La
ceremonia de té en Japón. El jardín de té, 1.
Después de que
en la entrada de hace quince días y en las tres anteriores comentara la influencia del camino del
té en la arquitectura japonesa, en el artículo de hoy y en el siguiente hablaré de la que ejerció en el mundo de la
jardinería. Sin embargo, antes debo explicar un poco qué es lo que diferencia
un jardín de té de cualquier otro.
Hasta ahora, he
mencionado de pasada al jardín de té en varios artículos de esta serie, pero en ninguno de ellos he entrado en detalles. Simplemente me
limitaba a decir que su misión era propiciar el aislamiento que propugnaban los
maestros y crear la atmósfera adecuada. Pues bien, hoy explicaré algo más cómo
se lograba eso.
Rasgos de
un jardín de té
El jardín que
rodea a una casa de té se denomina roji y su tamaño suele ser bastante
reducido, una limitación que estimuló la imaginación de sus primeros diseñadores
hasta el punto de idear una serie de elementos y recursos que más tarde se utilizaron
en todo tipo de jardines, desde los que se creaban en los templos budistas, pasando
por los grandes parques de los señores feudales, hasta llegar a los minúsculos
patios de las residencias urbanas de la incipiente burguesía que fue apareciendo
en el siglo XVII. Todavía hoy, los creadores de jardines siguen empleándolos,
como veremos en los últimos artículos de esta serie; que recuerdo constará de 32, es decir, quedan todavía diez para que finalice.
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Jardín de té en Kennin-ji, Kioto. Foto: J Vives.
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