martes, 27 de agosto de 2024

Curso de arte japonés, art. 6º. Panorama histórico, IV

En la anterior entrada vimos muy por encima las artes que practicaban los monjes budistas, en concreto los de la escuela zen, y hoy daremos un salto importante para comentar el cambio social que supuso el periodo Edo (1603-1868) y las nuevas formas artísticas que aparecieron durante esa época de expansión económica y social.

Las clases urbanas

A principio del siglo XVII, Japón entró en un largo periodo de paz que duraría más de dos siglos y medio. El no haber guerras entre clanes y señores feudales propició que las grandes ciudades se convirtieran en centros muy dinámicos y activos donde apareció una nueva clase urbana que poco a poco se iba enriqueciendo al tiempo que iba desplazando a a los antiguos samurai, desposeídos de sus armas, privilegios de casta y solvencia económica. Solo los samurai más inquietos y cultivados supieron adaptarse a la nueva situación convirtiéndose en funcionarios, burócratas o empresarios. 

La flamante clase urbana tenía necesidad de entretenerse, de divertirse y eso lo encontró principalmente en dos géneros teatrales que nacieron a principios del siglo XVII: el teatro de marionetas llamado bunraku y el kabuki. Otra especialidad artística característica de esa época fueron los grabados policromos, los mundialmente conocidos ukiyo-e.

La ilustración siguiente es de un biombo que ilustra la batalla de Sekigahara, de la que salió vencedor Tokugawa Ieyasu, cuya familia ostentará el cargo de shōgun durante todo el periodo Edo, desde 1603 hasta 1868.

Anónimo: La batalla de Sekigahara, biombo de seis paneles, tinta y color sobre papel,
medidas desconocidas, final periodo Edo, s. XIX.
Museo de Historia Municipal de Gifu. Foto: Wikimedia Commons.

martes, 13 de agosto de 2024

Curso de arte japonés, art. 5º. Panorama histórico, III

Después de ver en el anterior artículo las aficiones artísticas que tenía la aristocracia militar, es decir, los señores feudales y los samurai de alto rango, hoy comentaremos la enorme influencia que ejercieron las órdenes budistas en el desarrollo del arte japonés.

Los templos zen

A partir del periodo Kamakura (1185-1333), los templos budistas fueron, por detrás de los señores feudales, el otro estamento con gran poder y riqueza. En concreto, los monasterios de la escuela zen se convirtieron en un foco cultural y artístico de primer orden, tanto en pintura y caligrafía como en la creación de jardines.

En la siguiente fotografía, que ya vimos en otro artículo de este blog, tenemos una pintura de tema paisajístico sobre puertas correderas encargada por un importante monasterio zen de Kioto. Esa obra posee muchos de los rasgos recurrentes en el arte japonés que iremos descubriendo a lo largo de este curso. 

Más información sobre los rasgos del arte de Japón

En enero de 2020 publiqué en este blog el primer artículo de una serie dedicada a los rasgos y recurrencias en el arte japonés. Recomiendo a los interesados en el tema que, al menos, consulten esa entrada inicial.

Kanō Eitoku: Flores y pájaros de las cuatro estaciones, ca. 1566, tinta y oro sobre papel,
176x142 cm y 176x74 cm cada hoja. Jukō-in, Daitoku-ji, Kioto
. Foto: StudyBlue.