El Arte moderno
japonés: Gutai, XXI
En el anterior artículo hablé de la obra de Yoshihara Jirō,
el fundador de Gutai y hoy lo haré de uno de los artistas del grupo que causó
más impresión en las primeras exposiciones de Gutai. Me refiero a Murakami
Saburō.
Murakami Saburō
(1924-1996)
Murakami Saburō nace en Kōbe y en 1948 se gradúa en
filosofía, en la especialidad de estética, en la Academia Universitaria de
Kansai.
Murakami Saburō. Foto de fuente desconocida.
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En
1953, Murakami Saburō y varios artistas, entre los que se encuentran Shiraga Kazuo, Kanayama Akira y Tanaka Atsuko, como él futuros integrantes de Gutai,
fundan el Grupo Cero (Zero-kai). El objetivo de todos ellos es la
experimentación artística y la investigación sobre el concepto de
acción creadora. Por esos años, Murakami comienza a pintar intentando no tener contacto
físico con el soporte.
Ejemplo de esto último es la obra que presenta en una
exposición en 1954: un cuadro de fondo desnudo en el que aparece un
lagrimeo negro que nace de una mancha mayor. Para ejecutarlo, Murakami lanzó
sobre el papel una pequeña pelota empapada con tinta, la cual, después de
impactar contra el soporte, salpicó con gotas negras parte del cuadro. La ilustración siguiente es de esa obra.
La aleatoriedad de ese acto creativo será una de las constantes en la obra de Murakami, especialmente en las acciones que realizará en las exposiciones colectivas de Gutai que he comentado en artículos anteriores.
A mediados de los años sesenta del siglo pasado, la obra pictórica “tradicional” de Murakami, muestra marcados relieves obtenidos con densas texturas de pigmento y la incorporación de yeso, madera y otros materiales. Las tres ilustraciones siguientes son ejemplos de ese método.
A mediados de los años sesenta del siglo pasado, la obra pictórica “tradicional” de Murakami, muestra marcados relieves obtenidos con densas texturas de pigmento y la incorporación de yeso, madera y otros materiales. Las tres ilustraciones siguientes son ejemplos de ese método.
Murakami Saburō: Obra,
1962. Pintura, yeso, cola, algodón y madera, 183x144 cm.
Colección particular. Foto en
Françoise Bonnefoy
(ed.): Gutai. París: Galerie
Nationale du Jeu du Paume.
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Poco a poco, al mismo tiempo que Murakami incorpora el yeso y la madera en sus pinturas, la superficie de sus cuadros comienza a ser más sencilla y la confrontación entre los colores tiende a reducirse. Eso se aprecia en la siguiente fotografía.
En los años setenta, Murakami avanza en ese proceso y abandona sus densas texturas para centrarse más en el concepto buscando la simplificación máxima. Por ejemplo, la obra de la ilustración siguiente muestra la parte trasera de dos telas, en la que se aprecia la estructura de su bastidor, cada una pintada de un color diferente.
El título de la obra siguiente, Marco bermellón, indica el planteamiento conceptual que Murakami adopta en todos sus trabajos, algo que siempre estuvo presente en sus acciones, como aquella pintura ejecutada con una pelota empapada de tinta que he presentado antes y, por supuesto, en sus acciones rompiendo papel que comenté en los primeros artículos de esta serie.
Murakami Saburō: Marco
bermellón, 1973. Pintura sobre algodón, 80x60 cm.
Museo Nacional de Arte de
Osaka.
Foto: Foto: Independent Administrative Institution National Museum of
Art.
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Con esto doy por concluido este artículo sobre Murakami. En
el siguiente hablaré de un compañero suyo en Gutai.
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