaru en Shinsaibahi,
Osaka, 1957. Foto en Hirai Yoichi (ed.): What’s Gutai. Osaka: Bijutsu-shuppan-sha, 2004. |
También en septiembre de 1957, llega de Estados Unidos Sam
Francis (1923-1994), quien a finales de noviembre expone en los locales de la
Kintetsu en Osaka. La relación de Sam Francis con Japón fue larga, pues estuvo
casado con dos artistas plásticas japonesas y residió diez años en el país
oriental. Robert Motherwell (1915-1991) y Giuseppe Capogrossi (1900-1972)
viajan a Japón en 1958. En los años sesenta ya son muchos los artistas
occidentales que consideran necesario viajar al País del Sol Naciente.
De todos ellos, Sam Francis fue el que tuvo un conocimiento
más profundo de la cultura nipona. Una de sus mujeres fue Idemitsu Mako
(1940-), artista e hija del magnate Idemitsu Sazō (1885-1981) cuya colección de
arte japonés abasteció los fondos del Museo Idemitsu de Tokio.
Sam Francis en su estudio de cerámica en Japón.
Foto: Akio
Nonaka, Geijutsu Sincho Editorial Dept., Tokio)
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Tapié y Yoshihara mantienen su amistad hasta el
fallecimiento de este. Durante quince años, el francés no cesa de mostrar su
interés en conocer las actividades de Gutai y en prestar su apoyo como crítico
de arte. Su implicación en el proyecto de Gutai le lleva a solicitar el ser uno
más de sus integrantes. Tapié escribe artículos para los periódicos nacionales
e internacionales, organiza exposiciones y recomienda las obras de los
japoneses a galerías, museos y coleccionistas de América y Europa.
Miembros de Gutai con Tapié y Mathieu, 1957. Auditorio del Asahi Shinbun, Osaka.
Foto en Hirai
Yoichi (ed.): What’s Gutai. Osaka:
Bijutsu-shuppan-sha, 2004.
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“Cuarta exposición de arte Gutai”, 1957
La “Cuarta exposición de arte
Gutai” abre sus puertas del 8 al 10 de octubre de 1957 en el ya clásico centro
Ohara kaikan de Tokio. Recordemos que la tercera se había celebrado en el Museo Municipal de Arte de Kioto del 3 al 10 de abril de ese mismo año.
Miembros de Gutai en la “Cuarta
exposición de arte Gutai”, 1957. Centro Ohara kaikan, Tokio.
Foto en Françoise Bonnefoy (ed.): Gutai. París: Galerie Nationale du Jeu
du Paume.
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Esta vez la crítica japonesa ya no muestra reticencias y
los elogios son claros. La reconocida revista Mizue, en su número 628 de noviembre de 1957, dice a propósito de
esa exhibición de Gutai:
En efecto, la impresión que
tuvimos viendo la exposición fue que el nivel era mucho más elevado del que
habíamos imaginado y que se trata de un movimiento que sabe de forma clara lo
que tiene que decir. No encontramos en la muestra ni dadaísmo ni esnobismo ni
plagio, sino más bien la voluntad de todo un grupo de explorar espacios y
aspectos nuevos.
Ese reconocimiento del trabajo de los componentes de Gutai
en su propio país ya no tendrá vuelta atrás. El siguiente paso será exponer sus
obras junto con la de artistas de Europa y América en una misma sala. Eso se
producirá en el mes de abril de 1958, como veremos en un próximo artículo. Pero antes, dentro de quince días, habrá otra entrada.
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