El Arte moderno
japonés: Gutai, XXII
Hace quince días hablé de la obra de Murakami Saburō y hoy lo haré de
otro de los artistas históricos de Gutai: Shiraga Kazuo.
Shiraga Kazuo (1924-2008)
Shiraga nace en
Amagasaki, prefectura de Hyōgo. En 1942 ingresa en la Universidad de las
Artes de Kioto y más tarde en la de Osaka. Una vez acabada la guerra, reanuda
sus estudios y los finaliza en 1949. En 1952 funda con Murakami Saburō, Kanayama Akira y Tanaka Atsuko el Grupo Cero o Zero-kai, en japonés. Cuando
tres años más tarde se disuelve esa asociación, los cuatro entrarán a formar
parte de Gutai.
Shiraga Kazuo. Foto de fuente desconocida. |
Ya desde sus
primeras obras abstractas, Shiraga rechaza las leyes de la composición, tanto
las clásicas como las de los movimientos vanguardistas de preguerra. Sin
embargo, lo que marca su carrera de forma indeleble es el descubrimiento de la
obra de Jackson Pollock (1912-1956) en el “Salón de los independientes Yomiuri”
de 1951, una exposición que el diario Yomiuri
había creado en 1949 y que siguió organizando hasta 1963. En aquella
ocasión, además de la obra de Pollock, también se vieron por primera vez en
Japón pinturas de Ad Reinhardt (1913-1967), Mark Rothko (1903-1970) y Mark
Tobey (1890-1976).
El dripping de Pollock revela a Shiraga una
nueva forma de pintar sin tener que recurrir a los tradicionales pinceles o
espátulas. Ese fue el descubrimiento de los artistas que forman el Grupo Cero:
empezar de “cero”. A partir de ese momento, Shiraga se replantea su trabajo y
comienza a realizar sus primeras obras en las que, en vez de pinceles, emplea
las manos y los dedos.
Las dos ilustraciones siguientes son de cuadros realizados
con ese método. En ellas, Shiraga utiliza las manos para extender el óleo en
densas capas y las uñas para crear finos surcos en ellas. Será el primer paso
antes de que emplee los pies, como veremos enseguida. En esas dos obras se aprecia la huella de sus dos “herramientas”.
Shiraga Kazuo: Rojo
III, 1953. Óleo sobre tela, 159x130 cm.
Colección Matsumoto Co. Ltd.
Foto en Françoise Bonnefoy (ed.): Gutai. París: Galerie Nationale du Jeu du Paume. |
Shiraga Kazuo: Sin
título, 1954. Óleo sobre tela, 112x79x4 cm.
Colección Matsumoto Co. Ltd.
Foto en Françoise Bonnefoy (ed.):
Gutai. París: Galerie Nationale du Jeu du Paume. |
Las obras pictóricas más representativas de la producción de
Shiraga son las creadas con los pies en la segunda mitad de los años cincuenta
y durante los sesenta del siglo pasado. Esa singular manera de trabajar otorga al japonés una enorme
libertad y sobre todo un contacto físico con los medios, es decir los
pigmentos, que estimula su creatividad más visceral.
En un artículo anterior hablé de ese tipo de obras de Shiraga ejecutadas con los pies e inserté un vídeo-clip en el que se ve al artista en plena acción "pintando" una de sus telas. Las dos ilustraciones siguientes son una muestra de esa etapa del japonés.
En un artículo anterior hablé de ese tipo de obras de Shiraga ejecutadas con los pies e inserté un vídeo-clip en el que se ve al artista en plena acción "pintando" una de sus telas. Las dos ilustraciones siguientes son una muestra de esa etapa del japonés.
Shiraga Kazuo: Sin título, 1957. Óleo sobre papel
y tela, 182x243 cm. Centro Pompidou, París.
Foto en Japon des avantgardes
1910-1970. París: Centre Pompidou, 1986.
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En estas obras se aprecia el predominio del color rojo, muy
apropiado a la energía que emana del autor cuando las crea y en gran parte responsable de la sensación
que se experimenta al contemplar sus cuadros acabados.
Refiriéndose a sus pinturas ejecutadas con los pies, Shiraga dijo: “Quiero hacer pinturas tan resbaladizas como un pepino de mar, piezas sin centro, como nunca”
Refiriéndose a sus pinturas ejecutadas con los pies, Shiraga dijo: “Quiero hacer pinturas tan resbaladizas como un pepino de mar, piezas sin centro, como nunca”
En 1971, Shiraga abandona la pintura para retirarse al
templo budista Enryaku-ji situado en el monte Hiei-san, a las afueras de Kioto.
Sin embargo, cuando fallece Yoshihara en 1972, decide reanudar su actividad
artística y su particular método de pintar sin emplear pinceles, solo usando sus
manos y pies.
Shiraga Fujiko (1928-2015)
Shiraga siempre encontró en su mujer, Shiraga Fujiko, un apoyo incondicional. Fujiko, de apellido de soltera Uemura,
empezó a interesarse por el arte después de casarse con Kazuo en 1948. Cuando
los cuatro componentes del Grupo Cero, Shiraga. Murakami, Kanayama y Tanaka
decidieron integrarse en Gutai, ella siguió sus pasos como uno más de los
históricos fundadores del grupo.
Shiraga Fujiko hacia 1950. Foto Museo de Arte Moderno de
Osaka.
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La relación de Fujiko con Kazuo fue mucho más allá de la de
una colaboradora artística. Cuando Kazuo empezó a colgarse de una cuerda para pintar con los pies, era ella quien hacía las mezclas de pintura, quien
decidía qué tipo de color debía utilizar en cada momento e incluso si tenía que
continuar y prolongar el acto creativo o no. Su visión desde “fuera” del soporte
sobre el que Kazuo “volaba” resultaba imprescindible para este.
Una de las obras más conocidas de Shiraga Fujiko fue Madera blanca, presentada en 1955 en el
parque de Ashiya en “Desafío al sol del verano. Exposición experimental de arte
moderno al aire libre”, evento que comenté al principio de esta serie en otro artículo.
Esa pieza la había creado a partir de una tabla, de unos diez metros de largo, que dividió en dos mediante un corte ondulado. Su propuesta volvía a juntar las dos partes dejando una mínima separación, de tal manera que desde lejos parecía que se había pintado una raya en el soporte, la misma sensación que produce la fotografía siguiente.
Esa pieza la había creado a partir de una tabla, de unos diez metros de largo, que dividió en dos mediante un corte ondulado. Su propuesta volvía a juntar las dos partes dejando una mínima separación, de tal manera que desde lejos parecía que se había pintado una raya en el soporte, la misma sensación que produce la fotografía siguiente.
Shiraga Fujiko: Madera
blanca, 1955. Ashiya.
Foto en Hirai Yoichi (ed.): What’s Gutai.
Osaka: Bijutsu-shuppan-sha, 2004.
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La obra de Fujiko aunque no muy extensa, una veintena de obras, es de gran interés. En la ilustración siguiente aparece una pieza a medio camino entre la pintura y la escultura, como muchos de los trabajos de Gutai, en la que una base de fina arena, en realidad aglomerada con cemento, se corta con cuatro surcos irregulares que dejan ver un sustrato de tono verdoso.
Shiraga Fujiko: Obras,
1957. Madera, cemento y pigmento, 61x46x8 cm.
© The Estate of Fujiko Shiraga. Foto
en Artforum.
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Fujiko sentía una especial atracción por el papel japonés y
por el vidrio. En la obra que muestro a continuación emplea ambos materiales en
una composición densa, pero a la vez ligera, en la que contrasta la textura lisa
del cristal con la satinada del papel.
Shiraga Fujiko: Sin
título, 1961. Óleo, papel japonés y vidrio sobre tela, 160x133 cm.
© The
Estate of Fujiko Shiraga. Foto en Artforum.
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Con esto concluyo este artículo dedicado a Shiraga Kazuo y su mujer Shiraga Fujiko. En el siguiente hablaré de la obra de otro artista de
Gutai: Kanayama Akira.
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