En el anterior artículo hablamos del sintoísmo y su reflejo
en el arte japonés, y hoy continuaremos en ese mismo entorno para ver, muy por
encima, cómo son los recintos sintoístas.
Recintos
sintoístas
En los orígenes del sintoísmo, no existían edificios donde realizar ceremonias porque se suponía que los kami residían en lugares como montañas, cascadas o rocas que por su aspecto tenían algo de especial. Debido a que los recintos religiosos se ubicaban en ese tipo de espacios o alrededor de tales elementos naturales, bastaba con señalizar el área u objeto considerados sagrados. Un modo de hacerlo era mediante trenzados vegetales precursores del shimenawa.
Piedra iwakura con la cinta shimenawa en
Izumo Daijingū, Kameoka, prefectura de Kioto. Foto: Kazenotami/Pixta. |