martes, 6 de noviembre de 2018

El diseño moderno japonés a partir de 1945, XXVII

La cuarta generación de diseñadores japoneses, 3
Después del anterior artículo consagrado a los diseños orgánicos de Sumikawa Shinichi, hoy hablaré de un diseñador que frecuentemente traspasa la frontera que separa el diseño del arte y las instalaciones. Me estoy refiriendo a Tokujin Yoshioka, a quien muchos consideran más un artista polifacético que un diseñador. Por ese motivo comentaré muy brevemente unos pocos de sus diseños y un par de sus instalaciones.

Tokujin Yoshioka (1967-)
Tokujin Yoshioka estudió en el Instituto de Diseño de Kuwasawa donde se graduó en 1986. Entre 1987 y 1988, trabajó con Kuramata Shirō y en el año 2000 fundó su oficina de diseño. Ha realizado trabajos para Miyake Issey, Swarowski, Vuitton, Hermès, Toyota, Lexus y otras empresas.

Tokujin Yoshioka. Foto: tokujin.com

Como veremos enseguida y al igual que no pocos artistas, arquitectos y diseñadores japoneses modernos, Tokujin ha buscado insistentemente desmaterializar sus diseños hasta el punto de hacerlos casi invisibles en muchos casos. El uso que Tokujin hace del vidrio para lograr su propósito no se limita únicamente a utilizarlo como elemento transparente, sino que manipulándolo adecuadamente logra lo que denomina “un diseño sin forma”.

En uno de sus primeros trabajos Tokujin ya dejaba claro su propósito. La lámpara llamada Tofu creada para Yamagiwa es en realidad una placa de metacrilato transformada en emisor de luz. 

Tokujin Yoshioka: lámpara Tofu para Yamagiwa, 2000. Foto: tokujin.com

Con su serie de objetos “Invisibles” creados para Kartell en el año 2010, Tokujin mantuvo su línea de investigación sobre la desmaterialización. 

Tokujin Yoshioka: silla "Invisible" para Kartell, 2010. 
Policarbonato. Foto: tokujin.com

En la siguiente foto, donde vemos a Tokujin sentado en su silla "invisible", se aprecia perfectamente cuál era su objetivo: dar la sensación de estar sentado en el aire.

Tokujin Yoshioka: silla y mesa Invisibles para Kartell,
2010. Policarbonato. Foto: tokujin.com

Sin embargo, en los diseños de sus sillones, Tokujin se sitúa en las antípodas del aspecto inmaterial de esos dos diseños que hemos visto, tanto de su cristalina textura como de su aparente, aunque falsa, ingravidez. Los modelos Panna y Paper Cloud que creó en 2009 y 2007 son un buen ejemplo de ello.

Tokujin Yoshioka: sillón Panna, 2007. Fotos: tokujin.com








En ambos sillones, Tokujin utiliza hábilmente las posibilidades que ofrecen los tejidos para “arrugarlos” hasta lo imposible y crear así una agradable sensación al sentirse abrazado por sus pliegues.

Tokujin Yoshioka: sillón Paper cloud, 2009. Foto: tokujin.com

Como ya he comentado, la actividad de Tokujin va más allá del diseño para entrar en el campo de las instalaciones, como la que organizó en el año 2010 en el Museo Mori de Roppongi Hills, en Tokio, y que tituló Nieve como parte de una exposición sobre la naturaleza.

En esa exhibición, Tokujin colocó dentro de un tanque de quince metros de ancho cientos de kilos de plumas que hacía volar y caer lentamente provocando la imagen de una gran nevada. Inserto un vídeo de menos de un minuto de esa insólita instalación.



En el año 2015, Tokujin diseñó un reloj para Issey Miyake con una esfera cuadrada integrada en un brazalete metálico formado por pequeñas láminas articuladas, todas de sección diferente. La caja con la que se vendía el reloj, que se ve en la foto de la derecha, mantenía esa misma idea.

Tokujin Yoshioka: la caja para el reloj 
para Issey Miyake, 
2015. Fotos: tokujin.com
Tokujin Yoshioka: reloj para Issey Miyake, 
2015. Fotos: tokujin.com

















Un año más tarde, Tokujin volvió a su mundo inmaterial para crear para Issey Miyake unos maniquíes transparentes hechos con placas de metacrilato cortadas para crear el perfil del cuerpo humano.

Tokujin Yoshioka: maniquíes para 
Issey Miyake, 2016. Foto: tokujin.com
Tokujin Yoshioka: maniquíes para 
Issey Miyake, 2016. Foto: tokujin.com




















Tokujin Yoshioka: maniquíes para Issey Miyake, 2016. 
Fotos: tokujin.com

El siguiente paso en la manipulación de materiales transparentes como el vidrio o el metacrilato es utilizar su interacción con la luz y los colores, algo en lo que Tokujin, como vimos con su lámpara Tofu, siempre estuvo interesado. Eso fue lo que presentó en Milán pocos meses antes de escribir estas líneas y que ilustro en las siguientes fotografías.

Tokujin Yoshioka: instalación en la Milan design week, 2017. Fotos: tokujin.com

En la fotografía anterior, de un rincón de esa instalación que presentó en Milán, vemos una especie de sillas monumentales que cambiaban de color constantemente convirtiéndose en pura luz, en elementos sin masa. Cuando la sala se oscurecía, sus halos generaban una atmósfera mágica que inundaba todo el ambiente.

Tokujin Yoshioka: instalación en la Milan design week, 2017. Foto: tokujin.com

En esa última instalación de Tokujin en Milán, titulada Senses of the Future, el diseñador japonés utilizó la tecnología OLED, es decir, diodos orgánicos, para crear objetos que parecen respirar con los continuos cambios e color.

Inserto un vídeo de esa instalación en Milán, donde se concedió al japonés el Milano Design Award de ese año. Dura menos de dos minutos.



Uno de los últimos diseños de Tokujin para Vuitton fue el taburete que denominó Blossom y cuyo asiento, como indica su nombre, recuerda los pétalos de una flor.

Tokujin Yoshioka: taburete Blossom
 para Vuitton, 2017. 
Madera laminada y cuero. 
Foto: tokujin.com
Tokujin Yoshioka: taburete Blossom 
para Vuitton, 2017. 
Madera laminada y cuero. 
Foto: tokujin.com

Con esto concluyo esta serie de artículos sobre los diseñadores japoneses nacidos en los años sesenta de la pasada centuria. En el siguiente hablaré de la última generación, los nacidos en las décadas de los setenta y ochenta, es decir, los que han desarrollado toda su carrera en pleno siglo XXI.