En el artículo anterior comentamos muy por encima los primeros tipos de jardines japoneses que aparecieron hacia el siglo VIII, y hoy lo haremos de una tipología empleada por las
congregaciones budistas para simbolizar el paraíso que su credo predicaba.
Los Jardines del paraíso
A finales del periodo Heian, el estilo de jardín con un lago ante el que se levantaba el pabellón principal de las villas aristocráticas se reinterpretó de tal modo que se transformó en una verdadera parábola del paraíso budista. Eran los denominados jardines del paraíso o de La Tierra Pura, nombre este de una de las escuelas budistas más extendidas.
Al mismo tiempo que la sofisticada y elegante aristocracia de Kioto
marcaba los cánones de cómo debía de ser un jardín pensado para su disfrute y
en cuyo diseño intervenía no pocas veces; el llamado budismo amidista comenzaba
a tener predicamento entre el pueblo llano. Su teología se basaba en la
misericordia del buda Amida, en cuya residencia, el llamado Paraíso Occidental
de la Tierra Pura, recibía a los fieles que habían invocado su nombre.
Ese cielo budista situado como se comentó en su momento (consúltese el artículo 18) en el oeste, más allá del horizonte del
mar que separa Japón del continente asiático, era lo que se pretendía
simbolizar con los jardines de los templos que se construían en esos años heian. El lago simbolizaba ese océano y
un pabellón que custodiaba una imagen de Amida representaba el paraíso,
construido precisamente en la orilla oeste de ese estanque.
La fotografía siguiente es del único ejemplo completo que existe, junto con el Byōdō-in, de ese tipo de jardín con un pabellón en cuyo interior hay una estatua de Amida, que en el caso de Jōruri-ji son nueve imágenes.
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| El pabellón del jardín Jōruri-ji, Kioto, periodo Heian, s. XII. Foto: Wikimedia Commons. |



