martes, 9 de septiembre de 2025

Curso de arte japonés, art. 33º. Escultura, II

Después del ver muy por encima los dos grandes tipos de escultura japonesa prehistórica en el artículo anterior, hoy hablaremos de imágenes budistas.

El budismo fue el motor y tema de prácticamente toda la estatuaria nipona, por lo cual la mayoría de sus obras representan deidades relacionadas con esa religión. Sin conocer mínimamente esas divinidades resulta muy difícil interpretar la enorme cantidad de esculturas de dioses de diferente rango, cada una con una función específica simbolizada con determinados rasgos, objetos, tocados o incluso vestimentas, que se pueden ver en muchos templos de Japón. Lo que intentaremos hacer aquí es explicar someramente los atributos y funciones de unas pocas deidades del budismo nipón.

El budismo en Japón

La historia del budismo en el archipiélago nipón se inició en el año 552 con el envío al emperador de Japón de unas imágenes religiosas y unos sutra por parte del rey coreano de Paekche. Mientras algunos clanes adoptaron rápidamente la nueva fe porque creían que les ayudaría a incrementar su poder político, otros se opusieron a su implantación porque pensaban que podía menoscabar la influencia de los oficiantes de las ancestrales creencias japonesas que pertenecían a sus familias. Después de varios años de disputas, la victoria en el 587 de los partidarios del budismo forzó a toda la corte y gran parte de la nobleza a convertirse al nuevo credo.

El fundador del budismo

El fundador del budismo fue Siddharta Gautama, nacido en una familia aristocrática y cuyo periodo de vida se cree que se encuentra entre los años 560 y 480 a. C. o entre 480 y 400 a. C. Cuando era joven, Gautama se planteó el significado último de la existencia y abandonó su lujosa forma de vida para emprender un peregrinaje y someterse a una estricta disciplina. Un día, meditando bajo un árbol, se sintió transportado a un nivel superior y descubrió lo que buscaba. Era la iluminación. Súbitamente entendió todo. En Japón, Gautama se conoce con el nombre de Shaka. 

Shaka, madera, 64,5 cm, periodo Heian, ss. IX-X. 
Museo Nacional de Tokio. 
Foto: web del museo.

Las estatuas japonesas de Shaka, como la que vemos en la foto anterior, suelen representarse con la mano derecha levantada (con la que indica “no temas” a quienes la contemplan), la izquierda extendida con la palma hacia arriba (“escucha mi doctrina”) y en posición sedente preparado para su prédica. Se dice que las membranas interdigitales simbolizan el deseo de Buda de rescatar al mayor número de personas.

Uno de los primeros y más notables ejemplos de escultura budista creados en Japón es la conocida como Tríada Shaka, realizada en bronce por Tori-busshi en el año 623 y que se custodia en el templo de Hōryū-ji. Tori-busshi (activo entre final del s. VI y principio del VII) es el primer artista japonés del que se tiene noticias, pero del que se desconocen las fechas de su nacimiento y muerte. Busshi era el apelativo que se daba en esa época a los escultores de imágenes budistas.

En la ilustración siguiente, vemos esa obra en el interior del kondō de Hōryū-ji. La imagen central del Buda histórico, es decir, Shaka, está flanqueada por dos asistentes, dos bosatsu, y rodeada por otras imágenes de divinidades de rango inferior. 

Tori bushi: Tríada Shaka, bronce dorado, Shaka: 86 cm; bosatsu: 93 cm, periodo Asuka, 623.
Hōryū-ji, Ikaruga, prefectura de Nara.
Foto: web del templo. 

La imagen central de Buda se representa sentada en posición de loto mientras que sus dos sirvientes se sitúan de pie a su lado. Una gran aureola posterior actúa como fondo de la tríada mientras que otras dos menores se sitúan tras los acompañantes. La cabeza de Shaka coincide con el centro del gran nimbo en el que, junto a ondulados diseños abstractos en bajorrelieve, se representan siete pequeños budas.

Detalle del halo de Shaka, periodo Asuka, 623.
Hōryū-ji, Ikaruga, prefectura de Nara. Foto: web del templo.

Pero veamos muy por encima las diferentes divinidades budistas, las relaciones que tenían entre ellas y las funciones que se suponía ejercían en los fieles japoneses. 

Divinidades del primer nivel: los nyorai

El primer nivel de divinidades budistas son las denominadas nyorai, es decir, cualquier buda (solo el nombre del Buda histórico se escribe con mayúscula) que haya alcanzado la iluminación. Existen innumerables nyorai y cada uno de ellos encarna un aspecto de la última verdad universal.

Los nyorai se suelen representar sentados sobre una flor de loto en referencia a su capacidad de alcanzar el nirvana. Su imagen exhibe siempre unos elementos que los identifican y diferencian de otras divinidades de rango inferior: protuberancia en su cabeza, membrana interdigital en sus manos, cuello con tres aros de piel y largos lóbulos de las orejas, entre otros. Los principales nyorai son: Dainichi, Amida y Yakushi.

Dainichi

La siguiente ilustración es de Dainichi nyorai o simplemente Dainichi, la más alta expresión de la divinidad en el budismo esotérico. El dios de la luz y de toda la existencia.

Dainichi, madera lacada y dorada, imagen: 93,9 cm de alto; pedestal: 46,7 cm,
periodo Heian, ss. XI-XII. Museo Nacional de Tokio.
Foto: web del museo.

A menudo, Dainichi nyorai se representa con ropaje principesco y la mano derecha sujetando el dedo índice de la izquierda, gesto que simboliza la unión del mundo interior y exterior en el cosmos, del cual es la deidad suprema.

La siguiente ilustración es del conjunto escultórico que se custodia en el kondō del templo de Tōshōdai-ji en Nara. En el centro de la composición se encuentra una enorme imagen de Buda, con un halo en el que se han tallado 862 pequeñas estatuas de Buda, a la que flanquean Yakushi (el buda sanador) y un Kannon (el buda de la compasión) de mil brazos.

Conjunto escultórico en el kondō del templo de Tōshōdai-ji en Nara.
En el centro: Buda, madera lacada y dorada, 305 cm; halo: 515 cm, periodo Nara, final s. VIII.
A la derecha: Yakushi, madera lacada y dorada, 336 cm, s. IX.
la izquierda: Kannon de mil brazos, madera lacada y dorada, 536 cm, s. final VIII.
Foto: Wikimedia Commons. 

A los pies de esas tres grandes imágenes del kondō de Tōshōdai-ji se encuentran un par de esculturas del siglo VII de menor tamaño: a la izquierda, Bon-ten y a la derecha, Taishaku-ten, dos de los cuatro reyes celestes denominados ten. Hablaré de ese tipo de divinidades del tercer nivel más adelante en otro artículo.

Amida

La siguiente ilustración es de Amida, el buda del Paraíso Occidental, donde reside y recibe a los difuntos que han pronunciado su nombre sinceramente. Es la personificación de la vida eterna y la infinita compasión y una de las divinidades más populares en Japón.

Amida, madera policromada, 52 cm, periodo Heian, s. XII.
Museo Nacional de Nara. Foto: web del museo.

Amida suele representarse sentado sobre un loto (muchas de las imágenes que se conservan han perdido su pedestal original) y con nueve posiciones distintas de manos que se denominan mudra. Cada una de ellas, de acuerdo con el nivel de las almas que recibe en su paraíso, se diferencian por el dedo que toca el pulgar, ya sea el índice, el medio o el anular de mayor a menor categoría, respectivamente.

Yakushi

Yakushi es el buda sanador que cura tanto enfermedades físicas como padecimientos espirituales. A menudo forma una tríada con Nikkō, el bosatsu de la luz del día, y Gakkō, el de la luz de la noche.

La siguiente ilustración es una combinación de tres fotos de la Tríada Yakushi, custodiada en el templo de Yakushi-ji en Nara. La figura central es de Yakushi y a su lado, flanqueándolo se encuentran dos bosatsu: Gakkō y Nikkō, pertenecientes al segundo nivel y de los que hablaré en el siguiente artículo.

La tríada Yakushi, bronce, ca. 690, Yakushi-ji, Nara.
En el centro Yakushi, 255 cm. A la izquierda: Gakkō, 315 cm. a la derecha: Nikkō: 315 cm.
Alturas sin pedestal ni halo. Foto: folleto del templo.

Yakushi suele representarse con el mudra de «no temas» en la mano derecha y un frasco medicinal en la izquierda. Aunque aquí, en el templo de Yakushi-ji, no adopta esa posición, un poco más arriba, en la ilustración de las esculturas de Tōshōdai-ji se le ve a la derecha de la fotografía con esos atributos. En el caso de Yakushi-ji, su halo tiene siete pequeños Amida que simbolizan sus manifestaciones.

Más información sobre la iconografía budista

El 15 de octubre de 2013 publiqué en este blog el primero de dos artículos dedicados a la iconografía budista en Japón. Este enlace lleva a esa entrada. 

Para no hacer demasiado largo este artículo, voy a dejar para el siguiente el hablar de las divinidades budistas del segundo y tercer nivel.