martes, 4 de noviembre de 2025

Curso de arte japonés, art. 37º. Escultura, VI

En el anterior artículo vimos los comienzos de la escultura “moderna” japonesa hasta los años treinta del siglo pasado. Hoy comentaremos la evolución de esa especialidad artística a partir del final de la Segunda Guerra Mundial.

La escultura de 1945 a 1980

La situación de Japón tras la capitulación era ciertamente desesperada. La carencia de suministros vitales, la falta de vivienda y la dificultad para encontrar empleo conducían a la desmoralización. Como contraste y en comparación, las fuerzas de ocupación norteamericanas exhibían una abundancia de medios y recursos casi insultante. A pesar de todo, la sociedad japonesa iba cambiando de forma más rápida de lo esperado. 

En la capital en ruinas, poco a poco, la actividad empezaba a renacer con muchos esfuerzos. Los primeros restaurantes baratos abrían sus puertas cerca de las estaciones ferroviarias. Los artistas de todas las especialidades reanudaban sus encuentros y exposiciones. Sin embargo, debido a los materiales con los que trabajan, piedra y bronce, los escultores tenían más dificultades para llevar a cabo su trabajo que, por ejemplo, los pintores.

El nacimiento de la escultura japonesa de posguerra la propiciaron dos grupos aparecidos en las primeras décadas de la segunda mitad del siglo XX. El primero de ellos, Gutai, trascendió el mundo pictórico experimentando con el espacio, con todo tipo de objetos y con rompedoras acciones e instalaciones. Los miembros de Gutai a menudo crearon obras de escultura abstracta, aunque ellos mismos no se consideraban escultores, pues su visión del arte buscaba superar las clasificaciones clásicas.

Los miembros históricos de Gutai en la 45ª Bienal de Venecia de 1993. 
Foto utilizada en el artículo XXVI de la serie dedicada al grupo Gutai en este blog.