martes, 2 de julio de 2024

Curso de arte japonés, art. 1º. Objetivo

Hoy presento una nueva serie de artículos que iré publicando cada dos semanas y que consistirá en un curso de iniciación a las diferentes las artes visuales de Japón. Lo he titulado Curso de arte japonés y en él se hablará de cerámica, escultura, jardines, pintura, arquitectura y quizás también de alguna que otra especialidad, ya veremos.

Esta entrada y la siguiente forman parte de un primer apartado que he denominado “Presentación”. En esta explicaré muy por encima el enfoque del curso y en la siguiente, que publico también hoy mismo, habrá un índice interactivo que llevará a cada uno de los artículos que lo componen.

Soy consciente de que existen innumerables y muy buenos ensayos sobre el arte japonés tanto en libros como en páginas de internet. La mayoría de ellos son de expertos que suelen hablar de solo una especialidad, obviamente con enorme solvencia, mucha más de la que yo puedo ofrecer. Sin embargo, en pocos casos se habla de varias especialidades y aún en menos casos se aborda conjuntamente la evolución de la pintura, escultura, arquitectura o cerámica, una especialidad esta última que en Japón tiene especial interés.

Como aperitivo de lo que se irá viendo en esta larga serie, inserto aquí la primera ilustración del curso. Se trata de una pareja de biombos, un formato que se ha empleado en la pintura de Japón desde muy antiguo y que nunca existió en Occidente. La primera imagen es del biombo izquierdo; la segunda, del derecho. 

Atribuido a Tosa Mitsunobu: Bambúes en las cuatro estaciones, tinta, color y pan de oro sobre papel,
biombo izquierdo, 157,0x365,0 cm, periodo Muromachi, entre final s. XV y principio s. XVI. 
Metropolitan Museum of Art de Nueva York.
Foto: web del museo.

Estos dos biombos muestran algunas de las constantes en la pintura japonesa: fondo plano y uniforme, que solemos asociar con la recurrente idea de "vacío"; árboles, en este caso bambús, que nunca aparecen "completos", es decir, o no se ve su arranque o no se ve su copa; finalmente, en la misma obra, aquí una pareja de biombos, aunque podrían ser unas puertas correderas o una pintura en rollo, como veremos más adelante, se representan escenas de varias estaciones del año simultáneamente.

Atribuido a Tosa Mitsunobu: Bambúes en las cuatro estaciones, tinta, color y pan de oro sobre papel,
biombo derecho, 157,0x365,0 cm, periodo Muromachi, entre final s. XV y principio s. XVI.
Metropolitan Museum of Art de Nueva York. 
Foto: web del museo.

A lo largo de esta serie intentaré responder a preguntas como, por ejemplo, esta: ¿qué tienen que ver los biombos de las anteriores ilustraciones con el edificio o el jardín que aparecen en las dos fotos siguientes? ¿Existe algún rasgo común entre ellos? Y si existe, ¿a qué es debido?

Interior de edificio residencial. Museo de Arquitectura al Aire Libre Edo-Tokio. Foto: Javier. Vives.

Jardín sur de la residencia del prior de Tōfuku-ji, Kioto, 1939. Foto: Javier Vives.

Pues bien, de eso tratará esta nueva serie que empezará dentro de dos semanas. Cada una de las especialidades artísticas que irán apareciendo se presentarán de forma vertical, es decir, comentando su origen y su evolución a lo largo de los años, pero en muchas ocasiones también se hará de forma transversal comparándolas con otras. Creo que de esta manera descubriremos presupuestos creativos similares en todas ellas. Es decir, así podremos desvelar algunos de los rasgos que convierten en tan singular a la cultura japonesa. 

A lo largo de este curso, encontraremos características comunes, puntos de contacto o simplemente influencias entre, por ejemplo, la escultura budista y el teatro kabuki, o entre la ceremonia de té y los jardines, o entre la pintura y los jardines. Si adoptamos ese punto de vista, tendremos una visión más ajustada del arte y cultura de Japón y se entenderán muchos de los rasgos de una especialidad determinada que quizás no sean muy aparentes en una primera aproximación, pero que resultan evidentes cuando se comparan con otras en las que sí lo son.

Un ejemplo de ese fenómeno lo vemos en las siguientes ilustraciones que delatan ciertas coincidencias formales entre dos obras de especialidades muy diferentes y separadas por más de mil años: una escultura budista de finales del siglo VIII y una obra de teatro kabuki estrenada en 1747. 

Guardián budista en Hōryū-ji,
Ikaruga, prefectura de Nara, s. VIII.
 Foto J. Vives.

Ichikawa Ennosuke como Tadanobu
en Yoshitsune senbon zakura.
Foto: Lyu Hanabusa y Corinne Bret: Kabuki.
París: Double Page, nº 13, 1981.













Pienso que esa es una buena forma de introducirse en un universo artístico muy diferente del nuestro. Algo que no es más que la consecuencia de que la cultura del Occidente europeo y la del Extremo Oriente asiático hayan evolucionado durante milenios sin apenas contactos, un hecho que ha generado dos cosmovisiones muy diferentes, incluso a veces antagónicas. Este punto también lo veremos con ejemplos en su momento.

Muy a menudo a lo largo del curso, después de hablar de una obra, sea una pintura, edificio, jardín, etc., abriré un párrafo con el título "Más información sobre..." que remitirá a un artículo de este blog publicado con anterioridad y en el que se habla del autor o tema comentado. De esa forma evitaremos repeticiones innecesarias. Aquí tenemos el primero de esos "apartes".

Más información sobre los rasgos del arte japonés

El 28 de enero de 2020 publiqué en este blog el primero de una serie de artículos que titulé "Rasgos y recurrencias en las artes japonesas". Este enlace lleva a esa primera entrada.

Índice de este curso

Junto a esta entrada, hoy mismo también publico otra que no es más que un índice interactivo de todos los artículos que conformarán esta serie que he titulado muy genéricamente Curso de arte japonés. Cada uno de ellos se irá colgando en este blog quincenalmente, los martes, y en todos ellos intentaré ilustrar los conceptos que vaya exponiendo con fotografías y, cuando sea posible, con vídeos. 

Para que el lector tenga una idea de la extensión de este trabajo, solo diré que aún no he acabado de escribir todos los artículos que integrarán esta serie y que, a día de hoy, he finalizado más de cien. El curso lo he dividido en apartados. Después de este primer apartado a modo de presentación e índice, el segundo explicará el panorama histórico de Japón;  el tercero, el entorno japonés, el físico, el religioso y el cultural. El cuarto apartado se dedicará a la cerámica; el quinto, a la escultura; el sexto, a los jardines, y el séptimo, que será el más extenso de todos, a la pintura en todas sus modalidades y escuelas. El octavo, que apenas he comenzado a escribir, lo dedicaré a la arquitectura. Seguramente habrá un apartado noveno que aún no he decidido a qué se consagrará, quizás a las artesanías.

Y hablando de artesanías, el primero de los videoclips que iré insertando a lo largo del curso, lo veremos después de la siguiente ilustración de una de las lacas más célebres de Japón, un arte que no es ni pintura ni escultura, pero que, como todos los lectores pueden ver, tiene un nivel de excelencia altísimo. En este caso, se trata de una caja para guardar los utensilios de caligrafía cuyo diseño decorativo se basa en un elemento reproducido innumerables veces en pintura, textiles, objetos de laca y, aunque parezca increíble, incluso en muchos jardines de todo Japón. Esto último lo veremos en su momento.

Ōgata Kōrin: caja para utensilios de caligrafía con diseño de “Ocho puentes y lirios”, laca con incrustaciones
de nácar, 27,3x19,7x14,2 cm, principio s. XVIII. Museo Nacional de Tokio. Foto: web del museo. 

El siguiente videoclip con emulación en 3D es un extracto de un amplio reportaje emitido por la NHK en el año 2002 que se titulaba Edición definitiva de 100 Tesoros Nacionales. Dura unos tres minutos y medio.

Pues bien, el motivo de ese diseño tan recurrente en las artes y artesanías niponas se basa en un episodio de un libro de poemas creado en el siglo X y cuya autoría todavía hoy es objeto de discusiones entre los especialistas.

Ese motivo de un puente de ocho tablas (yatsuhashi en japonés) rememora un pasaje del Ise monogatari que relata el viaje de tres personajes que desean huir del ambiente socialmente agobiante de la corte de Kioto. Cuando llegan a un paraje que se llama Ocho puentes, en la provincia de Mikawa (hoy día prefectura de Aichi), deciden descansar y tomar un pequeño refrigerio al borde de un río y bajo los árboles.

Cuando uno de ellos descubre que de las aguas surgen las flores azuladas de unos preciosos lirios, propone a sus compañeros que escriban un poema con el acróstico de la palabra lirio, en japonés (kakitsubata: かきつばた). El grabado de la ilustración siguiente retrata el momento de la llegada de esos tres personajes a dicho lugar.

Katsukawa Shunshō: El puente Yatsuhashi en la provincia de Mikawa,
de la serie Cuentos de Ise, xilografía, 22,8x16,1 cm, 1767-1778.
Art Institute de Chicago. Foto: web del museo.

La traducción española de ese capítulo, el noveno, por Antonio Cabezas se encuentra en su libro Cantares de Ise (Ise monogatari). Madrid Hiperión, 2.ª ed. 1988, p. 44 (1.ª ed. 1979) y es esta:

 La ropa era china;
y de tanto usarla
ropa mía es.
Y tú, mujer mía,
¿oh, cuán alejada¡

Al oír esto, los compañeros empezaron a llorar, y los lagrimones, cayendo sobre el arroz reseco, hicieron que este se empapase y se hinchase.

 Obsérvese que Cabezas elaboró su versión hasta conseguir mantener en su traducción el acróstico de "lirio" que he marcado en negrita, aunque utiliza dos "i griegas" en vez de latinas.

Adjunto también la traducción de F. Javier de Esteban Baquedano en la reciente edición del libro, Ise monogatari. Gijón: Satori, 2024, pp. 80-81. Su versión dice así:

 La seda que el uso ablanda;
imagen es de mi amada
remota en la capital,
ingrato se me hace el viaje,
¡oh!, que de ella me aparta.

 E impregnado de las lágrimas que otros vertieron, el arroz seco recuperó su blandura.

También aquí, el traductor ha buscado mantener el acróstico de lirio, esta vez con i latina.

Para los que se sorprendan de lo diferentes que son esas traducciones, doy aquí el original japonés en Hepburn y hiragana. He marcado en negrita el acróstico de kakitsubata: かきつばた en cada verso.

Karagoromo               らごろも
kitsutsu narenishi       つつなれにし
tsuma shi areba          ましあれば
harubaru kinuru         るばるきぬる
tabi o shi zo omou      びをしぞおもふ

Para más información sobre yatsuhashi en el arte

En junio del año 2013, hablé de un par de pinturas en dos parejas de biombos basadas en ese episodio del Ise monogatari en una pequeña serie consagrada al movimiento rinpa. Este enlace lleva a esa entrada.

Llegado a este punto, creo que ya está bien de preámbulos y es hora de ofrecer el índice interactivo con los artículos que conformarán este Curso de arte japonés.

Para mayor operatividad, y dado que esta presentación ya es bastante extensa, creo que será mucho más práctico que ese índice esté en otra entrada que publico ahora mismo. Clica aquí para verla.

Dentro de quince días lanzaré el primer artículo de esta serie. Si te interesa este tema, no dudes en suscribirte al blog para recibir un aviso en tu correo cada vez que publique uno de los que componen este curso de iniciación a las diversas artes de Japón. ¡Ah!, y recomiéndalo a tus amigos.